04 de Agosto de 2021

En el negocio de los productos saludables

Aturo Casanova y Vincenzo Gibu son exalumnos de la Universidad de Lima y fundadores de Spread Perú, una empresa dedicada a la producción y comercialización de alimentos elaborados con ingredientes naturales y orgánicos.

Ellos, junto a su amigo Mauricio Nagaro, comenzaron a fabricar y comercializar mantequilla de maní al por mayor y menor en agosto del 2019, logrando un crecimiento inusitado en plena pandemia.

Actualmente tienen presencia en más de 150 puntos de venta a nivel nacional. Arturo es egresado de Negocios Internacionales y Vincenzo, de Ingeniería Industrial. Sus próximos objetivos son introducir sus productos en supermercados y exportar a otros países de la región.

¿Como surgió la idea de este emprendimiento?

Vincenzo: Comenzamos en el 2018, con Mauricio, fabricando barras de proteína. Por ese entonces, yo estaba en el quinto o sexto ciclo de la Universidad. Uno de nuestros principales insumos era la mantequilla de maní y nos animamos a prepararla y venderla aquí, al darnos cuenta de que el maní es económico frente al costo de la mantequilla de maní. Nos salió muy bien.

Arturo: Yo me asocié con Vincenzo y Mauricio en el 2019. Participar en el programa Work and Travel, mientras estudiaba en la Universidad, me permitió juntar un poco de dinero e invertirlo en la máquina para producir la mantequilla. Luego comenzamos a promocionar nuestro producto entre familiares y amigos, también a través de Instagram, y lo dábamos en obsequio a influencers. Cuando llegó la COVID-19 al país, ya teníamos medio año de experiencia. Muchas personas que se quedaron sin trabajo nos compraban la mantequilla de maní al por mayor y la revendían en sus barrios.

¿Cuándo empezaron a vender en tiendas?

Vincenzo: Nuestra idea inicial fue entrar a las tiendas y luego a los supermercados, por lo que necesitábamos un volumen mayor de producción.

Arturo: Para comenzar, apuntamos principalmente a las tiendas naturistas, donde organizábamos degustaciones. Teníamos que estar unas ocho horas de pie, ofreciendo el producto, pero valió la pena. La gente comenzó a apreciar nuestros productos, nuestra mantequilla de maní era la primera con miel de abejas y sal de maras. Eso gustaba mucho. Además, es riquísima. Mucha gente no había probado nunca la mantequilla de maní, así que se quedaba sorprendida con el sabor y nos compraba.

Ahora tienen diferentes sabores de mantequilla de maní, ¿verdad?

Arturo: Tenemos varios sabores: cien por ciento maní, con miel de abeja, light, original, chocomaní (con cacao orgánico) y de lúcuma. A medida que fuimos conociendo el mercado, fuimos agregando productos nuevos y sabores que le gustaran al consumidor. También ofrecemos mantequilla de almendras, endulzantes naturales, jarabe de agave (endulzante vegano), miel de abeja y mermeladas de fresa, arándanos y aguaymanto.

¿Cuáles son los productos que más salen?

Arturo: La mantequilla cien por ciento de maní, chocomaní y las mermeladas de arándanos y de aguaymanto.

Vincenzo: Las mermeladas son light, bajas en azúcar. Y, en general, Spread es una marca saludable para que la gente que hace deporte pueda consumirla, así como las personas que tienen un estilo de vida sano. La idea es tener más productos relacionados con la alimentación saludable, principalmente para los desayunos.

¿Cómo son los procesos de pedido y de reparto?

Arturo: Recibimos pedidos por Instagram, por WhatsApp o por nuestra web. Actualmente somos once trabajadores, así que nos dividimos el trabajo. Unos se encargan de la producción, otros reciben los mensajes, manejan las redes sociales, hacen fotos, y un grupo se dedica a los repartos.

Vincenzo: Yo veo la parte de producción, operaciones; Arturo, la parte comercial, y nuestro otro socio, la parte administrativa y contable. En general, todos nos preocupamos un poco de todo, pero cada uno enfocado principalmente en lo que debe hacer. Al principio, nos apoyaron amigos del colegio, quienes no tenían mucho que hacer con la pandemia. La verdad es que no parecía un trabajo y se pasaba el tiempo rápidamente. Nos ha ido bien en todo sentido.

¿Quiénes son sus principales compradores?

Vincenzo: El mercado es bastante variado, pero principalmente son amas de casa y gente a la que le gusta hacer deporte. Pero eso está cambiando, porque la mayoría hoy quiere comer cosas menos procesadas.

Arturo: Además, poco a poco, la mantequilla de maní se está volviendo una costumbre en las mesas y su consumo está creciendo.

¿Siguen con la idea de ingresar a los supermercados?

Arturo: Sí, claro. Justo estamos en conversaciones.

¿Cuentan con registro sanitario y otros requisitos formales?

Arturo: Sí, todos nuestros productos tienen registro sanitario desde que empezamos el negocio.

Vincenzo: Desde el principio, cuando mandamos imprimir unas 4.000 etiquetas, nos enfocamos en que tuvieran código de barras y registro sanitario, requisitos con los que muchos de nuestros competidores todavía no cuentan.

¿Cuánto se ha expandido el negocio?

Arturo: Comenzamos con tres productos: mantequilla de maní al cien por ciento, la que lleva miel y la light. Luego salieron las demás. Además, estamos presentes en más de 150 puntos de venta, y no solo en Lima, sino también en otras partes del país, como Trujillo, Chiclayo y Arequipa. Debido a la pandemia, todo se virtualizó, así que el proceso de expansión se volvió más sencillo. Solo les escribimos a los representantes de las tiendas y coordinamos. A veces nos piden unas muestras, pero en otras ocasiones ya conocen la marca o ven cuántos seguidores tenemos en las redes antes de hacer su pedido.

¿Alguno de ustedes tenía experiencia en ventas?

Arturo: No, pero vamos aprendiendo en el camino.

¿Qué desafíos tienen por delante?

Arturo: Ahora el mayor reto que tenemos es conseguir los frascos de vidrio.

Vincenzo: Desde julio del año pasado, hemos tenido problemas para conseguirlos. Debido a la pandemia y la crisis política, la industria del vidrio parece haberse ralentizado y ya no puede abastecer la demanda local. Nosotros trabajamos con tres proveedores, que son los más grandes en Lima, y ninguno ha podido atendernos, porque no tienen stock y no saben para cuándo tendrán. Entonces nuestros costos se han disparado, porque los revendedores venden los frascos al doble del precio, y a veces ni siquiera tienen. En ocasiones hemos tenido que cambiar de modelo de frasco. Esto hacía que la etiqueta no quedara bien, lo que nos perjudica, pero ni modo.

¿Cómo piensan resolver ese problema?

Arturo: Estamos pensando en importar frascos, para no depender de un tercero. Usar plástico no es una alternativa, nuestros consumidores lo rechazan.

¿Cómo se sienten con lo que han logrado y con el futuro del negocio?

Arturo: Esperamos ingresar a los supermercados. Tenemos confianza en lo que podemos lograr, ya que hasta ahora hemos logrado todas nuestras metas. Al inicio, a veces, comenzábamos a trabajar a las cinco de la mañana y terminábamos a las ocho de la noche. Ahora siento que todo el esfuerzo ha valido la pena. En este momento tenemos una encargada de planta y pensamos seguir creciendo como marca. Más adelante trataremos de llegar a otros países.

Vincenzo: Yo estoy muy contento con lo que estamos logrando. Desde que estaba en la Universidad, ya pensaba en tener un negocio propio.

¿Desde cuándo se conocen ustedes?

Arturo: Yo conozco a Mauricio, porque su hermano estudió conmigo en el colegio, y Vincenzo es su mejor amigo del colegio. Yo tengo 25 años y ellos, 23.

¿Dónde hicieron sus prácticas preprofesionales?

Arturo: Yo practiqué tres meses en una empresa importadora. De allí ingresé al programa Work and Travel en dos ocasiones, en un hotel de Colorado, Estados Unidos. Trabajé en el servicio de habitación, cuatro meses cada vez. Recibí una buena paga y pude ahorrar el cien por ciento, lo que me permitió comprar un carro e ingresar a este negocio. La experiencia fue muy buena.

Vincenzo: Yo hice mis prácticas en lavanderías AKI, propiedad de mi abuelo. Estaban en proceso de renovar su certificado ISO 9001 y me encargaron el programa de mantenimiento de lavadoras y secadoras. Fue sencillo, porque justo estaba llevando el curso de Mantenimiento en la Universidad.

¿Qué les pareció estudiar en la Universidad de Lima?

Vincenzo: Para mí fue una experiencia muy buena, por la gente que conocí y por los profesores. Los cursos que más me interesaron fueron los de Comercio Internacional y de Tecnología.

Arturo: A mí me gustó mucho la vida universitaria. Tuve bastantes amigos de distintas carreras y diferentes ciclos de estudios. La Universidad es un universo completo, conoces a mucha gente que termina siendo una importante red de contactos. La verdad, todos los cursos me parecían interesantes.