10 de Diciembre de 2018

Egresado Ulima ganó Premio Copé de Plata 2018

Gonzalo Castro ejerce sus dos pasiones: el derecho y la literatura. De la primera vive, a la segunda le entrega su tiempo libre. Y ha recibido una enorme satisfacción, pues se ha hecho merecedor del Premio de Plata, en la categoría de cuento, del Premio Copé 2018.

Él estudió la Carrera de Derecho y la Maestría en Derecho Empresarial en la Universidad de Lima. Ejerce la especialidad de derecho laboral y derecho de accidentes de tránsito en el estudio Abeo & Chirinos. Además, ofrece su producción literaria en Amazon y planea publicar su tesis de maestría una vez que sea aprobada.

¿Cómo te sientes tras haber recibido el Premio Copé de Plata 2018 en la categoría de cuento?
Este premio me llena de satisfacción, porque es uno de los más grandes en literatura peruana. Siempre me ha gustado explorar el ámbito literario, siempre he escrito. Tengo amigos de Derecho de la Ulima que han sobresalido como poetas, Mario Pera y Bruno Pollack. He tratado de seguir su camino, así que escribí unos cuentos y los presenté al concurso.

¿De qué trata tu cuento?
Todavía no puedo contar de qué se trata. Pero puedo comentar que tiene ocho páginas y parte de una experiencia familiar que he adaptado al ámbito literario. Se publicará a partir de marzo, con la editorial de Petroperú. Me darán algunos ejemplares, que pienso donar a la Universidad.

Después de estudiar Derecho en la Ulima, seguiste la Maestría en Derecho Empresarial. ¿Qué te pareció?
La Maestría en Derecho Empresarial me ayudó tanto en mi formación profesional como en el tema de contactos. Las personas que estudiamos compartimos muchas vivencias, tareas en grupo, trabajos, e hicimos una buena amistad que nos posibilita crecer profesionalmente. Precisamente, una persona de la Maestría me invitó a ser parte del estudio Abeo & Chirinos, que formó como emprendimiento empresarial, al estudiar la Maestría, el doctor Emilio Chirinos. Así que aquí estoy desde el año 2010.

¿Cuál es tu especialidad?
Derecho laboral, y recientemente he empezado a ver el tema penal.

¿Cómo así?
Fue como consecuencia de un cliente que nos pidió atender un problema penal y me involucré con el caso. Tuvo bastante repercusión, tanto en medios de comunicación como en el ámbito del derecho.

¿Qué caso fue ese?
Fue un caso que llegó al Tribunal Constitucional. Una persona fue despedida por estar en apariencia de ebriedad. Pero no estaba ebria y el Tribunal Constitucional ordenó su reposición, aplicó los principios de razonabilidad y proporcionalidad, esto quiere decir que la sanción al trabajador debe ir de acuerdo con la falta cometida. Su jefe pensó que estaba ebrio, pero no lo estaba y, en todo caso, merecía un llamado de atención por aparentar un estado de ebriedad, no merecía la máxima sanción.

¿Qué otros casos penales has atendido?
Veo casos de accidentes de tránsito de una compañía de seguros. Nos encargamos de asesorar a los asegurados. Es una asesoría personalizada, se da de manera directa a los asegurados. Casualmente, mi tesis de maestría es sobre la responsabilidad de la empresa ante un accidente de tránsito. Más adelante planeo publicarla. En Argentina esta es una especialidad llamada derecho de accidentes de tránsito; acá no existe como especialidad, pero los accidentes ocurren todos los días. Por lo general, un accidente de tránsito es atendido por un abogado de la familia o un abogado conocido, no por alguien que domine específicamente esta materia. Pero en realidad se necesita una asesoría experimentada y rápida, porque la persona que causa o es víctima de un accidente está desorientada y requiere apoyo.

Son casos muy delicados.
Sí, porque son inesperados y es difícil conciliar cuando se presentan daños personales. Está el problema de cómo cuantificar el daño o cómo cuantificar la vida misma. Es un tema que rebasa el derecho. Como abogados, tenemos herramientas, pero también necesitamos considerar el lado humano y la necesidad de llegar a una solución armoniosa para ambas partes.

No hay un curso sobre cómo actuar en caso de accidente. Uno no sabe qué hacer si atropella a una persona.
Exactamente, por eso hay fugas y otras reacciones que se presentan por el miedo y el desconocimiento. Incluso hay varios mitos. Muchos creen que, si se atropella a alguien, no se le debe llevar a un hospital, sino que hay que esperar a que llegue un policía. Eso no es así. Lo que prima es la integridad de la persona. Uno debe llevarla a un centro médico y, desde ahí, llamar a la policía.

¿En qué otros estudios has trabajado?
Antes he trabajado en el estudio de mi padre, que es laboralista y constitucionalista.

Tienes un libro de cuentos sobre accidentes de tránsito, ¿verdad?
Sí, hace un tiempo me animé a escribir un libro sobre accidentes en formato electrónico. Está disponible en Amazon, se puede comprar en digital e impreso. Se llama Prohibido adelantar. Está basado en varios casos que he visto y ofrecen una noción de lo que significa estar en un accidente de tránsito. Nadie quiere estar involucrado en un accidente, estos ocurren por casualidad, nadie quiere cometer algo malo, por eso la calificación de ese delito es culposo, es decir, se realiza sin intención.

¿Cómo te va con las ventas?
Se lee más en España y Estados Unidos que en el Perú. Acá solo mi familia ha comprado el libro. Es literatura, pero planteo casos reales y que la mejor solución es llegar a una conciliación o acuerdo extrajudicial antes que a una sentencia injusta.

¿Por qué hablas de una sentencia injusta?
Es que a veces el juez hace una cuantificación del daño alejada de la realidad. La mejor solución es llegar a un acuerdo directo. La norma penal contempla esa posibilidad, no es necesario el arbitraje.

¿Qué piensas de la Universidad de Lima?
La Ulima siempre tendrá un espacio en mí. Tengo muchos recuerdos y experiencias de esa época, crecí mucho dentro de la Universidad y doy gracias a los compañeros que conocí y a los profesores que tuve. De vez en cuando me reúno con mis compañeros y todos guardamos gratos recuerdos de nuestra época universitaria. Yo, además, fui parte del Círculo de Derecho Administrativo. Teníamos mucho apoyo del decano de ese entonces, Oswaldo Hundskopf, así como de Dante Mendoza Antonioli. Ellos nos dieron la posibilidad de hacer un boletín impreso llamado Vía Previa. Ahí escribíamos artículos de derecho siendo aún estudiantes. Generábamos debate, hacíamos seminarios gratuitos y en ese boletín teníamos un espacio para escribir historias literarias vinculadas al derecho. Yo era el editor del boletín. Creo que en otro lugar no habría encontrado ese apoyo. También valoro mucho el ambiente de estudios, donde pude adquirir los principios, valores y experiencias a los que debo mi desempeño profesional.

¿Y qué te pareció la Maestría en Derecho Empresarial?
Fue muy interesante, tuve la oportunidad de conocer otros puntos de vista. Mis compañeros de la Maestría trabajaban en estudios y en empresas importantes y con ellos compartíamos, fue muy buena la Maestría.