23 of June of 2021

“El MBA Ulima me pareció el más completo”

Luego de llevar el MBA de la Universidad de Lima, María del Carmen Irigoyen resalta el enfoque actualizado, internacional y completo del programa, con énfasis en la gestión, la innovación y el liderazgo. Destaca también la calidad de los docentes y su metodología de enseñanza.

María del Carmen terminó sus estudios en diciembre de 2019. Luego ha podido cambiarse de trabajo con ciertas mejoras, ha realizado consultorías y ha adquirido herramientas duras y blandas que le ayudan mucho en sus labores diarias.

¿Qué te pareció el MBA de la Universidad de Lima?
Fue una gran experiencia. Me parece que el contenido es moderno y la forma en que lo orienta la Universidad de Lima es muy adaptable al mundo actual. Ya que llevar un MBA significa una inversión importante, primero hice un benchmarking (evaluación comparativa) de varias instituciones que lo ofrecen. Revisé los cursos y fui bastante meticulosa en los detalles, y puedo decir que el MBA de la Universidad de Lima me pareció el más completo y el más enfocado en la persona; es decir, aparte de ver temas de gestión, de innovación y de manejo financiero, se enfoca mucho en la formación del líder, del gestor, de la persona, en cómo se debe manejar un equipo y qué estrategias utilizar para que este rinda según lo esperado. Estos talleres de liderazgo, de autoconocimiento, que no vi en el resto de programas, me parecieron un buen complemento de la maestría. El MBA de la Ulima es un programa actualizado, con las últimas tendencias y un buen enfoque para gestionar o dirigir un negocio, una empresa, un área o una gerencia en una corporación.

¿Cómo has aprovechado los conocimientos adquiridos en tu trabajo?
Sin duda, cada curso que iba llevando, ya sea de gestión, de operaciones, de procesos o de la parte financiera, me ha servido para la evaluación de los proyectos que llevo a cabo, para orientar los logros del equipo, para enfocarme en los objetivos y organizarme yo misma, como líder de un área, así como para elegir las herramientas más oportunas para usar. Por ejemplo, uno de los puntos que ha sido de gran utilidad para mí, y que aprendí en la maestría, fue cómo captar el requerimiento del usuario desde sus “puntos de dolor” o problemas a los que se enfrenta. Hacer dinámicas de design thinking y del modelo Canvas me han servido muchísimo, porque yo trabajo en el desarrollo de sistemas y, por ejemplo, en el área de salud, captar el requerimiento de un médico o de una enfermera y trasladarlo a un sistema es algo complejo, por el día a día tan complicado que tienen, por su forma de trabajar y porque no suelen estar muy ligados a la tecnología. Por otro lado, la parte financiera me sirvió para entender mejor los objetivos estratégicos de la empresa y saber cómo contribuir a mejorar los indicadores. En realidad, cada tema que iba avanzando me aterrizaba más en mi trabajo.

¿El MBA ha tenido algún impacto en tu línea de carrera?
Sí. Me ha servido, por ejemplo, para dictar charlas. Una de ellas fue para el Colegio de Químicos del Perú. Cada dos años hacen estas reuniones a nivel nacional e invitan a los líderes químicos de farmacias hospitalarias de grandes sedes, de México, de Brasil, del Perú, etcétera. Me invitaron a dictar una charla sobre tecnología aplicada a los procesos y a la transformación de las empresas. Me ha servido también para cambiar de trabajo con mejoras, ya que el MBA era uno de los requisitos, y para hacer algunas consultorías. Además, aunque no soy financiera, he podido evaluar y orientar algunas propuestas económicas para proyectos de emprendedores.

¿De qué carreras eran tus compañeros de aula?
Había abogados, psicólogos, ingenieros, economistas, financieros, contadores… Era un grupo bien variado. Yo soy ingeniera informática.

¿Qué cursos de la maestría han demandado más esfuerzo de tu parte?
Uno de los cursos que me costó un poquito más entender fue Macroeconomía, porque trata temas como el PBI y otros indicadores un poco difíciles de entender, pero fue muy interesante. Me sirvió para comprender cómo el panorama del país influye en un negocio y cómo salvaguardarse en momentos complejos. La dificultad de cada curso depende de la profesión que uno tenga. A veces al abogado o a la psicóloga les puede parecer complicado un tema matemático, pero, por ejemplo, son muy buenos en temas de negociación. Para otros eran más complejos los temas de segmentación de mercado o el manejo de herramientas tecnológicas para sacar variables, pero todos nos apoyábamos y complementábamos bien.

¿Piensas que todos llegaron al final más o menos con los mismos conocimientos?
Sí, definitivamente. Creo que todos hemos salido con un nivel estándar de conocimientos y con nuevas ideas. Ya depende de cada uno que las aplique al rubro donde trabaja. Quizás algunos profundizaron más en ciertos aspectos, pero creo que, al final, todos hemos salido con ese chip de gestionar, de liderar proyectos y de mejorar el área donde trabajamos.

¿Cómo fue la experiencia internacional que tuvieron?
Para la semana internacional de clases, viajamos a San Francisco (Estados Unidos), donde vimos temas de innovación. Visitamos algunas empresas disruptivas que manejan una proyección mucho más allá de lo que podíamos pensar. Ellos automatizan o robotizan algunos procesos y tareas, y eso te abre los ojos. Tuvimos oportunidad de visitar Google, la gran compañía de innovación y tecnología, y Autodesk, una empresa que trabaja diseños 3D y hace maravillas con eso. Tuvimos clases toda la semana en la Universidad Estatal de San Francisco. Fueron talleres dinámicos, clases de innovación, de perspectiva; cada día era diferente y se complementaba con la maestría. Me gustó darme cuenta de que muchos de los temas que trataban ya los habíamos visto en la maestría. Los profesores de allá se sorprendían: nos preguntaban si ya habíamos visto dicho tema y, cuando les decíamos que sí, nos respondían que entonces vamos a hacer un caso práctico. Eso nos indicaba que estábamos en un buen nivel y que teníamos profesores de calidad en el MBA, quienes nos traían los últimos temas.

¿Qué te parecieron tus grupos de trabajo?
Trabajar en equipo es parte de lo que te enseñan en la maestría. Nos separaron en grupos desde el primer día de clase. Como nadie se conocía, fue por sorteo. Luego tuvimos la opción de cambiar. Fue muy bonita la experiencia. En mi equipo éramos muy perfeccionistas: hemos tenido amanecidas para hacer los trabajos, para investigar, para revisar el proyecto que íbamos a plantear y el enfoque que le íbamos a dar... A veces, era cansado y estresante porque todos trabajábamos paralelamente, pero el compañerismo hace que lo lleves de mejor forma. En general, la experiencia fue bastante enriquecedora y a la vez divertida. Creo que este equipo de la maestría ha sido muy unido, muy cohesionado, bonito y colaborativo.

¿Trabajaron también el tema de habilidades blandas?
Sí, todos los talleres que teníamos eran dinámicas que se trabajaban dentro de los cursos y se han llevado a lo largo de la maestría. Me parecieron muy buenos, primero, el enfoque de autoconocimiento y, luego, las interrelaciones, el descubrimiento de los perfiles de los demás y el propio. Hemos hecho dinámicas de juegos de roles, gestión del talento, autoconocimiento, etcétera. También tuvimos un curso que llevamos en paralelo a la maestría. Todo eso ayuda a que nuestra mente no se segmente hacia el perfil que se busca, sino a saber reconocer los perfiles de las personas con las que vas a trabajar y cómo adaptarte para lograr el objetivo, aun con obstáculos en el camino. Ese es uno de los puntos que me gustó de la maestría: que te orienta bastante hacia tu crecimiento personal y como líder.

¿Hay algún tema que te haya parecido novedoso en la maestría?
Para mí, toda la parte financiera fue muy interesante y novedosa. Aprendí bastante y pude comprender los estados financieros, evaluar un proyecto, invertir, conocer el valor del dinero... Fue genial. Otro de los puntos interesantes fue la gestión operativa de una empresa; cómo determinar tus KPI, tus indicadores estratégicos y los de la operación; cómo esto se relaciona con toda la cadena de valor y cómo los puedes enlazar. Otros cursos que me brindaron conocimientos novedosos fueron los de estadística, segmentación de mercado, de clientes. Pero la verdad es que cada curso ha tenido un plus y, al final, sumándolos, me permiten tener una buena gestión integral.