13 of October of 2012

Días de radio

Aunque está vinculado a la crítica de cine, el fenómeno radial siempre le interesó a Emilio Bustamante Quiroz, graduado y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima y autor de La radio en el Perú, una exhaustiva historia de este medio en nuestro país. La investigación sobre la radio peruana ha carecido de una visión integral que aborde sus múltiples escenarios. Esta obra intenta llenar ese vacío.

Has escrito, principalmente, sobre cine. ¿Por qué elegiste el tema de la radio para emprender una investigación?
El trabajo forma parte de un proyecto mayor sobre la historia de los medios de comunicación en el Perú del siglo XX que involucró a un grupo de profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima. Entonces yo dictaba el curso de Historia de los Procesos de Comunicación y no me era ajena, por tanto, la historia de los medios en general, y de la radio en particular. Me entusiasmaba cómo la radio combina la posibilidad de una comunicación a distancia con un efecto intenso de cercanía y calidez en sus receptores.

Como está indicado en la introducción de La radio en el Perú, se trata de una materia que ya figura en otros documentos. Con respecto a ellos, ¿cuáles son los nuevos territorios revisados por el libro?
Se ha trabajado más la relación del medio con la política, su aparición en provincias (aunque con limitaciones que después explicaré), la evolución de las agremiaciones de empresarios y trabajadores, los cambios en los modelos y contenidos de programación, y las distintas formas de recepción de los mensajes. En los últimos capítulos se ha abordado la relación del medio con la violencia política de las décadas de 1980 y 1990, y el desarrollo de la radio popular.

¿Cuál fue la metodología aplicada para llevar a cabo la investigación?
Se plantearon cuatro áreas: radio y política, desarrollo empresarial del medio, programación y recepción. La investigación se basó fundamentalmente en fuentes hemerográficas (diarios y revistas) y bibliográficas. También se realizaron entrevistas y se recurrió a archivos sonoros, que, lamentablemente, son escasos en nuestro país.

¿Qué otras dificultades se presentaron durante la investigación?
Esta tuvo que limitarse a las fuentes que pudieron hallarse en Lima, y el texto se refiere en su mayor parte a la historia de la radio en la capital del país. Sin embargo, investigaciones sobre su historia en provincias ya se han iniciado; existe un importante libro publicado por Jacqueline Oyarce Cruz sobre la radio en el sur del país, que también he empleado como fuente. Es deseable que estos estudios continúen. Una dificultad, ya señalada, es la que deriva de la escasez de archivos sonoros. Así, solo pude acceder al archivo de Radio Nacional. Para la investigación de las primeras etapas no se pudo contar con muchos testimonios orales, pues la mayoría de los protagonistas de aquellas épocas ya han fallecido. Para la última etapa las dificultades fueron distintas, pues a partir de 1980 la cantidad y la variedad de estaciones y propuestas radiales resultan abrumadoras. Debe tenerse en cuenta que el fenómeno radial no se limita a las estaciones de las grandes corporaciones, sino que abarca, además, a las radios educativas, populares y comunitarias, las radios de provincias y las emisoras piratas.

¿Cuáles fueron las anécdotas de la historia de la radio en el Perú que más despertaron tu atención?
Quizá las más llamativas se encuentren en la etapa de “La edad de oro” (1937-1956), aunque las hay en todas las épocas. Una conocida es la de la monición pastoral de 1950 emitida por el arzobispo de Lima, que llamaba a los sacerdotes a no dar la absolución a los fieles que hubieran bailado mambo. Ello fue a raíz de la visita de Pérez Prado a Lima y de un concurso de mambo organizado por Radio El Sol y el vespertino Última Hora en la Plaza de Acho durante el tiempo de cuaresma. Me llamó la atención, también, la originalidad de algunos concursos. Había uno, de 1942 por Radio Lima, denominado ¿A Qué Hora Pondrá el Huevo la Gallina?, que constaba en adivinar cuándo pondría un huevo una gallina expuesta en la vitrina de un céntrico local limeño. Otro concurso peculiar era el que consistía en llevar un loro que dijera “Naranjas Huando” al auditorio de la radio 1160. Esto ocurrió en 1958. Desfilaron muchos loros, pero, al parecer, todos enmudecían en la estación. Según las crónicas de entonces, los esfuerzos de los dueños de las aves para lograr que estas hablaran eran graciosos y a la vez patéticos. De otro lado, descubrí con simpatía la participación en la radio de personalidades a las que no asociaba con ella. Por ejemplo, constaté que Blanca Varela fue una estrella infantil de Radio Nacional a fines de la década de 1930.

¿En qué época los programas de radio en el Perú llegaron a su pico de popularidad? ¿Qué programas prefería el público?
Aunque las medidas de sintonía no eran iguales a las de ahora, se puede afirmar que los programas de radio más populares —por lo menos en Lima— tuvieron lugar durante la “edad de oro”. Es conocido el éxito de la radionovela El Derecho de Nacer, que paralizaba Lima durante su emisión por Radio El Sol en 1952. El actor Carlos Ego Aguirre denunció entonces que fue golpeado por individuos que le quisieron hacer pagar las maldades que su personaje Rafael del Junco cometía en la ficción. De otro lado, en las puertas de las emisoras se reunían los admiradores de las heroínas de los radioteatros para aclamarlas. En la misma década, el trío Los Embajadores Criollos obtenía una sintonía absoluta al mediodía por Radio Victoria. Se dice que una persona podía pasear por una calle de Lima y oír una canción completa de ellos, pues en todas las casas la escuchaban a un volumen alto.

¿Cuán estrecha o lejana ha sido la relación entre la radio y la política peruana?
Ha sido siempre muy estrecha. En la inauguración de OAX en 1925, Leguía empleó el medio para pedir el apoyo de la población a su postura en torno al referendo sobre Tacna y Arica. A partir de 1930, bajo el régimen provisional de Sánchez Cerro, se dispuso el establecimiento de parlantes con la intención de hacer llegar los mensajes del jefe de Estado a un público numeroso que todavía no tenía suficiente dinero para comprar receptores. Benavides empleó la radio muchas veces desde 1933, y el medio fue usado por casi todas las fuerzas políticas que participaron en las frustradas elecciones de 1936. El APRA hizo oposición a través de su emisora clandestina tanto a la dictadura de Benavides como al primer gobierno de Manuel Prado (1939-1945). Durante el régimen de Bustamante y Rivero (1945-1948) hubo un auténtico combate político a través de la radio por parte del APRA, la oposición de derecha conducida por Alianza Nacional y el propio Ejecutivo. Después del golpe de Estado de 1948, Odría agradeció públicamente a Radio Lima por el apoyo brindado al derrocamiento de Bustamante. En 1971, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada emitió la Ley General de Telecomunicaciones a través de la cual expropió el 25% de las acciones de las emisoras privadas, y poco tiempo después confiscó el 100% de varias de ellas; así, con el pretexto de poner el medio al servicio de la educación y la cultura, acalló a la oposición.

¿Este uso o mal uso de la radio continuó de la década de 1980 hacia adelante?
Sí. Durante el conflicto armado interno iniciado en 1980 se produjeron muchas tomas de emisoras por destacamentos subversivos para emitir proclamas, y también atentados contra emisoras y periodistas radiales por parte de sediciosos y paramilitares. Estaciones de radio fueron intervenidas en el golpe de Estado del 5 de abril de 1992. El régimen de Fujimori empleó la publicidad del Estado como forma de control sobre las radios, restringiéndola o negándola a las emisoras que le resultaban incómodas. Asimismo, usó al Poder Judicial y a la Sunat para acallar o amedrentar a la prensa radiofónica, y algunos periodistas sufrieron amenazas anónimas y seguimientos por parte de supuestos agentes del orden.

Con el avance de la tecnología y la aparición de nuevos medios de comunicación (televisión, internet), ¿cuáles han sido, a grandes rasgos, los cambios que se han producido en la historia de la radio en el Perú?
La llegada de la televisión en 1958 redujo drásticamente el ingreso por publicidad en las emisoras privadas. Sin embargo, las innovaciones que supusieron el transistor y las pilas hicieron que la radio llegara a lugares adonde antes no había tenido acceso, sobre todo a las zonas rurales y barriadas. Luego, el satélite y la FM beneficiaron a las nuevas corporaciones en la creación de sus cadenas, y el abaratamiento de la tecnología facilitó el crecimiento de las radios educativas, populares y comunitarias, así como el de las emisoras piratas. El desarrollo de la radio por internet se incrementa fuera del marco temporal de la investigación.

La radio en el Perú tiene más de setecientas páginas y es bastante completo. Si otra persona desea continuar con el estudio del tema y le pide una recomendación para no incurrir en tópicos ya revisados, ¿por dónde debería empezar?
Lo que espero es que el libro estimule la investigación sobre cualquier tema o época. Ninguno está agotado. Todavía hay mucho que descubrir y rescatar.