27 de Marzo de 2020

Leyes e infraestructura

Max Carneiro es un abogado especializado en temas de infraestructura. Ha trabajado en diferentes proyectos, tanto en el Perú como en el extranjero, y uno de los que más satisfacción le han dado es el del Metro de Lima, debido a la cantidad de gente que se puede transportar en poco tiempo y al impacto que esto genera en sus vidas.

Estudió Derecho en la Universidad de Lima, motivado por la posibilidad de ordenar la vida, que a veces es tan caótica, a través de normas. Actualmente es socio en Dentons y disfruta aprender de cada proyecto y aportar, con su granito de arena, para facilitar el día a día de las personas.

¿Cómo fuiste especializándote en el tema de infraestructura?
Adquirí esta especialidad unos años después de salir de la Universidad, al trabajar en el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán). Posteriormente trabajé como consultor en proyectos de infraestructura y luego pasé al sector privado. Me ocupo de temas relacionados con el desarrollo de aeropuertos, puertos, carreteras, la red ferroviaria, metros y todos los proyectos de infraestructura en general. Pero mi mayor experiencia es en transportes. Esta especialidad es muy interesante y combina varias áreas como la legal, la contractual, la financiera y la regulatoria.

¿Cómo ves el panorama nacional en infraestructura en nuestro país?
Actualmente, se ha ralentizado el desarrollo de nuevos proyectos. Muchos de los que están aprobados se encuentran en etapa de implementación, y con esos estamos trabajando. En todos ellos surgen imprevistos, debido a asuntos que no se contemplaron al momento de la firma del contrato o a nuevas necesidades. A veces surgen mayores requerimientos de financiamiento, por ejemplo, porque estos trabajos no solo involucran a las empresas que desarrollan proyectos, sino también a otras que levantan fondos de bancos, de inversionistas institucionales, etcétera. Además hay que estar pendiente de los temas regulatorios, y muchas veces se trabaja de cerca con el Estado, porque numerosos proyectos están basados en contratos de concesión, que se firman entre el Estado y una empresa privada. Cabe anotar que la compañía que firma una concesión con el Estado tiene que firmar varios otros contratos con empresas constructoras, operadoras, bancos y otros. Es una red de contratos. Y es muy interesante, pues hay que poner en práctica todo lo aprendido en la Universidad.

Esta no es una especialidad muy común, ¿verdad?
No, no lo es. Demanda un trabajo multidisciplinario con especialistas en finanzas, ingeniería, economía, etcétera. Hay que estar muy abierto a escuchar y tratar de entender cada punto de vista. Por supuesto, hay mucha negociación de por medio y se aprende bastante, pues ningún proyecto es igual a otro, siempre hay riesgos distintos y desafíos nuevos, y se requiere aplicar gran creatividad.

¿Hay algún proyecto de infraestructura que recuerdes especialmente y en el cual te sientas orgulloso de haber participado?
He trabajado en proyectos aeroportuarios importantes, sobre todo en ampliaciones, que demandan inversiones significativas y han favorecido a mucha gente. Ver esos trabajos terminados me da gran satisfacción. También trabajé en el Metro de Lima, cuando estaba en proceso de implementación, y me da enorme gusto ver el impacto que tiene en la calidad de vida de las personas, pues, antes, trasladarse de un punto de la ciudad a otro les tomaba demasiado tiempo. Todos esos proyectos demandan el esfuerzo de mucha gente, y el hecho de haber contribuido, con un granito de arena, me alegra enormemente.

¿Qué valoras de trabajar en Dentons?
Esta firma de abogados es muy buena y es la más grande del mundo. Está compuesta por aproximadamente diez mil abogados. Cuenta con oficinas en diferentes países, como China, Estados Unidos, Inglaterra, Singapur. Estamos acostumbrados a trabajar con colegas de todos los países: con Nueva York vemos temas de infraestructura; en asuntos de financiamiento coordinamos con Londres; también desarrollamos muchos proyectos con Chile y Colombia. Todo ello hace que la experiencia de trabajo en este estudio sea muy interesante. Actualmente, el mundo del derecho se ha globalizado y convivimos con culturas jurídicas y sistemas jurídicos distintos, que aportan unos a otros.

¿Has tenido oportunidad de trabajar fuera del Perú?
Sí, en diversos proyectos en Ecuador, Panamá, Honduras y otros lugares. Como varias de las empresas dedicadas a la infraestructura son multinacionales y en el Perú hay gran experiencia en infraestructura, nos han convocado para apoyar proyectos fuera del país, sobre todo en Centroamérica. Trabajamos con el apoyo de abogados locales, pero la lógica jurídica es muy parecida en todas partes, lo mismo que la técnica de financiamiento y de contratación. Muchas de las empresas constructoras son las mismas, inclusive los estudios de abogados. A veces nos encontramos con barreras culturales, pero eso te enseña y te hace ser más abierto a otras opiniones, estilos de trabajo y formas de pensar.

Tu anterior trabajo fue en otro estudio de alcance internacional. ¿Podrías comentar cómo te fue?
Así es. Antes estuve en PPU, del 2015 al 2019. Fue muy interesante, una buena experiencia. Ahí también veía temas de infraestructura y tuve oportunidad de aprender mucho. Antes de eso he trabajado en Delmar Ugarte, un estudio orientado específicamente a temas de infraestructura. Por otro lado, en Ositrán estuve en el área de Concesiones cuando recién se iniciaban las concesiones en nuestro país. Eso fue muy provechoso, ya que todo lo que se hacía era nuevo, todo formaba parte de un aprendizaje.

También eres profesor universitario, ¿verdad?
Sí, enseño temas vinculados con el desarrollo de infraestructura, financiamiento y regulación. Me dedico a la docencia desde hace diez años. En algún momento estuve en pregrado, pero la mayor parte de mi actividad como docente ha sido en posgrado. Me enriquece mucho enseñar, compartir mi experiencia e intercambiar ideas.

¿Cómo fue tu época de estudiante universitario?
Fue una época muy bonita, que viví con gran entusiasmo y pasión por el estudio. Hice numerosos amigos y aún recuerdo con cariño a muchos de mis profesores, que fueron muy buenos. La Carrera de Derecho en la Universidad de Lima es muy especial.

¿Qué te animó a estudiar Derecho?
Siempre tuve curiosidad por los temas culturales e históricos, y sentía que estudiar Derecho me daba la posibilidad de ordenar la vida, que a veces es caótica, con base en normas. Eso me llamaba mucho la atención. Cuando entré a la especialidad, me di cuenta de que estudiar esta carrera me abría el panorama e incluso me daba la capacidad de trabajar en campos distintos. El derecho es inagotable, tiene que ver con la experiencia humana, que es tan rica. Por otro lado, en esta carrera siempre surgen nuevas áreas, como el tema tecnológico, por ejemplo, y hay que aprender a interactuar con gente de otras profesiones, que tiene visiones distintas.