31 de Enero de 2023

Fomentando la cultura en la pantalla chica

Siempre tuvo claro que quería estudiar Comunicación. Si hubiera podido, habría llevado todas las especializaciones, pero hizo la de periodismo y llevó algunos cursos de cine. Al terminar sus estudios, Belén Tavares trabajó como reportera y luego estudió una maestría en cine documental, en la Goldsmiths University of London, gracias a la beca Chevening. 

Belén ha trabajado también como subeditora de la revista ¡Hola! Perú y como editora de ¡Vamos!, el suplemento de viajes de El Comercio. Ha sido productora del programa cultural Teatro en Grande, que se transmite por TV Perú, y, desde el 30 de enero, es productora del programa Sucedió en el Perú, del mismo canal.  

¿Cuáles son tus expectativas al pasar a Sucedió en el Perú de TV Perú?
Sucedió en el Perú es uno de los programas emblemáticos del canal. Se estrenó el 6 de noviembre del año 2000. Casi 23 años después de su aparición en la televisión, asumo con entusiasmo y responsabilidad el reto de producirlo. Llego a sumarme a un equipo consolidado y espero darle un nuevo aire al programa, para seguir presentando los hechos y a los personajes que marcaron la historia de nuestro país. 

¿Cuáles serán tus obligaciones en el programa?
Revisar la estructura del programa, cuidar que cada etapa –investigación, escritura de guion, coordinación de entrevistas, etcétera– se cumpla en los plazos señalados, supervisar las grabaciones y ediciones, entre otras tareas.

Acerca de tu experiencia en Teatro en Grande, ¿podrías compartir cómo fueron sus inicios?
Fueron retadores. En 2019, el Gran Teatro Nacional tenía lista su programación de shows para el 2020. Sin embargo, irrumpió la pandemia y se canceló todo. Como uno de sus objetivos es fomentar el trabajo de los artistas y darles una vitrina, decidió, junto con TV Perú, mantener los espectáculos previstos, pero con la condición de grabarlos a puerta cerrada y sin público. El confinamiento se levantó en junio y nosotros empezamos a trabajar en julio del 2020. El equipo se convocó especialmente para producir Teatro en Grande. Todos éramos nuevos y este era el único programa presencial en ese momento, los demás se hacían de manera virtual. Justamente, en ese sentido, fue muy retador. Además, había que seguir estrictos protocolos de bioseguridad. 

¿Cómo fueron estos protocolos?
Se ajustaban con cierta frecuencia. Había que mantener una distancia física de tres metros entre los músicos y pedirles que usaran mascarillas, menos a los cantantes y a quienes tocaban instrumentos de viento. Estos últimos, además, estaban separados del resto de la banda por un panel de acrílico. Conforme pasaba el tiempo y cambiaban los protocolos de bioseguridad, nos adaptábamos sobre la marcha. La primera temporada iba a ser corta, grabaríamos tres meses –julio, agosto y septiembre–, pero le fue bien al programa y en octubre pasado cumplió dos años de aniversario. Teatro en Grande se estrenó el sábado 3 de octubre del 2020.

Además, sirvió de apoyo a los artistas…
Sí. Al igual que otros sectores, el cultural se vio muy perjudicado. No había dónde presentarse, los artistas no podían trabajar. Así que fue emocionante verlos regresar a un escenario, aunque sin público. También era bonito darle alegría a la gente, porque la señal de TV Perú llega a todo el país, y hubo un momento en que la televisión estaba inundada de noticias sobre la pandemia; entonces, ver este programa era una especie de escape. No olvidemos que la misión de TV Perú es crear contenidos audiovisuales de calidad que promuevan la identidad nacional y el bienestar de los peruanos. 

¿Qué artistas se presentaron en el programa?
Hubo una variedad muy grande de artistas y de distintos géneros: rock, reggae, cumbia, folclor, música en castellano, en quechua, instrumental, artistas jóvenes y otros de larga trayectoria, bandas de mujeres, agrupaciones mixtas, solistas, etc. También hemos tenido artistas internacionales.

¿Cómo era para ellos presentarse sin público o casi sin público?
El Gran Teatro Nacional tiene más de 1.400 butacas, así que era posible abrir con 20 % o 30 % de aforo. Podía darse ese lujo, por ser un escenario grande. Luego grabamos espectáculos con público, incluido el festival AfueraFest, que se lleva a cabo al aire libre, en la explanada del Gran Teatro Nacional. Se canceló por la pandemia, pero de pronto se convirtió en una alternativa genial para recibir al público. 

¿Qué esfuerzo implicó el trabajo de producción del programa?
Coordinamos la logística y la dinámica de grabación. Utilizamos cinco cámaras, una en dolly y otra en grúa. Realizamos un importante despliegue de equipos; por ende, de personal que los opera. En total, éramos más de 20 personas de TV Perú que trabajamos los días de grabación. Respecto a las vacunas, debíamos estar vacunados desde el momento en que pudiéramos, con las dosis completas hasta la fecha. Era la manera de cuidarnos entre todos. La curaduría de los artistas está a cargo del Gran Teatro Nacional, que daba la lista de los seleccionados, y, a partir de ahí, empezaba la preproducción del programa. 

Dentro de la programación que has podido planear antes de pasar a Sucedió en el Perú, ¿podrías comentar qué artistas se presentarán próximamente?
Se presentarán orquestas sinfónicas. La Orquesta Sinfónica Barroca de Venecia y la orquesta Animatissimo, que toca música de películas de anime japonés y de videojuegos. También estará Mariza –nombre artístico de Marisa dos Reis Nunes–, cantante portuguesa de fado; Sylvia Falcón, con un tributo a Yma Súmac, además de interpretar un carnaval arequipeño y una canción de Chabuca Granda; Manongo Mujica, Chano Díaz, entre otros. Y se repetirá el AfueraFest, con agrupaciones de cumbia, salsa, música tropical y folclor pop. Y estará La Bendita, una banda que nació del grupo de teatro Yuyachkani y está integrada tanto por artistas jóvenes como por experimentados.

Por otro lado, tienes una columna en el diario Gestión, ¿cierto?
Correcto. En noviembre me estrené como columnista en Gestión. El primer texto que escribí fue sobre la película de la Universidad de Lima dirigida por Aldo Salvini, El corazón de la luna. Publico dos veces al mes, una crítica de cine y otra de teatro. 

¿Cómo era tu trabajo en el suplemento ¡Vamos! de El Comercio?
El objetivo principal del suplemento era promocionar los destinos nacionales e internacionales. Era un trabajo muy bonito que, a mí, como editora, y a las periodistas del equipo, nos permitió viajar a lugares maravillosos. La idea era cubrir todo tipo de turismo: vivencial, de lujo, de naturaleza, clásico. Propuestas para gente que prefiere visitar ciudades, playas, monumentos arqueológicos, etc.

¿Qué otras experiencias laborales has tenido?
Cuando terminé la Universidad, empecé a trabajar en televisión como reportera, en varios noticieros y programas periodísticos, como Prensa Libre, que conducía Rosa María Palacios, y en el dominical Reporte Semanal. Fueron diez años con un ritmo completamente adrenalínico, cubriendo terremotos, protestas, contiendas electorales, policiales, farándula, deportes, economía, política… de todo. Con lo trepidantes que son las noticias en el Perú, no tuve tiempo de aburrirme. Después de la televisión, estuve en la revista ¡Hola! Perú. Allí entrevistaba a distintos artistas y figuras del mundo cultural. Luego fui subeditora del suplemento ¡Vamos! y, más adelante, editora. 

¿Has tenido oportunidad de realizar estudios de posgrado?
Sí, estudié una maestría en Cine Documental, en Londres, en la Goldsmiths University of London. Postulé a la beca Chevening, que otorga el Reino Unido, para estudiar una maestría allá, y la obtuve. Fue una experiencia extraordinaria en un ambiente internacional, con la exigencia y el prestigio de una universidad británica. Fue un año muy intenso y muy bonito. Recuerdo que cuando ingresé a la Universidad de Lima quería especializarme en cine y en periodismo. Son dos disciplinas hermosas, pero sacrificadas. Así que fui primero por una y luego por la otra. De todas formas, pude llevar algunos cursos de cine en la Ulima. También hice un corto de ficción fuera del contexto de la Universidad, pero con su apoyo en el préstamo de equipos. Después de años ejerciendo el periodismo, quise explorar el lado documental del cine. 

No es fácil obtener la beca Chevening, ¿cómo fue tu proceso de postulación?
Fue largo y difícil. Postulé en el 2015 e hice mi maestría en el 2016-2017. Años antes, en el 2011, gané la beca del Programa Balboa, que otorgaba la Fundación Telefónica para jóvenes periodistas latinoamericanos, y consistía en trabajar durante seis meses en un medio de comunicación en Madrid. A mí me tocó la agencia EFE. Además, discutimos mucho sobre periodismo porque nos daban charlas los directores de medios como El País y El Mundo. Fue muy interesante. De los 25 periodistas latinoamericanos, dos éramos peruanos. Todos nos hicimos muy amigos y aún mantenemos el contacto.

¿Cómo te fue en tu vida universitaria en la Ulima?
Me fue excelente. Yo tenía clarísimo que quería estudiar Comunicación en la Universidad de Lima. No tuve ninguna duda al respecto. Y pasé unos años felices, que aproveché muchísimo. Si hubiera podido, habría hecho las especializaciones en cine, en radio y en comunicación para el desarrollo, porque todo me gustaba. Hace poco fue la fiesta por los 50 años de la Facultad y fue lindo encontrarme con mis amigos y profesores, parecía que no había pasado el tiempo. También fui a la Semana del Cine Ulima a ver varias películas. Fue grandioso regresar a la Universidad, sobre todo a la sala Ventana Indiscreta, que es un espacio donde vi mucho cine mientras estudiaba.