18 de Septiembre de 2017

Psicooncología en el Jueves de Psicología

En el siglo XIX, el cáncer estaba asociado indivisiblemente con la muerte. Es en el siglo posterior cuando se empiezan a curar algunos casos si eran detectados a tiempo y a realizarse los primeros estudios sobre cómo afecta a los pacientes vivir con esta enfermedad. Este interesante tema fue tratado por Daniela Vargas –licenciada en psicología por la Universidad Católica de Santa María de Arequipa, magíster en psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid– el 14 de agosto en el Aula Magna A, en el segundo Jueves de Psicología 2017-2.

La psicooncóloga habló del primer referente específico de la psicooncología, que se dio en 1950, cuando se abrió una unidad de psiquiatría en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, y donde empezaron a realizarse muchas investigaciones sobre este campo. Estas se intensificaron en 1977 con la llegada a esta institución de Jimmie Holland, considerada la Madre de la Psicooncología. Ella es quien, por primera vez, se plantea la posibilidad de hablar con el paciente sobre su propia muerte, tema tabú en una época en la que incluso el diagnóstico de cáncer era ocultado a quien padecía este mal. Ella mostró evidencia de que quienes padecen de males oncológicos tienen un sentimiento de abandono y no poder hablar de su situación con alguien les generaba aislamiento emocional.

La especialista apuntó que si deseamos que la psicooncología sea más productiva, debe ejercerse de forma interdisciplinaria y conjunta con el equipo de salud, requiere conocimientos teóricos y de prácticas clínicas que integren aspectos psicológicos y médicos, se deben integrar las intervenciones psicológicas en las historias médicas, se deben investigar y finalmente difundir.

Asimismo, Vargas resaltó las ventajas de que una persona con una enfermedad neoplásica reciba testimonio de otros que han padecido el mismo mal: “Un paciente con cáncer solo será comprendido por otro paciente con cáncer”, expresó. Además, señaló que los pacientes no son los únicos afectados psicológicamente: la familia, los amigos y el propio personal de salud pueden necesitar ayuda psicológica para saber cómo afrontar este mal.

Vargas señaló que entre 1975 y 1985 empieza a desarrollarse la psicooncología en la mayoría de países; sin embargo, este tipo de tratamiento se inició en el Perú recién desde 2006, con la creación de la Sociedad Peruana de Psicooncología, la cual aún se está desarrollando.