27 of July of 2021

El nuevo retrato de San Martín

Juan Luis Orrego, historiador y docente de la Universidad de Lima, dio a conocer el hallazgo de un retrato de nuestro libertador José de San Martín a través de un informe publicado en el diario El Comercio. Se trata de un óleo de 40,5 x 32 centímetros, realizado posiblemente durante su autoexilio en Bélgica. Esta es una importante noticia para el Perú, principalmente en el año del Bicentenario de nuestra Independencia.

¿Qué destaca del descubrimiento de un retrato original de San Martín en Europa?
Hay que resaltar la feliz casualidad de que este cuadro se redescubra justo en el año 2021, cuando el Perú conmemora su Independencia, así como el hecho de que haya sido un coleccionista peruano, y no de otro país, quien haya realizado este redescubrimiento.

¿Quién es el autor del cuadro?
El cuadro se pintó en Europa y todo indica que en Bélgica, durante la estancia de San Martín en Bruselas, entre 1824 y 1831, en su etapa de autoexilio. Es un cuadro de estilo neoclásico y lo más probable es que lo haya pintado un artista belga o flamenco. Por esos años, muchos franceses republicanos y liberales tuvieron que salir de Francia porque se había reinstalado el absolutismo y no comulgaban con este retorno o eran perseguidos por el nuevo régimen borbónico. En ese contexto, Bélgica resultaba un buen destino para buscar refugio no solo porque era una ciudad importante y de un estilo cosmopolita, sino que, además, está al lado de Francia. Uno de estos personajes, entre artistas, políticos y escritores, fue el famoso Jacques-Louis David, pintor de los cuadros emblemáticos de los episodios de la Revolución francesa y del imperio napoleónico, que hoy están en el Museo de Louvre. Ya en Bélgica, su fama atrajo a su taller a muchos artistas del país. Pero la Bélgica de esos años no era como la conocemos hoy, sino que formaba parte de un reino mayor, que incluía territorios de Alemania (lo que es ahora Luxemburgo y también Países Bajos). El cuadro demuestra una influencia directa de pintores como Jacques-Louis David, y guarda referencias de otros retratos contemporáneos de San Martín. Además, en el lienzo se lee “General San Martín”, lo que es muy importante.

Entonces existe la certeza de que se trata del retrato de San Martín.
Cuando me pasaron la imagen del cuadro, por abril o mayo, la cotejé con otros retratos de San Martín y, evidentemente, se trata de él. Pero hay que establecer una cuestión: las familias o personas que por aquella época podían acceder a un retrato eran muy pocas, pues contratar a un pintor implicaba todo un presupuesto. En esa época no existía la fotografía, que dura solo un momento. Un retrato demanda más trabajo, concentración y tiempo. También hay que tener en cuenta que el retrato del rostro dependía un poco del estilo del pintor, de su trabajo con la luz, por lo que puede haber variaciones. Eso es obvio. Tenemos retratos de grandes personajes, como Bolívar y el mismo Napoleón, en los que se aprecian diferencias según el retratista que los hizo. Cabe decir que no todos los retratos eran posados, sobre todo no en el caso de personajes públicos. En ocasiones, los pintores creaban su propia versión usando un retrato anterior. En otros, trabajaban a partir de un grabado. Esto era muy común en el siglo XIX. San Martín, por ejemplo, nació en 1778 y, mientras vivió, se le hicieron entre 15 y 20 retratos, pero no posó para todos ellos. Según los expertos que han estudiado la iconografía sanmartiniana, posó solo cinco veces —y es posible que lo haya hecho en otras tres oportunidades a lo largo de su vida—. Su primer retrato fue en la década de 1810, y parece que la época en la que más retratos se hizo de él fue cuando estuvo en Bélgica, o sea hasta 1831, cuando tenía unos 50 o 52 años.

¿Posó para este retrato en particular?
No lo sabemos, pero es San Martín. Allí está su rostro, su nariz que es inconfundible, aunque claro que cada autor trabaja el traje y el peinado porque el retratista no solo es pintor, sino también “peluquero”, y puede hacerle el peinado que más le parece. Esa es la realidad del retrato hasta el siglo XIX.

¿Algún país podría reclamar la posesión de este retrato?
El cuadro ha sido comprado en París, se pintó en Europa y nunca salió de allí; por lo tanto, no es una obra que pertenezca al patrimonio nacional de algún país de América Latina. Hasta ahora sigue siendo una propiedad particular y está en muy buenas condiciones, a pesar de tener casi 200 años de antigüedad. Claro, necesita mantenimiento y hay que restaurar algunos pequeños detalles.

¿Dónde se encuentra la pintura en este momento?
Sigue en París. Yo he visto el video del cuadro y la fotografía en alta resolución, la cual hemos analizado con El Comercio. Ya entrarán los peritos para darnos más detalles del contexto. Es bueno que se haya redescubierto este año y que haya sido un peruano quien lo haya encontrado y adquirido.

San Martín es muy querido en el Perú, más que Bolívar, ¿cierto?
San Martín es un padre de la Patria de lo que ahora es Argentina, Chile y, por supuesto, el Perú. Su figura es cotidiana para nosotros. Yo creo, como historiador, que los peruanos, especialmente los limeños, somos más sanmartinianos que bolivarianos. En parte, esto se debe a la trayectoria de San Martín en nuestro país, sobre todo en Lima. Hay que recordar que al venir al Perú desembarcó en Paracas, fue a Pisco y luego partió al Norte Chico: Supe, Huaura y Chancay. Después entró a Lima, estuvo en el Callao (en la Hacienda San Isidro) y vivió mucho tiempo en el Palacio de la Magdalena, casa de virreyes. Es decir, San Martín circuló por Lima y sus alrededores, nada más. No estuvo en el resto del país. Además, su actuación fue muy moderada. Nunca quiso forzar los acontecimientos ni ir más allá de la opinión pública. Respetó el derecho de los peruanos a decidir su futuro. Aunque recomendó la monarquía, si los peruanos decidían otra forma de gobierno, consideraba que eso formaba parte de su derecho y libertad. Por otro lado, muchas de nuestras instituciones republicanas y de nuestros símbolos patrios se los debemos a él. Por eso la gente está muy asociada a su persona: desde el colegio, cuando nos enseñan sobre la bandera, viene el mito del sueño de San Martín, e incluso sus colores y el escudo original fueron escogidos por él. El himno nacional también data de su época. Creó los primeros tres ministerios, así como la Biblioteca Nacional, el Museo Nacional y la Orden del Sol. Por eso la figura de San Martín siempre atrae interés y curiosidad. Tenemos una relación más cercana con él que con Bolívar. Claro, eso no quiere decir que San Martín fue mejor que Bolívar ni nada por el estilo; estamos hablando de cuestiones simbólicas y afectivas.