20 de Junio de 2022

Una vida en el negocio avícola

Desde que nació, Julio Favre Arnillas ha visto de cerca el negocio de la crianza de pollos. Redondos es la empresa de su familia, así que de pequeño él vivió en la granja. Más adelante, decidió estudiar Administración en la Universidad de Lima, para dirigir la compañía. Julio ha sido gerente general de Redondos y hoy es miembro del directorio de esta empresa y de otras cinco. Asimismo, es presidente de la Asociación Peruana de Avicultura, desde donde representa al sector avícola ante las entidades públicas y ante gremios de otros países. 

El pollo es la carne más consumida por los peruanos, ¿verdad?
Sin duda. El pollo es, como dice mucha gente, el termómetro de la economía. Si sintonizamos los noticieros de la mañana, veremos a reporteros en los mercados consultando el precio del pollo y del huevo. El ama de casa mide la economía a través del precio de estos. 

Últimamente está fluctuando su precio, al igual que el de otros alimentos…
El inconveniente que tenemos hoy es el alto costo de las materias primas y los insumos. Este hecho se viene presentando desde el año pasado y se ha exacerbado ahora, debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que ha provocado que suban más las materias primas y, por ende, los precios en los mercados del pollo y del huevo. Ahora bien, el incremento en los precios de estos que ha visto el consumidor, en realidad no llega a cubrir nuestros costos de producción. La guerra está golpeando fuertemente los costos de producción de las avícolas, y no podemos simplemente trasladarlos al consumidor, porque la población no puede pagar precios tan altos. 

¿Habría manera de producir dentro del país los insumos que mencionas?
El país no tiene la capacidad de producir los volúmenes de maíz y soya que la industria avícola necesita. 

¿Cómo transcurren tus días como miembro del directorio de diversas empresas?
Hacia fines de mes se concentra la mayor actividad, por el tema de los estados financieros y los reportes. El resto del tiempo se trata mucho de leer y recopilar información, estar muy atento a lo que ocurre en los mercados y en la política, tanto en el ámbito nacional como internacional, y en distintas industrias. Por otro lado, también formé una empresa llamada Soluciones Veterinarias, la cual dirigí hasta 2016 como gerente general. Al mismo tiempo fui gerente general de otras empresas. Ahora soy presidente del directorio de Soluciones Veterinarias, la cual vende productos veterinarios y nutricionales a toda la industria pecuaria: acuícola, porcícola y avícola.

¿Cuál fue el último puesto que tuviste en el mundo corporativo?
Mi último puesto fue de gerente general en Redondos. Un trabajo muy demandante y, a la vez, gratificante, porque trabajaba con personas en el campo, viajaba bastante a provincias y veía toda la cadena de producción. Esta es una marca que ha evolucionado mucho en el tiempo y este año cumple 50 años. En los últimos 15 años, con el lanzamiento de nuevos productos, adquirió una participación sustancial en el mercado, en Lima sobre todo. Y los planes son tener el mismo share a nivel nacional. 

¿Dónde trabajaste antes de Redondos?
Estuve en Naltech, empresa que produce y comercializa alimentos balanceados extruidos para acuicultura. Y antes de eso, al salir de la Universidad, mi primera experiencia laboral fue en una compañía dedicada a la asesoría financiera, sobre todo a empresas que eran intervenidas por los bancos. Esto hace ya 25 años. En ese entonces, la situación del Perú era muy diferente y se contrataba a este tipo de compañías para ayudar a las empresas a salir de sus problemas financieros. Esta era una empresa de ese rubro y yo trabajaba como consultor. Estuve tres años ahí, aprendí muchísimo y luego ingresé al negocio familiar, en Redondos. 

¿Cómo fue tu contacto con el negocio familiar cuando eras chico?
Yo nací prácticamente en la empresa. Esta se formó en noviembre del año 1973, y yo nací en enero de 1974. Recién nacido, me fui a vivir a la granja, donde tenemos nuestra casa hasta el día de hoy. Queda en Huacho, en la zona de Medio Mundo, un poquito más al norte de Huacho en realidad. Viví ahí hasta cumplir los seis años. Fue una experiencia muy bonita, tuve una infancia linda en el campo y siempre volvemos a la casa. Recuerdo que vinimos a Lima para estudiar en el colegio, con mi mamá y mis hermanos. Mi papá se quedó en la granja, trabajando, y venía a Lima a vernos.

¿Por qué decidiste estudiar la Carrera de Administración?
Mi padre era zootecnista. Yo no tenía mucho interés por la zootecnia y, pensando en el negocio familiar, me parecía que estudiar esta carrera me dejaría muy enfocado en la crianza de animales. Me parecía, más bien, que podía aportar en otro sentido, en la gestión y organización de la empresa, en estructurarla. Por eso estudié Administración. 

¿Qué recuerdos tienes de tu vida universitaria en la Ulima?
Para mí esa fue una época muy bonita. Valoro mucho mi época de estudiante, recuerdo con cariño las clases con mis profesores y amigos. 

¿Tienes un pasatiempo?
Me gusta montar moto. Tengo un grupo de amigos con quienes paseamos en moto, vamos hacia el sur o hacia el norte, por carretera, y manejamos unos cien o doscientos kilómetros como máximo, a poca velocidad. Es una forma de liberar el estrés.