A inicios de año, Héctor Vargas Prato viajó a Chile para alcanzar sus metas en el competitivo mundo de las ventas y la tecnología. Actualmente, trabaja en ciberseguridad en IBM y lidera proyectos con destacados clientes, como instituciones financieras y aerolíneas. En esta entrevista, resalta su compromiso por aprender y adaptarse en el dinámico campo de la informática. Con una formación en Marketing en la Universidad de Lima, nos habla sobre su amor por la tecnología, sus logros y cómo la actitud y el esfuerzo son claves para sobresalir en su profesión.
¿Qué te llevó a trabajar en Chile?
Me mudé a Chile el 3 de enero de 2024. Siempre tuve planes de desarrollarme personal y profesionalmente en el extranjero, así que busqué oportunidades para hacerlo. Me acerqué al gerente general de IBM Chile de ese entonces y le pedí una reunión. Luego de esa conversación y de demostrarle mi compromiso, me dio la oportunidad de participar en un par de procesos de selección y pude quedar en el área de Seguridad. Como dato curioso, debo decir que yo nací en Chile, tengo las nacionalidades chilena y peruana, por ello consideré venir a este país.
¿Ya tenías experiencia en tecnología?
Sí, había trabajado en tecnología antes, pero no en un entorno como el de IBM. Estudié mucho para estar a la altura de las expectativas. Actualmente, soy el encargado de las cuentas que tienen un enfoque principal en ciberseguridad. Soy el responsable comercial. Junto con un equipo que cubre tanto la preventa como la posventa, acompaño a los clientes en todo el proceso. Hemos tenido la oportunidad de trabajar con clientes muy grandes.
¿Qué tendencias hay actualmente en tu campo de acción?
Hoy en día, IBM enfoca su estrategia en inteligencia artificial y hybrid cloud. Y, en ambos campos, la seguridad está tomando cada vez mayor relevancia. Esto es porque el entorno de hybrid cloud y los modelos de inteligencia artificial necesitan protección. Ahí es donde entra a tallar el trabajo que hacemos.
En la práctica, ¿de qué manera se brinda la protección?
El tema es bastante amplio, pero haré un pequeño resumen. En la actualidad, uno de los principales desafíos corporativos está en el manejo de las bases de datos. Las empresas, como bancos o aerolíneas, gestionan información personal de sus clientes, y es importante asegurarse de que esta no se utilice con otros fines. Nos enfocamos en proteger estas bases de datos y en el monitoreo constante para detectar cualquier inconveniente. La protección de datos y el monitoreo son pilares fundamentales en nuestro trabajo en IBM.
Otro aspecto que cobra relevancia es el referido a las identidades y las suplantaciones. ¿Qué haces al respecto en tu trabajo o cómo les puedes brindar tranquilidad a tus clientes en ese sentido?
En efecto, una de las grandes tendencias actuales es la gestión de identidades. Cuando piensas en una brecha de seguridad o en hackeos, el tema de las identidades es lo primero que se te viene a la mente. Sabemos que los hackeos tradicionales ya no son la principal causa de las brechas de información. Los atacantes utilizan métodos más avanzados, ingresan con credenciales reales. Es decir, roban tu información y acceden con ella a otros sistemas. Esto supone un gran reto, porque ahora no solo debes pensar en cómo pueden hackearte externamente, sino también en cómo proteger cada acceso internamente.
¿Qué estrategias implementan para esto?
Un ejemplo importante es la autenticación multifactor. Este método permite verificar que la persona que intenta ingresar es realmente quien dice ser. La inteligencia artificial también desempeña un papel clave aquí, tanto en su lado positivo como en el negativo, ya que facilita la defensa y la creación de métodos de ataque. Es un tema vasto y complejo.
Y es un tema que está muy en tendencia. ¿Te gusta trabajar en esta área?
Sí, siempre he sido un apasionado de la tecnología, en general. Hoy en día, la ciberseguridad es una de las áreas más demandadas en el mundo. A veces la pensamos solo desde la perspectiva empresarial, pero también nos afecta en el ámbito personal. Por ejemplo, cada vez estamos más familiarizados con el concepto de phishing, que con la inteligencia artificial alcanza niveles muy altos de sofisticación. Atrás quedaron los tiempos en que phishing aludía a un mensaje que decía: “Hola, soy de tal lugar y necesito que ingreses tus datos por un problema”. Era muy rudimentario, por decirlo de alguna forma. En la actualidad, la inteligencia artificial permite suplantar voces, crear videos con rostros de personas y simular situaciones reales. Por eso, más allá de lo corporativo, debemos pensar en cómo nos afecta individualmente y cómo podemos proteger nuestros datos para no caer en esas estafas. Hoy, la tecnología avanza a gran velocidad, y los atacantes siempre buscan nuevas maneras de vulnerar sistemas. Es una carrera en la que ellos constantemente tratan de innovar para lograr sus objetivos, lo cual los mantiene, lamentablemente, un paso adelante. El reto es igualarlos, anticiparse y pensar como ellos.
Retrocedamos un poco en el tiempo. ¿En qué empresas has trabajado?
Empecé como practicante en Dell, justo cuando se fusionó con EMC, la empresa de laptops y servidores. Trabajé en el área de Trade Marketing, ya que estudié Marketing en la Universidad de Lima. Estuve allí un año, aprendí mucho, y eso me dio un enfoque del lado comercial, lo cual me llevó a buscar trabajos más centrados en esa área. Descubrí que mis habilidades y perfil se orientaban al área comercial, y hacia allí dirigí mi carrera en los siguientes empleos, tanto en tecnología, que me atraía mucho, como en otras industrias.
Luego de tu experiencia en Dell, ¿adónde fuiste?
Después de Dell, pasé por Farmacare, una distribuidora de productos dermocosméticos, donde fui ejecutivo de ventas. Luego, estuve involucrado en el negocio de pescados y, finalmente, regresé a la tecnología, que es lo que me gusta. Trabajé en GeoVictoria, una empresa de software como servicio (SaaS), donde vendíamos un software enfocado en recursos humanos. Después, me uní a ebombo, donde comercializábamos software especializado en eventos. Esa fue mi última experiencia en el Perú.
¿Qué ocurrió después de ebombo?
Decidí tomar una pausa laboral por un tema de salud. Necesitaba rehabilitarme debido a una lesión. Requería varios días de tratamiento cada semana, lo cual era difícil de compaginar con un trabajo de tiempo completo. Esta pausa me permitió reflexionar sobre mis objetivos y decidir hacia dónde quería dirigir mi carrera. Tomé decisiones sobre tres puntos claves. Primero, quería enfocarme en algo que me apasionara. Mis dos grandes intereses son la tecnología y el deporte, así que decidí buscar algo en alguna de esas áreas. El segundo punto fue darme cuenta de que irme de Perú era lo mejor para mí; sentía que necesitaba un cambio. Y el tercer punto fue que, como ya había tenido experiencia en startups y en diferentes tipos de empresas con metodologías distintas, quería volver al mundo corporativo tradicional, pero a una empresa transnacional. Pensé que IBM era la opción ideal para mí y, por suerte, tuve la oportunidad. Ahora, que estoy aquí, me siento muy contento.
En GeoVictoria, ¿qué responsabilidades tenías?
GeoVictoria es una empresa de software como servicio (SaaS). Vendíamos un software de asistencia de empleados para registrar la hora de entrada, de salida y horas extras, ya que muchas empresas necesitan tener control de los horarios, especialmente donde se paga por hora trabajada. Este control de asistencia es fundamental en industrias con horarios específicos y pagos regulados. Yo era Account Executive de cuentas corporativas y gestionaba las cuentas principales de GeoVictoria. Logramos negocios muy grandes. El que más recuerdo fue con una empresa de comercio minorista; cerramos un contrato para más de 8000 empleados. Fue la venta más grande en la historia de GeoVictoria hasta ese momento. Fue una época muy buena, aprendí muchísimo y solo me fui en busca de un reto mayor, con más exigencia y la posibilidad de liderar equipos. Fue una experiencia valiosa que me ayudó mucho a crecer.
Si tuvieras que destacar algo de tu trayectoria laboral, un logro, un proyecto, algo que consideres importante, ¿qué sería?
La verdad, creo que todo lo que hice, con errores y aciertos, los proyectos pequeños y los grandes, me llevaron adonde estoy ahora. Estoy muy contento por cómo se han desarrollado las cosas. Por ello, si tuviera que destacar algo, sería el conjunto de experiencias: los retos y las equivocaciones de las que aprendí para hacer las cosas mejor. Y si me toca hablar de un proyecto específico, siempre recordaré con mucho cariño el del comercio minorista que mencioné, porque fue un negocio enorme y en el que trabajamos por un año para que salga adelante. Hoy en día, trabajamos en IBM en proyectos importantes que están cerca de concretarse. Cuando esto suceda, también estaré muy feliz. Pero, como decía, valoro todo el conjunto. Creo que la mejor forma de verlo, y es como me gusta apreciar la vida, es pensar que todo lo que hice me trajo al lugar donde estoy.
¿Qué te distingue como profesional?
Creo que lo que más me distingue es mi actitud y compromiso. Puedes no saber de algo o no ser el más experto en un tema específico, como tecnología o ventas; pero, si tienes el triple de ganas de aprender y pones tres veces más actitud que alguien que sí sabe, al final vas a ser mucho más útil para la empresa y para tu equipo. El talento es importante y siempre será apreciado, pero igualmente valiosas son las habilidades blandas y la actitud con la que se afronta el trabajo. Yo siempre trato de dar el 120 % de mí. Y aunque a veces las cosas no salgan como uno espera, porque así es la vida y así son las ventas, lo importante es siempre dar lo mejor.
¿Cómo manejas los momentos difíciles en tu trabajo, como cuando se cae un negocio o tienes dificultades con algún cliente?
Mientras sepas que, a pesar de que se haya caído un negocio o no hayas podido concretar un proyecto con un cliente, diste absolutamente todo de ti, puedes estar en paz. La empresa siempre valorará que entregues todo tu esfuerzo. Siempre estoy atento para aprender nuevas cosas y, si algo no sé, lo investigo para manejarlo mucho mejor la próxima vez.
Ya para terminar, acerca de tu experiencia en la Universidad de Lima, ¿qué te pareció?
La Universidad fue una época muy bonita para mí. Hice muchos amigos que hoy forman parte de mis grupos más cercanos. La Universidad de Lima te conecta con mucha gente, lo que te da grandes oportunidades de networking. Académicamente, siempre ha destacado por su calidad. Tuve profesores que eran profesionales muy capacitados. Recuerdo docentes que se esmeraban por enseñarnos cosas más allá de la malla curricular, que nos pudieran aportar para destacar en la vida. No se limitaban a enseñar la materia, sino que buscaban inspirar y apoyar en el desarrollo personal y profesional de cada estudiante.