Impacto académico y perfiles en internet

2022 / 10 / 06

Podemos buscar distintos impactos para nuestra investigación a partir de la comunicación de sus resultados a distintos públicos. Podemos buscar incidir en políticas públicas a diferente nivel, impactar en medios para concientizar o promover cambios de prácticas en el público en general, denunciar alguna situación que debería cambiarse, mejorar la productividad de un sector o impulsar un cambio tecnológico, mejorar capacidades de algún grupo o, claro está, contribuir al desarrollo del conocimiento a través de la consulta de nuestros resultados y su uso por un público académico. El objetivo de este artículo es mostrar la utilidad de desarrollar y mantener perfiles en internet para incrementar el impacto de nuestra producción científica.

De los impactos ya mencionados, el impacto académico es el que se ha medido desde hace más tiempo, para el que se han desarrollado herramientas e indicadores sobre los que existe cierto acuerdo sobre su relevancia y utilidad. Para el caso de una publicación, el impacto se mide por el número de citas obtenidas. Mientras tanto, para los investigadores, la primera medida suele ser el número de citas obtenidas por el total de sus publicaciones y, luego, el promedio de esas citas. Sin embargo, desde hace un tiempo se usa más el índice H [1], que puede ser un mejor reflejo del constante impacto de un investigador.

Existen muchas críticas a esta medición del impacto centrado en citas y, sin dudas, no es suficiente. Sin embargo, algo que hay que decir es que es factible y costoeficiente. La calidad de una obra puede ser mejor medida por expertos en el área y su impacto real puede llegar a conocerse revisando en detalle por qué y para qué es referida, y qué tanto los hallazgos o conceptos desarrollados permean la producción posterior. Pero también es evidente que esto se puede hacer con un número pequeño de obras y no con los miles de artículos que se publican al día, para los que el número de citas obtenido y registrado es el mejor indicador disponible.

Además, hay que hacer notar que existen herramientas e índices que permiten relativizar o contextualizar indicadores como el promedio de citas o el índice H, considerando aspectos como el área a la que corresponde la publicación, la fecha de publicación o de obtención de las citas, el idioma de la publicación, etcétera. Por ejemplo, sabido es que la publicación en áreas como la física es mucho más numerosa y rápida, tiene muchos más coautores y referencias por artículo, mientras que en otras, como la filosofía, es al revés. Por ello no es comparable ni el número de citas por artículo ni el índice H del investigador entre estos campos.

Otras métricas académicas novedosas —facilitadas por las tecnologías de la información— son el número de descargas en repositorios o redes académicas (como ResearchGate) y el número de consultas en bases de datos o el de visualizaciones.

En cuanto a los impactos social, político o económico, desde hace un tiempo hay un esfuerzo importante por desarrollar metodologías e indicadores que ayuden a dar cuenta de ellos. Fuera de estudios de caso profundos —y costosos— del impacto de investigaciones puntuales, lo que se ha venido desarrollando y usando son algunos indicadores para la medición del impacto o de las menciones en diversos medios. Estos indicadores eran llamados “alternativos” hace una década ya y convendría llamarlos de acuerdo al impacto al que refieren:

  • Entre los indicadores de impacto social, se mencionan las citaciones en documentos de políticas o en noticias.
  • Como indicador educativo, se usa la cantidad de préstamos en bibliotecas o las visualizaciones de SlideShare o YouTube.
  • Respecto al impacto comercial, están las citaciones de patentes, la cantidad de asociaciones entre universidades y empresas, o las actividades de consultoría.
  • En innovación, se usa el número de patentes.
  • En impacto informacional, se contabilizan las menciones en Wikipedia o blogs.
  • En promoción, se consideran las métricas de medios sociales: tweets, compartidos, likes o comentarios.

Algunos de estos indicadores ya los registramos y mostramos en el CRIS Ulima; por ejemplo, la cantidad de patentes, las citas a estas en revistas indizadas o el impacto en redes sociales (figura 1). Algunos otros podemos registrarlos y sistematizarlos, como el trabajo conjunto con empresas o las consultorías, pero hay varios que, lamentablemente, no se recogen en Perú, como la mención en noticias o en políticas públicas.

Figura 1: Indicadores de impacto alternativo en el CRIS Ulima

Perfiles en internet

El uso de redes sociales por parte de la comunidad académica —tanto las redes para investigadores como las generalistas— ha cambiado cómo hacemos comunicación científica, ya sea en términos de difusión como de divulgación (Artigas y Casanova, 2020; Kong et al., 2019). Como veíamos, las menciones o los debates en redes sociales, las descargas desde redes académicas o la inclusión en bibliografías como las del gestor Mendeley pueden ser indicadores educativos o de promoción. Por ejemplo, Wiechetek y Pastuszak (2022) encuentran similitudes entre las descargas de ResearchGate y las ubicaciones obtenidas por las universidades en el prestigioso ranking ARWU. Estas evidencias refuerzan que promover la identidad académica digital es muy importante (Grotz, 2020; Salinas y Marín, 2019). Lo interesante es que las redes también contribuyen con el impacto académico clásico (citas). Es decir, el uso de redes sociales académicas y generalistas incrementa el citado (Jordan, 2019). 

Crear y mantener perfiles toma tiempo —y dejarlos vacíos o desactualizados puede terminar siendo peor que no tenerlos—, por lo que es necesario analizar a qué publico nos dirigimos y qué capacidades tenemos antes de decidir en cuáles invertir nuestros esfuerzos. Puede encontrarse un análisis de las principales redes académicas (ASN por sus siglas en inglés) en Kong et al. (2019).

En mi opinión, cualquier investigador debería tener un perfil en CTI Vitae, Google Scholar y Orcid: el primero porque muestra hojas de vida afines a la ciencia y tecnología en Perú, el segundo porque es la base de datos bibliográfica más grande y más consultada del mundo, y el tercero porque permite desambiguar nombres a nivel global y es uno de los requisitos para publicar. Sin embargo, los tres perfiles requieren de cierto mantenimiento. Adicionalmente, se podría decidir tener ResearchGate o Academia.edu, entre otras.

El CRIS Ulima también puede contribuir a desarrollar nuestra identidad digital. Además de referir resultados de investigación como otros sistemas (Google Scholar, por ejemplo), brinda información sobre los proyectos de investigación en los que participamos, los premios obtenidos o las actividades en las que hemos participado. Además, muestra un perfil muy completo que incluye grados académicos, clasificación en el Renacyt de Concytec [2], entre otros datos. De este modo, el CRIS Ulima se convierte en una ventana muy completa para mostrar el trabajo de quienes investigan en nuestra casa de estudios. De hecho, a la fecha, al menos dos investigadores de la Universidad de Lima están en proyectos con investigadores de otros países luego de ser contactados a través del CRIS Ulima; mientras que otros varios han sido contactados por medios de comunicación nacionales e internacionales para opinar sobre asuntos de realidad nacional o cuestiones técnicas.

Actualizar y mejorar su perfil, tanto en el CRIS Ulima como en otras redes, mejorará su impacto. Lo invitamos a hacerlo.

Notas 

[1] El índice H es un número entero igual al número de artículos que han alcanzado al menos la misma cantidad de citas. Por ejemplo, el profesor Aldo Álvarez Risco tiene actualmente un índice H de 19 en Scopus. Esto quiere decir que tiene al menos 19 artículos que han recibido 19 citas cada uno.

[2] El Renacyt es el Registro Nacional Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica. El Concytec es el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica.

Cite esta entrada de blog (APA, 7.a edición):
Bossio Montes de Oca, J. F. (6 de octubre de 2022). Impacto académico y perfiles en internet. Scientia et Praxis: Un blog sobre investigación científica y sus aplicaciones. https://www.ulima.edu.pe/idic/blog/impacto-academico-y-perfiles-en-internet

Referencias

Artigas, W. y Casanova, I. (2020). Influencia de las redes sociales académicas en la construcción de la identidad digital latinoamericana. Anales de Documentación, 23(2). http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.397551

Grotz, S. (2020). Identidad digital y redes sociales académicas. Perspectivas: Revista Científica de la Universidad de Belgrano, 3(2),pp. 88-105. https://revistas.ub.edu.ar/index.php/Perspectivas/article/view/111/110 

Jordan, K. (2019). From social networks to publishing platforms: A review of the history and scholarship of academic social network sites. Frontiers in Digital Humanities, 6(5). doi:10.3389/fdigh.2019.00005

Kong, X., Shi, Y., Yu, S., Liu, J., y Xia, F. (2019). Academic social networks: Modeling, analysis, mining and applications. Journal of Network and Computer Applications, 132, 86-103. https://doi.org/10.1016/J.JNCA.2019.01.029

Salinas, J., y Marín, V. I. (2019). Metasíntesis cualitativa sobre colaboración científica e identidad digital académica en redes sociales. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 22(2), 97-117. http://dx.doi.org/10.5944/ried.22.2.23238 

Wiechetek, Ł. y Pastuszak, Z. (2022). Academic social networks metrics: an effective indicator for university performance? Scientometrics, 127, 1381-1401. https://doi.org/10.1007/s11192-021-04258-6

Deja un comentario