Universidad de Lima

La profesora Madeleine García Daccarett recuerda con mucho cariño que ofreció la primera clase a la primera promoción de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima al lado del director Enrique Bonilla. Fue el 5 de abril de 2010 a las 8 de la mañana. Desde entonces, ha acumulado experiencias, anécdotas simpáticas y ha visto crecer profesionalmente a sus exalumnos, a quienes les reconoce una capacidad singular para gestionar sus propios proyectos.

¿Qué recuerda del primer ciclo de la Carrera de Arquitectura?
El tema de los inicios de la Carrera de Arquitectura es muy interesante porque no todos los días se empieza una carrera desde cero. Más bien es una experiencia única. Recuerdo que las clases comenzaron con dos secciones. Los primeros cursos eran Proyecto de Arquitectura y Dibujo. Un grupo de estudiantes asistía a la Universidad en la mañana y otro grupo, en la tarde. Yo daba clases en el 401; cada vez que me toca dar a clases ahí, recuerdo mis primeras clases con mucho cariño. Me tocó dar la primera clase teórica, lo cual fue un honor para mí. El arquitecto Enrique Bonilla estaba a cargo de la cátedra y como asistentes estábamos el arquitecto José del Carmen Palacios y yo. Empezamos un lunes 5 de abril a las 8 de la mañana (aún tengo el recuerdo muy claro). Fue muy importante para nosotros. Una carrera que recién se inicia necesita ganarse la confianza, y la Carrera de Arquitectura tenía el sello de calidad de la Universidad de Lima, y eso les daba a los estudiantes la garantía de que la Carrera era buena. Luego fue aumentando el número de postulantes, de ingresantes y de arquitectos graduados, lo que, a mi modo de ver, es la mejor manera de medir el éxito de la Carrera.

A lo largo de este tiempo se deben haber generado muchas anécdotas. ¿Recuerda alguna especialmente?
Me acuerdo de que, cuando ingresamos los primeros profesores de Arquitectura, me llamó la atención lo bien recibidos que fuimos por todos. Uno de los directivos me dijo en tono amable: “Esta universidad funciona como un reloj suizo”. Y así fue, exactamente, y así es hasta el día de hoy. Por otro lado, me acuerdo de una alumna que me entregó un dibujo antes de terminar su maqueta, a quien yo le dije que su trabajo se parecía mucho al trazo del pintor Piet Mondrian. La alumna no lo conocía, así que le pedí que lo busque en su teléfono; ella lo hizo y, en el momento en que descubría a Mondrian y abría la boca, enorme, en señal de sorpresa, yo le tomé una foto. Es un lindo recuerdo que grafica parte de las vivencias que tenemos los profesores con los alumnos a lo largo del tiempo.

¿Cuál es el perfil de los egresados de Arquitectura de la Universidad de Lima?
Veo una característica fundamental en la enseñanza de Arquitectura que hay en la Ulima, que de alguna manera corrige la enseñanza que la mayoría de los profesores recibimos: la posibilidad de formar una oficina propia al egresar. La Universidad se preocupa mucho porque el estudiante sea independiente. Primero, lo apoya para que pueda practicar, obviamente, pero además le da las herramientas necesarias para que luego trabaje de manera independiente, si lo desea. En Arquitectura sucede lo mismo. Los cursos de gestión de proyectos les dan a nuestros estudiantes un perfil particular. Por otro lado, los profesores de la Carrera, más que enseñar una tendencia arquitectónica, formamos a los estudiantes a pensar como arquitectos y ya cada uno forja su estilo en el ejercicio profesional. Algunos egresados son docentes en la Universidad. Uno de ellos, por ejemplo, está en mi grupo de taller, lo cual es muy bonito. Hay muchos que salen a hacer sus maestrías al extranjero.

La Universidad promueve mucho la internacionalización. ¿Cómo aprecia esto en la Carrera de Arquitectura?
Así es, muchos estudiantes se van de intercambio a universidades extranjeras, participan en viajes de estudios, reciben a estudiantes de otros países o conocen a invitados internacionales que participan en eventos de la Carrera. Nuestros arquitectos tienen una visión internacional. La Carrera tiene presencia en el mundo académico internacional.

¿Qué significa para usted estar 10 años en la Universidad de Lima?
Yo valoro muchísimo que me hayan llamado para formar parte de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima y el hecho de haber podido introducir una metodología de enseñanza diferente a la de otras carreras de Arquitectura. Para mí es muy agradable enseñar en la Ulima, donde uno se siente escuchado y comprendido. Esta es una Universidad a la que le gusta avanzar, mejorar, desarrollar cosas nuevas y, cuando ve una buena propuesta, la escucha y la pone en práctica. Eso es fundamental para que uno se sienta cómodo donde trabaja y muy contento. Desde el inicio me he sentido muy honrada de pertenecer a esta Universidad, por su prestigio, y quiero agradecer al arquitecto Bonilla por haber confiado en mí al llamarme para formar parte de este equipo desde el inicio. Finalmente, felicito a todas las personas que integran la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima: profesores, alumnos y personal administrativo, porque el esfuerzo diario de cada uno la hace cada vez más grande. ¡Felices 10 años!