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El autor analiza cómo la inteligencia artificial está transformando los procesos de fiscalización tributaria, permitiendo detectar patrones de riesgo, inconsistencias y posibles casos de evasión con mayor precisión y rapidez. La IA facilita auditorías más predictivas y menos invasivas, aunque plantea desafíos éticos y regulatorios, como la transparencia de los algoritmos y la protección de datos. Se concluye que su adopción será progresiva, pero decisiva para modernizar el control fiscal en los próximos años.
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