Vallejo y Cronenberg: el cuerpo y el mundo tecnológico

Autor(es): 
José Carlos Cabrejo

Investigador del Grupo de Investigación Semiótica del IDIC
Perfil en el CRIS Ulima

2020 / 10 / 19

Según Mario Teodoro Ramírez (2013), la filosofía de Maurice Merleau-Ponty es una que gira sobre el quiasmo: aquello que va más allá de la dicotomía. No se trata de pensar en los elementos mismos de la dicotomía, sino en su vínculo o entrelazamiento, en su ser dual:

Pensar la dualidad como tal significa no pensarla ni en función de los elementos que la componen (dualismo metafísico), de unas entidades contrapuestas o yuxtapuestas, ni tampoco en función de una unidad trascendente, de una tercera entidad —ya se le ubique como anterior al desdoblamiento (monismo teológico-metafísico), o ya como resultado de su reunificación postrera y extrínseca (monismo dialéctico)—. Merleau-Ponty dice que lo que debemos pensar es la relación como tal, lo que hay entre: la realidad de este ser intermedio, la figura y el sentido de la mediación; el sí mismo de lo que está en medio: l’entrelacs. No el alma y el cuerpo, o la experiencia y el pensamiento —es decir, la dicotomía—; tampoco el alma o el cuerpo, la experiencia o el sentido —esto es, la exclusión—; menos el Espíritu, el Saber —la supuesta síntesis—. Lo que debemos pensar es el alma-y-el cuerpo, la experiencia-y-el sentido; es decir, la conjunción en cuanto tal, el proceso de la diferenciación, la actualidad del devenir, el ser de la dualidad. (Capítulo II, subtítulo 1, párrafo 2).

Para Merleau-Ponty, “el cuerpo es el vehículo del ser-del-mundo” (1993, p. 100). El quiasmo, para el filósofo francés, es un “intercambio de mí con el mundo, del cuerpo fenoménico con el cuerpo ‘objetivo’, de lo que percibe con lo percibido” (1993, p. 191). En Fenomenología de la percepción, él asevera que nos encontramos “cogidos en el mundo y no conseguimos desligarnos del mismo para pasar a la consciencia del mundo” (1993, p. 27). Así, el quiasmo está íntimamente vinculado a un cuerpo alojado en el mundo y a un mundo alojado en el cuerpo:

La inserción del mundo entre las 2 hojas de mi cuerpo, la inserción de mi cuerpo entre las 2 hojas de cada cosa y del mundo […] la idea del quiasmo, es decir: toda relación con el ser es simultáneamente aprehender y ser aprehendido, la aprehensión es aprehendida, está inscripta y se inscribe en el mismo ser que ella aprehende. (1993, pp. 232 y 234).

En ese sentido, es interesante reflexionar sobre el quiasmo existente entre el cuerpo y el mundo tecnológico en una película como Cuerpos invadidos (Videodrome, 1983). En una de sus escenas más famosas (Tensacross, 2010), el protagonista ve en la pantalla de su televisor a una mujer, quien lo invita a acercarse. Él experimenta ese mundo tecnológico en las superficies del aparato, que se inflaman como si fueran parte de un cuerpo venoso. Es una máquina que reacciona ante el acercamiento táctil del personaje de James Woods. Él siente el mundo tecnológico, pero este mundo también siente la presencia corporal de dicho personaje. Al final, vemos que él introduce su cabeza en los labios de la mujer, formados en la pantalla de la TV. Es un cuerpo humano que se convierte en una sola entidad con la tecnología, está dentro de ella. Del mismo modo, ella está dentro de él, como se puede apreciar en otra escena de la película, en la cual el hombre siente que su pecho se convierte en una abertura en la cual puede introducir un casete de VHS.

Ese mismo quiasmo es el que vamos a identificar en un fragmento del poema IX de Trilce (1922), de César Vallejo, en el que se identifican figuras que cruzan lo sexual con lo tecnológico:

Vusco volvvver de golpe el golpe
sus dos hojas anchas, su válvula
que se abre en suculenta recepción
de multiplicando a multiplicador,
su condición excelente para el placer,
todo avía verdad. (Vallejo, 2018, p. 216).

El placer creciente que describe el poema del vate peruano se conecta con figuras de metal o eléctricas que funcionan como metáforas sexuales: dos hojas anchas —como las de cierto tipo de tijeras—, que actúan como piernas metálicas que revelan una válvula. Apoyándose en la redundancia, en la iteración o, como diría Algirdas Julien Greimas, en la isotopía del grafema “v”, esta válvula se interpreta como el equivalente de una vagina. En este poema de Vallejo, el cuerpo y el mundo tecnológico, por medio de lo sexual, también se convierten en un solo ser. El cuerpo es el mundo tecnológico y viceversa.

Por ello, es interesante afirmar cómo algunos pasajes de Trilce son visionarios en lo que respecta a las imágenes de la “nueva carne”, esencialmente tecnológica, que presenta Cronenberg a partir de Videodrome. Pero, pensando en nuestro presente tecnológico, en el que nuestros cuerpos están cada vez más atados por el encierro al que nos conduce la pandemia, encontramos que tanto aquel poemario como aquel filme presagiaron ese quiasmo en el que no solo nos encontramos fijados en ese mundo maquinal en el que justamente podemos leer un texto como este, sino en el que además nos hallamos capturados por dispositivos y algoritmos que nos sienten y conocen lo suficiente como para saber de qué manera darnos, hasta cierto punto, esos placeres que pueden extraviarse en tiempos de distanciamiento y nueva normalidad.

Para ver el video de la charla “Cuerpo y máquina: Vallejo como precursor de la ‘nueva carne’ de Cronenberg”, del 13 de octubre de 2020, clic aquí.

Citar esta entrada de blog (APA, 7.a edición):
Cabrejo-Cobián, J.-C. (19 de octubre de 2020). Vallejo y Cronenberg: el cuerpo y el mundo tecnológico. Scientia et Praxis: Un blog sobre investigación científica y sus aplicaciones. https://www.ulima.edu.pe/idic/blog/vallejo-y-cronenberg

Referencias

Merleau-Ponty, M. (1993). Fenomenología de la percepción. Planeta-Agostini.

Ramírez, M.-T. (2013). La filosofía del quiasmo. Introducción al pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Fondo de Cultura Económica.

Tensacross. (3 de noviembre de 2010). Videodrome - television scene [video de YouTube]. https://www.youtube.com/watch?v=P0XwWXgISXI

Vallejo, C. (2018). Poesía completa. Seix Barral.

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