
Octavio Alfonso Chon Torres
Investigador del IDIC y docente Ulima
Perfil en el CRIS Ulima
Melissa Gutiérrez Arias
Investigadora del Instituto de Astrobiología de Colombia
Los primeros lanzamientos de globos estratosféricos con fines astrobiológicos en el Perú se realizaron en 2015 gracias a un grupo de profesores de la Universidad de Lima. Aunque existían antecedentes de lanzamientos previos en el país, estos carecían de sistematicidad y objetivos científicos concretos. Eran, en su mayoría, intentos aislados por alcanzar la mayor altura posible con globos de gran altitud. Estos lanzamientos se basaron en experiencias de otros países, sin considerar que las diferencias geográficas o de infraestructura afectan significativamente las posibilidades dentro del territorio nacional. Ante esto, a cualquier persona podrían surgirle ciertas preguntas: ¿por qué enviar cosas a la estratósfera?, ¿cómo se le ocurre a alguien una idea de tal magnitud?
En principio, la estratósfera representa un laboratorio natural al alcance de cualquiera que sepa cómo llegar allí. Las condiciones son extremas: las temperaturas llegan a los −60 grados Celsius, se tiene una exposición a los rayos ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC), y la presión atmosférica disminuye desde los 1013 hPa a nivel del mar hasta los 10 hPa allá arriba. Reproducir este entorno en un laboratorio sería costoso y restringiría el acceso a quienes deseen experimentar e investigar en esas circunstancias. Son condiciones análogas a ambientes marcianos y espaciales, donde podemos poner a prueba tanto tecnologías como muestras biológicas —microorganismos, raíces, semillas— y evaluar su resistencia o cambios. Y ello se conecta con lo siguiente, que es el interés astrobiológico.
Todos alguna vez nos hemos preguntado si estamos solos en el universo. A partir de esta inquietud surge la astrobiología, disciplina científica que estudia la posibilidad de vida extraterrestre (Nature, 2024). Si bien aún no contamos con evidencia de vida fuera de la Tierra, exponer organismos a condiciones extremas nos posibilita explorar sus límites de adaptación. Asimismo, nos permite poner a prueba el equipo que puede emplearse, eventualmente, en microsatélites. Este es el interés desde la perspectiva de las ciencias naturales y la ingeniería. No obstante, el envío de globos estratosféricos también tiene un valor educativo, como se aprecia en la investigación “Transdisciplinary contributions in undergraduate university students through a stratospheric balloon project with an astrobiological focus”.
De esta manera, entre 2023 y 2024, más de 150 estudiantes universitarios de Lima Metropolitana han sido parte de esta iniciativa, lo cual constituye un récord nacional en participación estudiantil en este tipo de proyectos. Y ese no es el único hito conseguido. En 2022, se logró la mayor altura registrada en el país con un globo de estas características: 32 316 m s. n. m. Últimamente, se han enviado muestras de uvas pisqueras y, en colaboración con Colombia, granos de café (Fernández Arribasplata, 2025; TVPerú, 2025). Estos dos últimos envíos aún están en fase exploratoria, pero eventualmente brindarán resultados. En el mediano plazo, los lanzamientos comenzarán a internacionalizarse en Colombia y Paraguay. Asimismo, existen conversaciones para replicar esta experiencia en Ecuador, Argentina y España. Todo ello permite proyectar un futuro prometedor para los lanzamientos estratosféricos.
Más allá de los récords y las colaboraciones internacionales, persiste una interrogante fundamental: ¿cómo se realiza, en la práctica, un lanzamiento de globo estratosférico?
Más allá del cielo: una aventura científica
Al principio, parece solo un lanzamiento más, uno entre los más de quince realizados hasta la fecha. Un globo que se infla con helio, una sonda lista para despegar y una cuenta regresiva que acelera el pulso. Pero, cuando sueltas ese globo y lo ves elevarse poco a poco hasta desaparecer en el cielo, sabes que la verdadera aventura acaba de comenzar. Desde tierra, seguimos su recorrido en tiempo real y vemos cómo sube a cada minuto. Es un sube y baja de emociones: el registro de la altura máxima (que, por más cálculos que hagamos, siempre estará a merced de lo impredecible del clima), la fascinación de ver los cambios extremos de temperatura a medida que asciende y la expectativa de que explote.
Y, luego, la búsqueda… ¡La búsqueda es otra experiencia! Allí es cuando la tecnología se vuelve tu mejor aliada. Imagínate rastrear un pequeño paquete que puede haber caído entre montañas, dunas o campos abiertos. El GPS es nuestro salvador, pero la duda siempre está: ¿y si falló? La emoción de encontrar la sonda intacta, revisar que todo aterrizó correctamente y confirmar que las muestras resistieron el viaje es, sin duda, la cereza del pastel.
Sin embargo, el proyecto es mucho más que lanzar globos y recuperar sondas. Es una invitación a la curiosidad. ¿Alguna vez te preguntaste dónde queda exactamente la estratósfera? ¿Cómo llegamos hasta allá? ¿Por qué tendríamos que estudiar este ambiente extremo? Cada lanzamiento abre nuevas interrogantes y nos acerca un poco más a sus respuestas. Y el verdadero impacto viene después del lanzamiento. Porque esto no se trata solo de enviar muestras biológicas a condiciones extremas de temperatura, presión y radiación. El objetivo es explorar las capacidades de la vida en los ambientes más hostiles, buscar organismos que puedan sobrevivir a un cambio climático extremo o incluso pensar en los cultivos del futuro en la agricultura aeroespacial.
Este proyecto es un laboratorio de posibilidades; un puente entre la ciencia, la educación y la tecnología; una ventana al futuro de la exploración espacial, y un entorno propicio para la imaginación y el descubrimiento. Por ello, su divulgación, la colaboración científica y su impacto en Latinoamérica son tan importantes, porque entender nuestro planeta es el primer paso para explorar otros mundos y, tal vez, algún día, descubrir que nunca estuvimos solos.
Ahora que sabes todo esto, ¿te gustaría descubrir cómo es una sonda enviada a la estratósfera y cómo se ve la Tierra desde ella? Haz clic aquí.
Citar esta entrada de blog (APA, 7.a edición): Chon Torres, O. A., y Gutiérrez Arias, M. (29 de abril de 2025). Viaje a la estratósfera: entre la investigación y la aventura. Scientia et Praxis: Un blog sobre investigación científica y sus aplicaciones. https://www.ulima.edu.pe/investigacion/blog/viaje-a-la-estratosfera-entre-la-investigacion-y-la-aventura |
Referencias
Chon-Torres, O. A. et al. (2024). Transdisciplinary contributions in undergraduate university students through a stratospheric balloon project with an astrobiological focus. International Journal of Astrobiology, 23, 1-12. https://doi.org/10.1017/S1473550424000028
Fernández Arribasplata, M. (2025, 10 de febrero). Perú y Colombia se unen para lanzar café y semillas de uvas pisqueras a la estratósfera. Andina. https://andina.pe/agencia/noticia-peru-y-colombia-se-unen-para-lanzar-cafe-y-semillas-uvas-pisqueras-a-estratosfera-1016437.aspx
Nature (2024). Astrobiology. https://www.nature.com/collections/cecjdhfcfi
TVPerú (2025, 2 de febrero). TVPerú Noticias [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/live/XlqrsInlEhk
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