01 of February of 2021

El reto de la gestión del Colegio de Químicos del Perú

Juan Carlos Morales, docente e investigador de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima, ha sido elegido como el presidente decano del Consejo Nacional del Colegio de Químicos del Perú para el período 2021-2022. El académico asume este cargo en plena pandemia de la COVID-19, en la que la práctica del distanciamiento social ha consolidado diversos procesos y prácticas virtuales. Precisamente, uno de sus principales objetivos como presidente decano es la implementación de una política de transformación digital.

El profesor Morales también integra el Grupo de Investigación en Nanomateriales Aplicados del Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (IDIC), es químico por la Universidad Nacional de Ingeniería y candidato a doctor en Electroquímica, Ciencia y Tecnología por la Universidad Autónoma de Madrid. Conversamos con él sobre sus planes, desafíos y vivencias.

¿De qué manera las experiencias y los conocimientos adquiridos como docente e investigador de la Universidad de Lima le serán útiles para desempeñarse como presidente decano?
La representación en el Colegio de Químicos del Perú involucra un trabajo con las mejores prácticas de gestión. En mis casi quince años como docente de la Universidad de Lima, he podido participar en los procesos de certificación ISO y de acreditación de la Carrera de Ingeniería Industrial, y en la dirección de proyectos de investigación con fondos externos, en los que hemos organizado seminarios, mesas redondas y congresos para dar a conocer nuestros resultados y establecer redes de colaboración con instituciones públicas y privadas. También representé a la Universidad de Lima ante la Mesa Académica del Agua, que está coordinada por la Autoridad Nacional del Agua, en la que me contacté con representantes de diversas universidades, de la Sunedu, de los ministerios del Ambiente, de Agricultura y de la Producción, lo que me permitió conocer más de cerca sus estructuras organizacionales.

¿Qué objetivos centrales propondrá en el Colegio de Químicos del Perú?
Una de las principales acciones será implementar una política de transformación digital. Muchos procesos aún se llevan a cabo de forma tradicional, sin brindar respuestas oportunas a los requerimientos de nuestros colegiados. Sabemos que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son herramientas poderosas que permiten establecer una adecuada comunicación, contar con una base de datos de nuestros colegiados —quienes pueden ser agrupados según sus especialidades— y ofrecer un soporte serio y científico a las personas y las organizaciones que soliciten nuestros servicios.

Otro punto importante es lograr una mayor visibilidad de la labor del químico en la sociedad. Nuestra profesión, apoyada en sólidas bases científicas, resuelve distintos problemas relacionados con las industrias, la salud, el medio ambiente, la educación científica y la investigación.

¿Qué papel debe desempeñar el Colegio de Químicos del Perú en plena pandemia?
Se han escuchado muchos discursos sin criterios científicos sobre prevenciones, cuidados, diagnósticos y tratamientos vinculados con el SARS-CoV-2. Desde nuestra gestión, brindaremos a la sociedad información clara, basada en investigaciones y evidencias científicas sobre el uso de materiales y sustancias químicas que pueden ser peligrosas si se ingieren.

En la actual emergencia sanitaria, ¿qué reflexiones se suscitaron en el Grupo de Investigación en Nanomateriales Aplicados de la Universidad de Lima? ¿Ha sido una oportunidad para consolidar sus objetivos?
Nuestro grupo plantea investigaciones transversales. Hemos tenido contactos con la industria textil para desarrollar mascarillas que llevan impregnadas en sus fibras nanomateriales que pueden funcionar como biocidas, con el fin de minimizar el riesgo de contagio de virus y bacterias.

¿Qué significa para su carrera ejercer el cargo de presidente decano del Consejo Nacional del Colegio de Químicos del Perú?
Es una oportunidad para lograr el posicionamiento necesario que requiere la profesión del químico. Muchas entidades del Estado necesitan los aportes y las opiniones de los químicos para establecer normas y lineamientos en temas de producción, salud, medio ambiente y energía. El conocimiento científico y las investigaciones no pueden quedarse en los laboratorios; es tiempo de que en nuestro país se concreten avances en las transferencias tecnológicas.

¿Cómo nació su vocación por la química?
Desde niño tuve la curiosidad por conocer de qué estaban hechas las cosas o qué sustancias contenía un mineral o una planta. Por ejemplo, al visitar la tierra de mis padres en Aija, Áncash, fue impresionante ver cómo las hebillas de la correa eran atraídas fuertemente por la tierra de unas montañas aledañas. Años después entendí que eran unos minerales naturales de óxido de hierro que son conocidos como magnetita. Además, en la etapa escolar participaba en las ferias de ciencia y buscaba soluciones para la desnutrición y la contaminación ambiental mediante el uso eficiente y sostenible de los recursos de la biodiversidad.