02 de Octubre de 2020

La cuestión de confianza a un año del cierre del Congreso

Eloy Espinosa-Saldaña, magistrado del Tribunal Constitucional, fue el ponente del webinar “Cuestión de confianza. Análisis jurídico a un año de la disolución del Congreso”, organizado el 30 de septiembre por la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima y el Círculo de Estudios de Derecho Constitucional.

Daniela Rangel, integrante del Círculo, presentó al expositor y señaló que se aplicó por primera vez el artículo 134 de la Constitución el 30 de septiembre de 2019, que faculta al presidente de la República a disolver el Congreso si este ha censurado o negado la confianza a dos gabinetes de ministros. La cuestión de confianza es un mecanismo constitucional que puede ser usado por el Poder Ejecutivo para consultar al Parlamento sobre el tema que estime conveniente y si aún cuenta con su confianza para seguir gobernando.

Luego de la decisión del presidente Martín Vizcarra de cerrar el Congreso, el entonces titular de la Comisión Permanente, Pedro Olaechea, presentó al Tribunal Constitucional (TC) una demanda competencial en contra del Poder Ejecutivo. Con cuatro votos a favor y tres en contra, el TC declaró que la demanda era infundada y que la disolución del Parlamento fue constitucional.

Espinosa-Saldaña destacó que, en el Perú, las crisis políticas y las situaciones de desencuentro ya no se resuelven mediante confrontaciones sangrientas, sino que se solucionan a través de caminos constitucionales. Añadió que, en lugar de impulsar golpes de Estado, se recurre al TC, que es el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad que se caracteriza por ser autónomo e independiente, ya que en el ejercicio de sus atribuciones no depende de ningún órgano constitucional.

El ponente agregó que el TC cumple funciones ordenadoras y pacificadoras. De este modo, como intérprete supremo de la Constitución, el TC encausa los conflictos y consensua posiciones.

Asimismo, Espinosa-Saldaña recordó al jurista argentino Augusto Mario Morello, quien describió la cuestión de confianza como un cuchillo sin mango que puede cortar por los dos lados, ya que si la mayoría de los parlamentarios están alineados con el partido del gobierno, lo más probable es que se otorgará la confianza, mientras que si el oficialismo no cuenta con una mayoría congresal, aumentarán las posibilidades de que se niegue la confianza, lo que deriva en decisiones que ponen en juego la estabilidad del sistema de gobierno.