19 de Octubre de 2018

Una experiencia ‘low cost’

Francesca Luna ha asumido el reto de apoyar el crecimiento de Viva Air y de conseguir que cada vez más peruanos tengan la experiencia de volar con esta compañía.

Ella es gerente comercial de esta aerolínea de bajo costo y economista por la Universidad de Lima. Se siente orgullosa de trabajar en una industria que genera ingresos para el país, da empleo e incentiva la generación de negocios.

¿Qué encargos has asumido en este puesto?
Los retos de mi puesto consisten en apoyar el crecimiento de la compañía con su modelo de viajes low cost. El objetivo de la empresa es democratizar los viajes en avión para todos los peruanos. Por eso pone tarifas baratas a disposición de todos, para que los peruanos tengan la oportunidad de viajar, conocer el Perú, valorar su cultura y sus costumbres, y también para que puedan viajar al exterior a precios módicos.

¿Te gusta tu trabajo?
Es muy gratificante trabajar en una empresa y en una industria que genera tanto para el país, en cuanto a crecimiento. Sabemos que el turismo crea empleo, no solo dentro de las aerolíneas, sino que incentiva la generación de negocios de diverso tipo, como hoteles, servicio de guías de turismo, transporte, etcétera. Además, el turismo potencia todas las riquezas del Perú, como los restos arqueológicos, los recintos naturales que albergan especies únicas, nuestra gastronomía y nuestro potencial cultural, que se manifiesta en bailes y fiestas.

¿Viajas mucho?
Ahora viajo a Medellín con frecuencia y también pruebo las nuevas rutas, para conocer de cerca el producto que ofrecemos, para ofrecer mejores servicios y seguir potenciando alianzas. Pero, en general, siembre me ha gustado viajar. Lo hacía mucho en bus, cuando las aerolíneas tenían un modelo de negocio diferente y no era tan fácil acceder a un boleto aéreo. Una vez que empecé a trabajar en esta industria, comencé a aprovechar para viajar, porque considero que los viajes enriquecen mucho a las personas. Un viaje te permite descubrir muchas cosas, no solo lugares turísticos, sino diferentes costumbres y formas de ver el mundo. Trato de viajar siempre, me encanta.

¿Cuáles son los temas que te ocupan más tiempo?
Trabajamos mucho en marketing digital y en la estrategia comercial. Como grupo, Viva Air está por recibir 50 aviones nuevos y se viene un crecimiento muy interesante. Estamos enfocados en posicionarnos dentro del mercado peruano. Queremos que prueben la aerolínea como una nueva opción en el mercado.

¿Qué rutas tiene Viva Air?
Volamos a seis destinos: además de a Lima, a Iquitos, Arequipa, Tarapoto, Piura y Cusco. Y venimos apostando por nuevas rutas. Antes de fin de año viajaremos a Jaén, un lugar muy atractivo, ya que cada vez más personas se animan a visitar Kuélap; Talara, para conectar el turismo de playas del norte, y Chiclayo. Siempre estamos a la búsqueda de nuevas oportunidades de generar marketing para que la gente se entere de nuestras rutas y de nuestro servicio.

¿Qué tiene de particular su servicio?
Nuestro servicio se define por los precios bajos. Además, brindamos distintas tarifas, según lo que cada pasajero desee. Con la tarifa básica puedes llevar una maleta personal y una mochila. Si requieres más, la tarifa va aumentando.

El modelo de low cost tiene mucha demanda en Europa. ¿Crees que aquí va a ser igual?
En Europa y Estados Unidos tiene mucha demanda. Aquí se viene haciendo cada vez más conocido, a medida que la gente experimenta sus beneficios. Hay personas que viajan por trabajo, solo por un día, y no necesitan llevar equipaje, entonces optan por la tarifa básica. Quienes viajan con maletas pueden acceder a otros servicios y no pagar de más.

¿Cómo es tu equipo de trabajo?
Muy bueno. Tenemos mucha relación con el equipo de Colombia. En el Perú, el equipo del área comercial está compuesto por seis personas, todos aportan ideas y las desarrollamos, siempre enfocados en la eficiencia.

¿Cuánto tiempo trabajaste en Latam?
Estuve ahí nueve años, del 2006 al 2015, trabajando en Chile. Fue una experiencia muy linda, ahí me enamoré de la industria turística. Trabajé con un equipo muy bueno y crecí mucho, tanto profesionalmente como en lo personal. Por un lado, me volví independiente y, por otro, entendí cómo se manejaban los vuelos en el Perú y en las redes internacionales, aprendí sobre los diferentes tráficos y pasajeros, adquirí una visión más amplia del negocio.

En Neo Consulting te dedicabas a algo muy diferente, ¿verdad?
Sí, trabajé ahí como directora comercial. Neo Consulting es una empresa peruana que brinda consultoría en marketing digital. Fue interesante aprender de nuevas tecnologías. Muchas empresas necesitan transformarse y aprovechar las ventajas del mundo digital en su transformación, tanto en marketing como en temas internos. Me gustaba facilitar ese proceso. Considero que la transformación digital incluye la misma cultura laboral. Como directora comercial, mi labor consistía en atender a los clientes y buscar nuevos clientes. Lo que hacíamos con los nuevos era identificar sus principales dolencias en su desempeño digital y lograr su transformación digital, mediante la capacitación y el entendimiento de nuevas tecnologías. Al ver sus principales requerimientos, les ofrecíamos una propuesta.

¿Te interesó ese trabajo?
Fue muy interesante. Me permitió entender las nuevas tendencias, formas de trabajo y todos los desarrollos digitales que se realizan. Fue muy interesante también ver tantos clientes con diferentes necesidades y realidades.

¿Cómo fue tu trabajo en Viajes Falabella?
En Viajes Falabella tuve otra experiencia del negocio turístico. Entendí cómo un intermediario puede potenciar su servicio, complementando todos los servicios para que el pasajero pueda hacer un viaje a la medida de sus gustos y necesidades y con toda facilidad. Cuando uno compra por medio de una agencia, no tiene necesidad de investigar tarifas, vuelos ni hospedajes. Lo interesante ahí es brindar el servicio adecuado para cada cliente.

¿Qué recuerdas de la Universidad de Lima?
Me acuerdo mucho del curso de Econometría con el profesor Manuel Otárola. Era muy exigente y, a la vez, divertido. Su clase era muy dinámica. La gente sufría un poco, porque era un curso numérico y retador. A mí siempre me han gustado los números, así que la pasé bien. También fue de gran utilidad el Laboratorio de Mercado de Capitales, donde simulábamos el juego de la bolsa de valores. Hacíamos inversiones, comprábamos y vendíamos acciones, para ver al final si habíamos tenido rentabilidad. Fue una época muy bonita la universitaria y tuve muy buenos compañeros.