28 de Mayo de 2015

La mirada local e internacional para los negocios con el mundo

Guillermo Arbe Carbonel, gerente principal de Estudios Económicos de Scotiabank Perú.

Para llevar a cabo negocios internacionales con resultados positivos es necesario investigar y conocer el contexto internacional, pero también resulta fundamental profundizar en la realidad del país desde donde se está generando el negocio, explorando su historia, su política económica, los riesgos y las potencialidades. Así lo hizo saber Guillermo Arbe Carbonel, gerente principal de Estudios Económicos de Scotiabank Perú, el 4 de mayo en la conferencia “Contexto local e internacional para los negocios internacionales”, organizada por la Carrera de Negocios Internacionales de la Universidad de Lima. Una gran cantidad de estudiantes llegó al Auditorio S para oír el diagnóstico del especialista, quien anteriormente se desempeñó como jefe de servicio de asesoría empresarial de Apoyo y Consultoría, y jefe de la Región Andina para Deutsche Bank. Además, Arbe permitió, en todo momento, que los asistentes intervinieran, lo que motivó un diálogo muy activo.

Diagnóstico mundial 

Arbe recordó que el motor principal del crecimiento en el país, al menos en los últimos 10 o 12 años, ha sido la minería, y que la nuestra no se trata de una economía exportadora. Luego recordó que la economía mundial venía creciendo, hasta antes de la crisis, a tasas de por lo menos 5% por varios años, en una forma bastante robusta. Pero luego de la crisis del 2009, el mundo ha estado creciendo a tasas más bajas que en años anteriores y va a ser muy difícil que esto cambie. “Esta es la realidad cuando ustedes afronten el hecho de plantear negocios internacionales, al menos por un tiempo”, sentenció el experto. Y explicó que esta situación se debe a dos razones: “Primero, porque a los países desarrollados les está costando tener un crecimiento tan fuerte como antes de la crisis, pues presentan demasiados desequilibrios. Me refiero a desequilibrios fiscales y sobreendeudamiento, que ya estaban presentes pero empeoraron”.

Otro cambio estructural de largo plazo que mencionó fue el hecho de que ahora los países emergentes son los que lideran el crecimiento, pues desde hace 2 décadas vienen creciendo más que los países desarrollados. Incluso ya representan más del 50% del PBI mundial y se trata de una tendencia que va a continuar. Por eso el mundo de hoy no depende tanto de los países desarrollados, ya que en los países emergentes hay más mercados que antes.

A continuación, el ponente se refirió a la desdolarización de los mercados con ejemplos como el de China. Dijo:

“China está impulsando el uso del yuan como moneda mundial, estableciendo acuerdos comerciales en esta moneda con varios países de América Latina, Australia y todos los países asiáticos. Está creando mercados de 'commodities', incluyendo metales, en yuanes, para competir con los centros financieros de Londres y de Nueva York. Están desdolarizando sus reservas de activos igual que Rusia”.

Escena local 

Acerca del Perú, Guillermo Arbe enfatizó que hemos sido el único país en el mundo en presentar un superávit fiscal en 6 de estos 8 últimos años. Debido a esto, vale destacar que estructuralmente somos otro país, ya que llevamos creciendo 18 años y el promedio de crecimiento nos hace proyectar que este seguirá al 5% para el 2016, de manera similar a como era antes de los setenta y los noventa. Afirmó el ponente:

“Lo que nos diferencia es la estabilidad macroeconómica, fortaleza que hemos adquirido. A eso se le suma la continuidad en la política económica. La deuda pública ha ido cayendo, tenemos una de las más bajas del mundo; esto alienta capitales del extranjero, somos un país muy seguro”.

Finalmente, a modo de conclusión, Arbe aseguró que la economía peruana es hoy estructuralmente diferente a la de hace 20 años, pero que el Perú ha venido creciendo sobre la base de la demanda interna y no de las exportaciones; el motor principal ha sido la inversión privada, y por eso hay que recuperarla y conservarla. Sin embargo, la mayor debilidad y riesgo para el crecimiento es la debilidad institucional. “Si hemos podido crecer con esa condición, hubiéramos podido crecer mucho más si fuéramos institucionalmente fuertes”, dejó en claro.