16 de Agosto de 2021

Un nuevo concepto en servicios legales

SimplificaLaw ha salido al mercado para brindar una asesoría rápida y concreta a los emprendedores. Andrés Pereyra, uno de sus fundadores, estudió Derecho en la Universidad de Lima, y sostiene que su interés es estudiar la experiencia y la visión del emprendedor para diseñar un plan de acción a la medida de sus necesidades. Se ocupa, asimismo, de brindar asesoría en temas complementarios del emprendimiento, como la parte contable, el diseño de la imagen de marca, el diseño web y otros.

¿Cómo surgió este proyecto?
Surgió en el verano de 2018, por la necesidad que sentíamos de simplificar la prestación de servicios legales, de querer hacer las cosas de una manera más práctica y cómoda para los clientes. Nuestra intención es que ellos se sientan respaldados y generar la confianza suficiente para que recurran a nosotros ante cualquier consulta o emergencia. Nuestra filosofía parte de la premisa de ver el emprendimiento —y en general cualquier proyecto de nuestros clientes— como una experiencia y ser conscientes de que esa experiencia no se limita al derecho. Por ello, consideramos que la verdadera riqueza del abogado de hoy radica, justamente, en las soluciones que debe procurar, así como en la preocupación por temas extralegales. Es muy importante para nosotros enriquecer nuestra forma de hacer derecho a través de profesionales no abogados que aportan valor a nuestras decisiones y soluciones. El nuestro no es el típico estudio de abogados o la típica consultora legal; somos diseñadores de experiencias.

¿Qué caracteriza el servicio?
Ofrecemos un servicio diferente con el cual nuestros clientes se sienten muy cómodos, porque es flexible. Nuestro lenguaje es sencillo y cercano al cliente. Tenemos la capacidad de entender a las personas, captar sus aspiraciones y sueños e identificar dónde están y adónde quieren llegar.

¿El asesoramiento a los emprendedores se orienta al inicio del emprendimiento?
Muchas veces antes incluso. Esto dependerá del nivel de avance en que se encuentra el cliente que solicita nuestro apoyo. Pensando en que no todos los clientes se miden bajo la misma regla, hemos diseñado dos familias de servicios. La primera se llama DesarrollaLaw e incluye servicios técnico-legales que buscan hacer viables las operaciones de nuestros clientes, en caso sus proyectos sean de carácter más embrionario. Dentro de esta categoría se encuentran dos servicios: ValidaLaw y ConsultaLaw. El primero busca validar la idea o el modelo de negocio de nuestros clientes para determinar si ya tienen lo suficiente para iniciar su aventura en el mundo del emprendimiento. ConsultaLaw, por otro lado, busca responder, dentro de las veinticuatro horas, consultas legales de corte sencillo, para lo cual nos valemos de un pool de abogados externos que compiten entre sí para asumir los distintos casos. La segunda familia de servicios, DesarrollaLaw, es un espacio para que nuestros clientes ejecuten sus proyectos. Para esto, contamos con los siguientes servicios: ConstituyeLaw, un espacio para la constitución rápida y sencilla de diversas clases de empresas; RegistraLaw, un servicio especializado en la protección de la propiedad industrial de nuestros clientes, y CompraLaw, un servicio pensado en la adquisición y legalización de los libros sociales y contables, así como en la implementación del libro de reclamaciones de nuestros clientes.

Esto ya es para los emprendedores con alguna experiencia.
Así es. Adicionalmente, a través de DesarrollaLaw, se proveen servicios relativos a la formalización laboral de la empresa, la gestión de su sistema de seguridad y salud en el trabajo y el plan de vigilancia, prevención y control de la COVID-19 según las dimensiones de la empresa. Muchos emprendedores vienen siendo empresarios de facto y no tienen ninguna clase de formalización, pese a que su negocio funciona, y esto les cierra muchas puertas que no permiten que sus negocios crezcan o se vuelvan realmente escalables. Por ello, estamos trabajando dentro de la familia de servicios de FormalizaLaw para que la oferta de servicios y contenidos en ella sea una verdadera guía de lanzamiento de proyectos, contemplando los distintos hitos por los que un emprendimiento debe pasar hasta que pueda encontrarse en una situación de cumplimiento normativo mínimo y seguro.

La asesoría no se limita a lo legal, ¿verdad?
Efectivamente, queremos ser ese espacio donde el emprendedor pueda conseguir los diferentes servicios que necesite y aquellos que no sabía que necesitaba. Emprender no se limita a constituir una sociedad y quedarte con una escritura pública y un asiento registral. Es un camino con múltiples aristas que merecen una atención personalizada. La idea final de la empresa es ser un centro de innovación y una especie de hub de emprendimiento, donde nuestros clientes puedan obtener todo lo necesario para su prelanzamiento, así como la habilitación del negocio, no solo en términos legales, sino también en temas accesorios que todo emprendedor necesita, como la parte contable, el diseño de la imagen de marca, el diseño web, etcétera. Solo mi socio y yo somos abogados en la compañía. Nos hemos vinculado con personas que no son abogados y nos ayudan con la parte de desarrollo del negocio, porque para nosotros lo importante es la amalgama entre el derecho y otras disciplinas.

¿Con quiénes trabajan los temas legales?
Tenemos un equipo de abogados externos. Ellos efectúan el servicio y regresan a nosotros con el trabajo realizado. Nosotros depuramos, validamos y damos la cara al cliente con la respuesta final. La idea es proveer una respuesta legal con respecto a una consulta puntual dentro de veinticuatro horas. Los abogados son retribuidos con una suma que se desprende de la facturación final que la empresa recibe.

¿Cuáles son las consultas que reciben más?
El grueso de las consultas que llega a nosotros se relaciona con la constitución de empresas y sus sucedáneos, contratos de arrendamiento, registro de marcas, contratos de compraventa y anticipos de legítima.

¿Qué hacías antes de este emprendimiento?
Mi primer trabajo fue en el Estudio Muñiz, después estuve en Telefónica del Perú, cerca de dos años, y luego en el Estudio Osterling, por seis años. Más adelante trabajé en una empresa retail llamada Iasacorp International y después en el Estudio Muñiz nuevamente, tercerizado a uno de sus clientes: Xerox del Perú. Y antes de este emprendimiento estuve en una empresa del rubro metalmecánico.

¿Qué valoras de tus trabajos anteriores?
Mi experiencia en el sector retail fue la más rica que tuve, comprendí que lo más importante para un abogado es entender cómo comunicarse con las personas que han estudiado otras carreras y comprender que una empresa funciona como una suerte de engranajes y de pistones que dependen de esa comunicación entre partes totalmente distintas. Otra gran lección que aprendí en el sector retail fue que el cliente no espera una clase de filosofía, sino una respuesta práctica.

¿Qué te pareció estudiar en la Universidad de Lima?
Fue la mejor experiencia que he tenido y, si pudiera regresar cinco minutos en mi vida, lo haría a cualquiera de los ciclos de la Universidad. Ahí conocí a personas maravillosas que me acompañan hasta hoy. Considero que formé lazos no solo de amistad, sino de hermandad. Además, tengo un bagaje de conocimientos empresariales prácticos que me han preparado para la vida corporativa y para mi propio emprendimiento. Por último, veo que la Ulima realiza un excelente trabajo en el tema tecnológico, de selección de docentes y en habilidades blandas, que hoy deben ser nuestro nuevo estándar profesional.