EL IMPULSO DEL CAMBIO CON DIVERSIDAD, SOSTENIBILIDAD Y EMPODERAMIENTO

Con una visión integral y estratégica, Carlos Caballero Uribe ha impulsado iniciativas clave en diversidad, inclusión y sostenibilidad en Atlas Copco, donde actualmente se desempeña como gerente de Recursos Humanos para la región andina, que abarca Perú y Bolivia.
Además, combina su experiencia global con un enfoque adaptado al contexto local, que integra innovación en procesos como el reclutamiento y desarrollo del talento. En esta entrevista, comparte su trayectoria, los desafíos y los logros que han marcado su carrera en una organización global comprometida con el desarrollo empresarial y social. Él es administrador por la Universidad de Lima.

¿Desde cuándo trabajas en Atlas Copco y cuáles son tus responsabilidades como gerente de Recursos Humanos para la región andina?
Llevo diez años en Atlas Copco. Bajo mi responsabilidad se encuentran unas 220 personas de Perú y Bolivia. Somos una empresa con más de 150 años de historia y estamos presentes en casi 140 países. Mi rol abarca todos los procesos regulares de recursos humanos, que incluyen reclutamiento, selección, compensaciones, desarrollo de carrera, gestión del talento y relaciones laborales. Además, estoy enfocado en implementar nuevas tendencias, como diversidad, inclusión, transición a la vida social, proyectos globales, empoderamiento de mujeres, capacitación y entrenamiento. Todo esto complementa las funciones tradicionales de recursos humanos.

En estos años, ¿cómo han evolucionado tus responsabilidades en recursos humanos y qué esfuerzos ha implicado esto de tu parte?
Hemos evolucionado constantemente. Cada año nos ha traído nuevos retos y la necesidad de adoptar mejores prácticas y enfoques actualizados. Por ejemplo, el desarrollo del tema de diversidad ha sido un punto clave en el país. Trabajamos muy alineados con nuestros socios estratégicos, sean clientes o proveedores, con un fuerte enfoque en la minería. Participamos en comités de inclusión y diversidad. Recientemente, hemos tenido presencia en eventos organizados por la Cámara de Comercio Perú-Chile, donde expusimos algunos de los proyectos y programas de la empresa. Entre nuestras iniciativas destacadas está la cuarta edición del programa Mujer EmpoderAtlas, que busca que el personal femenino lidere proyectos que atiendan las necesidades de mujeres en situación de vulnerabilidad o en comunidades en desarrollo. Esto les permite generar sustento, propósito y desarrollo profesional. Actualmente, treinta estudiantes mujeres de distintos institutos participan en este programa, cuyo objetivo es capacitarlas durante dos meses en nuestra Academia Sudamérica. Esperamos contratar por lo menos a diez de estas participantes al finalizar el programa, ya sea como practicantes o en otros puestos. Este esfuerzo está orientado a sectores tradicionalmente considerados “duros”, como la minería y la industria textil, donde buscamos generar un impacto positivo tanto en nuestra empresa como en la sociedad. Cabe decir que, alineados con nuestros objetivos, trabajamos de la mano con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para apoyar a estos grupos. Brindamos programas de capacitación, desarrollo y responsabilidad social empresarial enfocados en el empoderamiento del género femenino.

¿Qué metas se han fijado en temas de inclusión y sostenibilidad?
Nuestro objetivo para el 2030 es alcanzar un 30 % de participación femenina en todas las categorías de la organización, desde puestos de gerencia hasta niveles iniciales. Además, hacia el 2050, buscamos ser una organización con cero emisiones de carbono. Estamos enfocados en avanzar tanto en diversidad e inclusión como en sostenibilidad.

¿Cómo responde el personal a estos cambios y a la implementación de estas estrategias?
Nuestra organización es bastante mixta, con un promedio de edad de 38 años. Esto permite que las nuevas generaciones trabajen de la mano con las generaciones predecesoras y que compartan experiencias. Hemos notado que la trayectoria de los colaboradores con más de 20 años en la empresa, combinada con la curiosidad y las nuevas tendencias de las generaciones más jóvenes, genera una dinámica muy potente. Esto ha hecho que la adaptabilidad sea uno de nuestros puntos fuertes. Nos adaptamos a las nuevas tendencias de forma natural y siempre entendemos el porqué detrás de cada cambio. Más que solo implementar métricas, nos enfocamos en entender las razones y el propósito detrás de cada iniciativa.

¿Qué significa para ti, como profesional de recursos humanos, haber asumido estos nuevos temas?
Para mí, esta es una ventana de oportunidades muy interesante que me obliga a salir de lo convencional. En la Universidad, nos enseñaron a pensar más allá de un marco preestablecido, a cuestionar el porqué de las cosas y a buscar nuevas herramientas y metodologías. Esta es una experiencia enriquecedora que me permite trascender. Al trabajar en una empresa con directrices europeas, he podido incorporar conocimientos avanzados, he conocido políticas bien definidas y las he adaptado al contexto local de Perú y Bolivia. Esto me ha abierto muchas puertas y oportunidades para participar en foros diversos y relevantes. Nos permite llevar un valor agregado más allá de la operación, lo cual trasciende lo técnico y entra en el terreno estratégico.

¿Qué impacto personal y profesional ha tenido esto en tu carrera?
A menudo, escuchamos que debemos ser socios estratégicos del negocio, pero, cuando integras esta visión, es cuando realmente ves cómo impactas en el negocio desde una perspectiva distinta. Ahí entiendes que generas un impacto tangible, que llevas las cosas a otro nivel y añades valor real. A través de nuestros programas de responsabilidad social en recursos humanos, hemos logrado abrir muchas puertas. Algunos clientes que antes optaron por otras compañías ahora regresan no solo por el producto, sino por el valor integral que ofrecemos como marca y organización. Estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado. Sé que es solo un granito de arena, pero construimos algo significativo para el futuro. Es muy gratificante saber que marcamos una diferencia y lideramos en aspectos clave como la innovación, la sostenibilidad y la inclusión. Estos logros nos motivan a seguir adelante y a continuar transformándonos como organización y como individuos.

¿Cómo ingresaste al mundo de recursos humanos?
El mundo laboral en el Perú es bastante complejo, y muchas veces uno debe tomar las oportunidades que se presentan. Mi primera oportunidad fue una práctica en recursos humanos, que decidí aprovechar al máximo. A medida que avanzaba, descubrí que esta área tiene muchísimas aristas desde donde se puede aportar. Como administrador, tengo conocimientos en diversas áreas, como operaciones, logística, administración, PRC y recursos humanos. Cuando hablo con cualquier gerente, comprendo perfectamente el lenguaje y los objetivos del área. Además, he tenido la suerte de asistir a más de ocho entrenamientos internacionales. Mi último curso fue sobre finanzas corporativas en Suiza, donde estuve dos semanas y adquirí conocimientos financieros clave para entender el P&L (beneficios y pérdidas) a nivel global. Entrar a recursos humanos fue un reto, y tomé la decisión de dar lo mejor de mí para explorar hasta dónde podía llegar. Hoy en día, considero que he construido una buena carrera en este campo, y aún tengo mucho por aprender y continuar con las mejoras.

¿Qué representa para ti liderar un área que abarca no solo Perú, sino también otro país?
Es bastante retador. Esta experiencia me ha enseñado y ayudado a desarrollar habilidades importantes, como trabajar de forma remota y no caer en la microgestión. En lugar de eso, me oriento hacia los resultados, la gestión y el empoderamiento del equipo, que permite que las personas se desarrollen y adquieran las experiencias necesarias. Manejo un equipo bastante diverso en términos de ubicación, edades y género, lo que enriquece la dinámica de trabajo. Es muy valioso establecer objetivos adaptados a las necesidades de cada país; lo que funciona en uno, tratamos de adaptarlo en el otro, según su coyuntura local. Si algo no resulta, realizamos los ajustes necesarios para que tenga éxito. Además, cuento con personas clave en cada país, que me dan la tranquilidad de delegar tareas, gestionar estrategias y alinear los objetivos con nuestro plan anual.

En el día a día, ¿qué necesidades de capacitación identificas como prioritarias para los profesionales?
Un profesional que no se actualiza pierde muchas oportunidades. Es fundamental mantenerse al día y no ser ajeno a las tendencias y a la globalización. Alguien que no ha interactuado con herramientas como la inteligencia artificial, Power BI o que cree que solo las competencias tradicionales —como manejar Excel— son suficientes, pierde oportunidades importantes. Si quieres trascender y dejar un legado, debes estar actualizado y conectado con las tendencias. Cuando estas herramientas se utilizan con conocimiento, se convierten en instrumentos muy poderosos. En nuestra organización, desarrollamos un programa global en el que integramos la inteligencia artificial en el proceso de reclutamiento y desarrollo de recursos humanos. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también eleva el impacto estratégico de nuestra área.

¿Qué podrías adelantar acerca de este programa global?
Trabajamos con un socio global, y estoy a cargo de la implementación en Latinoamérica. Realizamos las primeras pruebas para que, desde el momento en que una persona manifiesta interés en postular a la organización, se genere un expediente digital que registre toda su carrera. Si ese postulante ingresa a la compañía, podremos identificar las brechas respecto a la posición en la que comienza, determinar dónde enfocarnos para capacitarlo y desarrollar sus habilidades. Con este sistema, podremos mapear el talento de manera más eficiente. Por ejemplo, si necesitamos cubrir una posición, tendremos gráficas que nos indicarán quiénes están listos hoy, quiénes podrían estar listos a mediano plazo y quiénes a largo plazo, así aseguramos que los perfiles y habilidades coincidan con las necesidades de la posición. Esta integración será global.

¿Dónde trabajaste antes de ingresar a Atlas Copco?
Antes de Atlas Copco, comencé mi carrera en Luz del Sur, en el área de Recursos Humanos, donde estuve casi dos años. Fue una experiencia muy enriquecedora porque tuve la oportunidad de rotar por todas las subáreas de recursos humanos. Esto me permitió fortalecer mis conocimientos y construir una base sólida para lo que vendría más adelante en mi carrera.

¿Ese fue tu primer trabajo?
Sí, Luz del Sur fue mi primer trabajo formal en recursos humanos. Antes de eso, participé en programas de intercambio en Estados Unidos, organizados por la Universidad de Lima. Desde entonces, he dedicado más de diez años a Atlas Copco, donde he construido mi trayectoria actual.

¿Esas experiencias internacionales fueron de intercambio estudiantil? ¿Qué tipo de programas eran?
Eran programas de Work & Travel para universitarios. Recuerdo que en una feria de la Ulima conocí a esta empresa y, junto con un grupo de amigos, decidí participar. Fue una experiencia muy valiosa. Activé muchas habilidades que hasta el día de hoy valoro, como la comunicación y el manejo interpersonal, que me han servido muchísimo en mi carrera. Con este programa fui a Utah y trabajé en una ciudad llamada Park City durante tres temporadas consecutivas. El objetivo principal era afianzar mi inglés, lo que ha sido de gran utilidad en mi trabajo actual. En mi día a día, interactúo en inglés, porque mi jefe es europeo y gran parte de la comunicación en la empresa es en este idioma. Después de esas tres temporadas, decidí regresar a Perú y comencé a trabajar en Luz del Sur.

¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima? ¿Qué opinas de tu carrera?
La experiencia en la Universidad de Lima fue muy enriquecedora. Si aprovechas lo que te ofrece, te abre un mundo de oportunidades. Desde lo que compartí con los profesores hasta los conocimientos adquiridos, todo tiene sentido y ha sido clave para mi desarrollo. Es muy gratificante trabajar en lo que estudiaste y ver cómo esos conocimientos toman forma en el ámbito laboral. Además, cuando doy charlas a estudiantes, siempre les recalco la importancia de aprovechar al máximo esta etapa, cuestionar lo que aprenden y entenderlo a profundidad. Llevar esa teoría a la práctica, aprovechar la casuística y la experiencia de los profesores hace la diferencia. Mi experiencia en la Universidad de Lima fue muy enriquecedora, sobre todo por el contacto que tuve con los profesores. Me gustaba conversar con ellos sobre sus experiencias laborales, lo cual me ayudó a marcar el rumbo de mi carrera. Esas conversaciones y aprendizajes dejaron una huella importante en mi formación. Siempre es un gusto regresar a la Universidad por algún tema y ver cómo ha crecido, observar que aún forma profesionales con la calidad de siempre e incluso mejora constantemente. Ver ese progreso y desarrollo me llena de orgullo. Además, es muy especial desarrollarme profesionalmente y luego compartir esas experiencias con la Universidad. Al final del día, es el lugar donde todo comenzó y que nos preparó para este camino profesional.