07 de Abril de 2021

Una plataforma con regalos originales

La pandemia le dio a Vanessa Dibós una motivación para emprender un marketplace de regalos originales, unos físicos y otros virtuales. Para llevar a cabo su idea, convocó a su amiga Andrea Castañeda, con quien estudió la Carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima. Y juntas sumaron al proyecto a Jimena Chávez. Así, las tres crearon Davana.

¿Hubo un hecho especial que las motivara a emprender con un marketplace?

Vanessa: Sí, fue a raíz de una necesidad que tuve y no pude satisfacer. Mi hermana gemela vive en Colombia y el 2020 fue el primer año que no pudimos celebrar nuestro cumpleaños juntas. Yo quería que se sienta feliz y especial en ese día, así que busqué algo para regalarle, pero no encontré nada. Ingresé a unos grupos de Facebook y vi que muchos emprendedores estaban tratando de reinventarse por la pandemia con cosas interesantes. Fue entonces que se me ocurrió la idea de un marketplace de regalos especiales y experiencias virtuales. La primera persona en quien pensé para llevar a cabo la idea fue Andrea. Conversamos, más o menos en julio, y nos constituimos como empresa; luego creamos la plataforma con ayuda de un desarrollador web. Ahora la plataforma funciona perfectamente y tenemos bastantes ventas. Estamos muy contentas con este emprendimiento pandémico.

¿Cuál es el estilo de los regalos de Davana?

Andrea: Tratamos de ofrecer regalos que emocionen, que logren mostrar el cariño hacia una persona, incluso si no la tienes cerca. Lo que hacemos nosotras es juntar virtualmente a emprendedores que ofrecen sus productos con compradores. Llevamos a cabo una curaduría y presentamos solo regalos de calidad, ecoamigables y simpáticos. Nos encargamos de que el delivery llegue puntual, en buen estado y que el pago sea seguro. Nosotras cobramos, el emprendedor entrega el producto y le damos su dinero. Coordinamos con el motorizado y así le aliviamos esa carga al productor y al artista, para que ellos se encarguen de hacer lo que más les gusta.

¿Podrían dar ejemplos de los regalos que se ofrecen?

Vanessa: Tenemos muchas opciones para todos los bolsillos, gustos y edades, y no solo regalos físicos, sino también experiencias. Hemos vendido varias clases de canto y hemos descubierto que a mucha gente le gusta aprender a cantar. Son regalos con significado. Por ejemplo, tenemos ilustraciones que se hacen a partir de una foto, caricaturas, toritos de Pucará de cerámica que uno mismo puede pintar con un kit de pinturas.

Andrea: También hay una persona que vende tés de frutas deshidratadas de sabores muy originales, como el Hawaian Tropic, que es de coco con piña o de frambuesa con fresa y naranja. Por otro lado, nos interesa que un regalo bueno y bonito no necesariamente cueste caro. Hay regalos lindos muy económicos. Ofrecemos, por ejemplo, un pack con insumos para hacer pizza en casa, clases de acuarela (vienen todos los materiales en un kit y una clase grabada) y muchas cosas más.

¿Cómo se dividen el trabajo?

Andrea: Jimena es nuestro lado creativo, incluso propone mejoras a los regalos. Yo me enfoco más en la parte analítica, números y finanzas. Vanessa aporta la parte de estrategia y marketing.

¿Cómo consiguieron a los primeros emprendedores y cómo hacen la selección de productos?

Andrea: Tuvimos que investigar mucho en Instagram y Facebook, hasta que encontramos trabajos que nos gustaron y les escribimos a los artistas y emprendedores. A algunos ya los conocíamos, pero luego hemos sumado a más personas. Nos encanta recibir propuestas de gente que se ha enterado del proyecto y quiere unirse.

Vanessa: Así es, al inicio el trabajo de búsqueda fue arduo, realmente; ahora ya recibimos muchas propuestas. Todos pasan por un filtro: una de nosotras verifica la información, ve el producto, se asegura de tener una foto de buena calidad y que el precio sea aproximado al de productos similares en otros canales. Nos interesa mucho que los regalos sean diferentes. Queremos tener un sello de calidad y garantía de que lo regalos de Davana son buenos. 

¿Cómo les está yendo con las ventas?

Andrea: La plataforma es muy activa desde mediados de diciembre y cada vez nos compran más. Hace poco nos compró una persona que vive en Alemania para regalarle a su mamá que vive acá. Son esos detalles los que nos indican que vamos por buen camino.

Vanessa: También recibimos un pedido de asesoría desde Uruguay, lo cual me asombró mucho. Por otro lado, tenemos emprendedores que ofrecen coaching financiero, que es un regalo muy bueno y original. La plataforma es internacional y es muy fácil escalarla a otros lugares, porque muchos regalos son virtuales.

¿Ustedes están dedicadas al 100 % o tienen otros empleos?

Andrea: Jimena y yo estamos al 100 % en Davana, y Vanessa comparte su tiempo entre Davana y otro trabajo.

Vanessa: Davana es mi escape emocional. Trabajamos mucho las tres juntas y, además, tenemos un apoyo en desarrollo por parte de una persona que hemos contratado.

¿Han pensado en alguna modificación del negocio que quisieran hacer más adelante?

Andrea: Si bien nuestro core business es ahora B2B, también estamos abriendo la línea Davana Corporativo para empresas que quieran darles algún regalo a sus trabajadores por una fecha especial. Tenemos muchas opciones para las empresas, productos para todos los presupuestos y todas las industrias. Nuestro marketplace es una gran opción, sobre todo porque apoyamos al emprendedor local, que a veces es un poco invisible.

¿Cuál es su experiencia laboral?

Vanessa: Mientras estudiaba en la Universidad, empecé a practicar en un family office, en un tema de inversiones y finanzas. Luego trabajé en Belcorp por casi cuatro años: empecé como practicante y terminé como analista. Allí me ocupé de asuntos de marketing y de venta directa Luego pasé a consultoría, ya que trabajé unos dos años en Mambo viendo temas de transformación cultural e innovación. En agosto dejé ese empleo y comencé a trabajar, como parte del equipo fundador, en Juana, empresa cuyo objetivo es impulsar el canal medicinal para el bienestar de las personas, y estoy trabajando en esto hace alrededor de ocho meses como parte del equipo fundador. Este y Davana son dos proyectos increíbles y cada uno va tomando su rumbo.

Andrea: Yo empecé trabajando en procesos en el Jockey Plaza. Luego me fui a Intelligo, el banco de inversión de Interbank, donde estuve en la parte de productos. El tema de finanzas me apasiona. Después trabajé en marketing BTL, en cuestiones de operaciones y optimización de procesos. Luego creé una empresa de catering que mantuve tres años: tenía la cocina a mi cargo, a la edad de 25 años. Tuve que aprender a organizar y transmitir los conocimientos que adquirí en la Universidad. A continuación, me fui a México para trabajar a una fintech en temas de operaciones, donde debía modernizar una promotora de seguros. Cuando comenzó la pandemia, volví al Perú y empecé a trabajar en Rappi, en la parte de operaciones y ventas. Estuve ahí hasta febrero y ahora me dedico al 100 % a Davana.

¿Qué valoran de su paso por la Universidad de Lima?

Andrea: A mí me encantó la Carrera de Ingeniería Industrial porque se aprende un poco de todo y eso es muy útil al momento de formar una empresa. Me encanta el hecho de que la Ulima tenga muchas carreras y poder hacer amigos en todas ellas. Valoro mucho que los profesores nos impulsaran a pensar y no a memorizar. Muchos nos decían: no memoricen la fórmula, entiéndanla. Eso lo llevo hasta hoy.

Vanessa: En mi caso, empecé a estudiar Administración en la Universidad de Lima, pero en el tercer o cuarto ciclo me cambié a Ingeniería Industrial, y coincido completamente con Andrea: esta es una carrera muy completa. Se aprende un poco de todo y el nivel académico es excelente. Extraño a mis amigos y la vida universitaria; también recuerdo a muchos profesores porque marcaron mi paso por la Universidad y creo que son grandes personas, así como excelentes profesionales y docentes. Además, en la Carrera aprendí a estructurar las cosas y, si bien hay que volar con las ideas, siempre es importante estructurarse y tener un plan de trabajo claro. Eso me ha ayudado en toda mi experiencia laboral.