13 de Abril de 2021

Egresado Ulima crea robots que desinfectan y hacen 'delivery'

En el segundo semestre del 2019, Rolando Cruzado se propuso acelerar la adopción de soluciones robóticas para pymes en el Perú. Junto con Nicolás Figueroa fundó el Centro de Investigación y Desarrollo en Robótica (Robotics Lab), con el cual ha creado Hayka, el primer robot delivery del Perú, y RUV, un robot de desinfección.

Rolando es ingeniero industrial por la Universidad de Lima, se especializa en temas de innovación y espera poder ayudar a productores peruanos a que lleguen a sus clientes finales sin intermediarios.

¿Cómo funciona el robot delivery?
Tenemos dos robots: RUV, que desinfecta los productos en almacenes, se traslada de forma autónoma y emplea rayos ultravioleta de onda corta (UVC), tecnología que desactiva cualquier virus ─incluido el de la COVID-19─ en un 99,9 %. El segundo robot es Hayka, el primer robot delivery en el Perú. Traslada los productos desde el almacén hasta el punto donde se encuentre el cliente final. El cliente puede abrir su compuerta de seguridad y tomar su producto sin ningún contacto humano de por medio.

¿Qué tipo de energía usan y cómo se manejan?
Ambos son 100 % eléctricos: no dañan el medio ambiente y se pueden manejar desde largas distancias. Podemos estar en Londres, Dheli o Madre de Dios y controlar los dispositivos. Localmente, aseguramos la conducción con pilotos especializados, quienes tienen los controles en una app y desde un centro de operación móvil o fijo. Así logramos realizar una entrega inocua y segura.

¿Los puede comprar cualquier persona?
En este momento, los robots no se venden, pero a futuro nos gustaría hacerlo. Lo que hemos visto en mercados globales donde existen robots delivery ─como Estados Unidos (Starship Robots), China (White Rhino Vehicles), Rusia, Italia, Colombia (Kiwibot), etcétera─ es que primero se da una etapa de interacción transitoria y posteriormente la adopción masiva, con la adecuación social respectiva. En el Perú, este proceso habría llegado recién en cinco años, pero con la pandemia este se aceleró al presente y creemos que muchas cosas surgirán a favor ahora.

¿Son muy costosos estos robots?
Tienen un costo de desarrollo tecnológico por la materia y otro costo por el recurso intelectual, ya que trabajamos con ingenieros de la India, Reino Unido y Estados Unidos. Felizmente, nos acompañan mentores e inversores tecnológicos. Por otro lado, tiene un alto retorno social. Hoy podemos llevar la producción de un productor de maca negra cultivada 100 % de forma natural desde Junín, la cuna de la maca del mundo, a la puerta de su cliente, sin intermediarios y a un precio justo.

¿Ya están funcionando?
Están funcionando en pruebas controladas. Desde Hayka hemos conectado inicialmente productores agrícolas de todo el Perú que desean llevar sus productos, como superfoods, a sus clientes finales. Por motivo de la pandemia, ellos no podían trasladar sus productos como antes, pero con el apoyo de los robots ahora ya pueden hacerlo. Hayka hace entregas inocuas, y seguras. Hoy uno va a la plataforma: https://hayka.xyz/, accede a un catálogo de productos y coordina su pedido. Por lo pronto, estamos priorizando a los pequeños productores agrícolas para afrontar la pandemia. Si alguien desea distribuir sus productos con nosotros, solo nos contacta y estaremos encantados de ayudarlos.

¿Cuántos pedidos has recibido hasta el momento?
Ya superamos los 100 pedidos y en cada fase venimos realizando las adaptaciones necesarias.

¿Cómo piensas que esto puede evolucionar a futuro?
Ya viene evolucionando a pasos gigantescos y lo hará aún más con el internet 5G y la inteligencia artificial. La industria 4.0 y las tecnologías 5.0 transformarán la industria en el Perú.

¿Con quién te apoyaste para el desarrollo de estos robots?
Este proyecto nació en 2019, con el apoyo de la Universidad Stanford, de Estados Unidos, que nos dio una beca para realizar el desarrollo tecnológico. Además, fuimos seleccionados por el programa Desafío Triple Alianza, impulsado por tres incubadoras (1551, Startup UNI e Incubagraria) y auspiciado por el Gobierno de Corea, mediante Koica. Mientras lográbamos los resultados en laboratorio, recibimos el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) y del Gobierno de Reino Unido, a través del fondo Newton-Paulet, donde hoy recibo apoyo del Royal Academy of Engineering (Reino Unido) y Oxentia, el centro de innovación de la Universidad de Oxford. A ello le sumamos inversores y asesores técnicos de México, Perú, Estados Unidos, Reino Unidos, etcétera.

¿Dónde has trabajado anteriormente?
He trabajado como coordinador en Gestión del Conocimiento en PricewaterhouseCoopers (PwC), donde tuve la oportunidad de colaborar con oficinas de Reino Unido y Estados Unidos. También he trabajado en Western Union, donde estuve a cargo de Business Intelligence. He sido fellow en Intel, en Silicon Valley (Estados Unidos), donde aprendí la importancia de crear tecnologías globales. En el Concytec trabajé como supervisor en el desarrollo de proyectos tecnológicos; en PDMA (Product Development & Management Association), apoyando una organización global con sede en Estados Unidos. Últimamente he trabajado en una empresa de innovación tecnológica en Estados Unidos, enfocada en impulsar la conservación mundial en Sudamérica.

¿Qué haces en tus tiempos libres?
Los comparto con mi familia y aprovecho para aprender coreano en la Universidad Yonsei. Me gusta la cultura de ese país, y es uno de los que realiza mayor inversión en desarrollo tecnológico a nivel mundial, sobre todo en inteligencia artificial y robótica.

¿Qué recuerdos guardas de tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
De los mejores: los profesores, los cursos de mi Carrera de Ingeniería Industrial y la biblioteca. Jamás me imaginé que me estaban preparando para la industria 4.0, para resolver los desafíos con ciencia y tecnología. Valoro mucho la formación brindada por los profesores, que nos impulsaban a comprometernos con el bienestar de la sociedad.