25 de Julio de 2019

Con la mira puesta en las Olimpiadas de Tokio 2020

Gerónimo Hamann es uno de los mejores bogadores del continente. Empezó a remar mientras estudiaba Administración en la Universidad de Lima, simplemente para probar. No imaginó que le terminaría gustando tanto ni que tuviera tan buenas condiciones para este deporte. Pero así fue.

Ahora está listo para los Juegos Panamericanos Lima 2019 y tiene toda la intención de clasificar a las Olimpiadas de Tokio 2020. ¡Tú puedes, Gerónimo!

Tú empezaste tarde a practicar remo. ¿Por qué no te interesaste antes?
Yo hacía hockey. Conocí el remo de casualidad: estaba caminando en el Club Regatas cuando vi a unas personas practicando remo; como me llamó la atención, fui a una clase de prueba. Ahí me empezó a gustar. Me inicié tarde en este deporte, a fines de 2008. Recién cuando entré a la Universidad empecé a practicar remo de manera más constante. Mi meta eran los Juegos Panamericanos y ahora son los Olímpicos del próximo año. Fue en el 2012 que empecé a representar al Perú en competencias internacionales.

¿Cómo son los entrenamientos de remo?
Entreno de lunes a domingo entre 15 y 17 sesiones a la semana, a veces hasta con 3 turnos al día. Hay gente que no puede entrenar porque no tiene disponibilidad de tiempo, lo que es una desventaja. Este es uno de los deportes más completos, así que llevo un entrenamiento integral, que incluye gimnasio, correr, natación, bicicleta y remo, pues no solo es necesario trabajar lo aeróbico, sino también lo anaeróbico.

¿Dónde entrenas?
Usualmente remamos en La Punta, pero ahora hemos practicado en Huacho. Toda la selección ha entrenado allá. Yo participaré en dobles con un compañero.

¿Cómo te llevas con tu compañero con quien competirás en dobles?
La verdad es que es la primera vez que entrenamos juntos, pero la relación es muy buena, nos entendemos y hacemos un buen trabajo en equipo. Eso ayuda para que el bote pueda funcionar. Si no hay una buena relación, no se puede avanzar.

¿Has dejado de trabajar para entrenar?
Yo terminé la Universidad en el 2017 y desde entonces dejé de trabajar. He estado participando en campeonatos mundiales y sudamericanos, incluso este año estuve tres meses en Croacia.

¿Para qué fuiste a Croacia?
Fui para entrenar con la selección nacional de Croacia, que es muy buena. Ellos obtuvieron medallas de oro y plata en los últimos juegos olímpicos. Tienen un buen programa de remo, lo que me ha ayudado a aprender muchas cosas y a desarrollar mis capacidades. Como hice ese viaje por mi cuenta, no estuve con gente de la selección peruana, así que al regresar de frente me fui a Huacho para entrenar con ellos.

¿Cuáles son los mejores lugares donde has remado?
En Lucerna, Suiza, y Sagres, en Croacia. Son lugares creados específicamente para remo y otros deportes. Tienen cosas que no tenemos acá, como una gran infraestructura; eso es una gran ventaja. En Lima no tenemos un lugar adecuado. Otros países de Sudamérica sí tienen dónde practicar.

¿Cuáles han sido tus mayores logros en remo?
He sido campeón bolivariano de playa durante 3 ediciones seguidas; he obtenido el cuarto puesto en un campeonato mundial de remo, y una medalla de plata y otra de bronce en los Juegos Bolivarianos; además, por 10 años consecutivos, he sido campeón nacional en diversas modalidades y categorías. Hace una semana gané un campeonato en Filadelfia.

El remo es un deporte que consume muchas calorías. ¿Cómo haces para lograr un equilibrio con tu alimentación?
Es verdad que el remo te exige mucho; fácilmente consumes 5.000 calorías. Por eso, tenemos una alimentación muy potente y nos ayudamos con suplementos deportivos. Comemos grandes cantidades, seis veces al día y todo controlado por nutricionistas.

¿Cómo es un almuerzo normal para ustedes?
Un almuerzo normal puede ser un gran plato de ensalada de verduras, otro de pasta y otro de proteínas, que puede ser pollo o carne roja.

¿Qué papel juega el descanso?
El descanso también es importante. Nuestros días consisten en entrenar, comer y dormir; no nos da tiempo para más. Por eso, el único día libre que tengo en Lima lo invierto en hacer trámites con el Instituto Peruano del Deporte (IPD) y el resto en descansar.

Cuando empezaste a remar, ¿tenías idea de que te iba a gustar tanto y de que llegarías al nivel que tienes?
Jamás pensé que me iba a dedicar de esta manera al remo. Me fui enamorando del remo con el paso del tiempo. Este es un deporte que exige mucho de parte del deportista. Cuando estaba en la Universidad entrenaba a las 4 de la mañana, luego iba a clases y en la noche otra vez entrenaba, en La Punta. Es muy demandante, así que, si no te gusta realmente, al final lo dejas. Yo le fui agarrando cariño poco a poco.

Tu grupo de remo son los amigos a los que más ves, seguramente.
Así es. Somos un grupo muy unido; por eso, cada vez que viajamos y estamos en concentraciones sentimos que, aunque somos amigos, terminamos convirtiéndonos en familia, porque estamos todo el tiempo juntos y la pasamos bien. El ambiente deportivo es muy bueno y todos nos apoyamos mutuamente.

¿Qué piensas de la Universidad de Lima?
Yo estoy muy agradecido con la Universidad porque me apoyaron mucho para que pueda estudiar y desarrollarme en el deporte paralelamente. Como tenía que representar al Perú en competencias, me brindaban facilidades para matricularme en cursos que no se cruzaran con mis entrenamientos. Lo mismo cuando viajaba para competir: los profesores me ayudaban moviendo las fechas de mis exámenes. Solo así he podido seguir remando; de otra manera, hubiera sido imposible. No hice mucha vida universitaria, pues asistía a clases y luego me iba a entrenar, pero tengo buenos recuerdos de las clases.

¿Qué dicen de tu deporte tus padres?
Mis papás entendían perfectamente que tengo una carrera deportiva, así que siempre me han apoyado y aceptaron que llevara tres cursos y a veces uno o dos por ciclo. Por eso, terminé la Universidad en siete años y no en cinco.

¿Qué piensas hacer en el futuro? ¿En algún momento retomarás tu carrera?
Sí, claro. Pero ahora estoy concentrado en buscar la clasificación para los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Perú no es un país donde se pueda vivir del deporte, así que después de eso retomaré mi vida laboral y buscaré cursos para llevar o una maestría. Me gusta más el marketing y las operaciones; pienso que por ahí puedo inclinarme y, si puedo combinar algo con el deporte, genial.

Las empresas saben que un deportista de alto rendimiento es una persona disciplinada, que avanza según objetivos. Esa sería una ventaja para ti…
Por supuesto, el deporte ayuda a ser disciplinado. Uno no puede llegar a este nivel sin disciplina, sin esforzarse y sin metas claras. El deporte te forma el carácter y en remo, además, aprendes la importancia del trabajo en equipo. También te desarrolla el sentido de responsabilidad y organización porque al ser deportista necesitas ordenar tus horarios y distribuir muy bien tu tiempo. Todo eso te sirve para la vida.