Benn Salas Dulanto, abogado por la Universidad de Lima y director de Programas en SRGE Construction Accelerator, en Estados Unidos, ha forjado una trayectoria profesional que trasciende las fronteras del derecho. Su carrera comenzó en telecomunicaciones y evolucionó hacia sectores como la ingeniería, la consultoría corporativa, el cuidado y la protección de cultivos, las finanzas, y las energías limpias. En SRGE lidera iniciativas para acelerar el crecimiento de empresas de construcción a través de un enfoque equitativo en tecnologías sostenibles y energías renovables.
Benn, quien además completó un MBA en Hult International Business School, en Boston, trabaja con una visión estratégica y multifacética, combina el derecho, las finanzas y la sostenibilidad para impulsar proyectos con impacto social y ambiental en diversas comunidades.
¿Podrías explicar cómo opera el fondo donde trabajas?
SRGE Construction Accelerator es un fondo acelerador enfocado en la construcción, con especial atención en las energías limpias y tecnologías sostenibles. Es único en su categoría, ya que ofrece un ecosistema integral para impulsar el crecimiento de las empresas; abarca desde servicios de consultoría hasta opciones de financiamiento directo e indirecto. La sede principal se encuentra en Boston, y mi oficina está en una incubadora de innovación en tecnología climática llamada Greentown Labs, líder en energías limpias en Massachusetts. Esta incubadora, fundada por graduados del MIT, se destaca como una de las principales en el ámbito de las tecnologías limpias en el mundo.
¿En qué consiste tu trabajo?
En SRGE diseñamos y ejecutamos programas a medida para acelerar el crecimiento de empresas de construcción, las impulsamos al siguiente nivel con un enfoque especial en la construcción sostenible y sustentable. Colaboramos con la ciudad de Boston, el estado de Massachusetts – entre otros estados – y diversos órganos estatales y federales. Uno de nuestros principales objetivos es acercar las tecnologías y energías limpias a diferentes grupos, esto incluye comunidades minoritarias para promover la equidad, y una transición sana y sostenible hacia energías limpias a nivel micro y macro. También somos actores clave en el desarrollo de construcciones sostenibles y proyectos tecnológicos innovadores. Trabajamos con el Massachusetts Clean Energy Center (MassCEC), una agencia estatal líder en la promoción y financiación de energías limpias, así como con la Alliance for Climate Transition (ACT), una alianza que impulsa iniciativas globales para transitar hacia un futuro sostenible.
¿Cómo ha sido tu experiencia en este sector?
Ha sido muy interesante y enriquecedora. Me uní a SRGE este año como director de Programas. Soy abogado de profesión, egresado en 2012 de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima, y siempre he tenido interés en explorar diferentes industrias.
¿Como cuáles, por ejemplo?
Comencé mi carrera profesional en 2012, en América Móvil (Claro), en el sector de telecomunicaciones, y permanecí allí un par de años. Luego asumí la gerencia legal de una empresa de consultoría en ingeniería gestionada por un centro canadiense en su momento, Dessau. Posteriormente, viajé a Australia para expandir mis conocimientos en negociación internacional en Melbourne. Al regresar a Lima, me interesé por la consultoría corporativa. En derecho corporativo, mi experiencia se centra en fusiones y adquisiciones, lo que implica la compra y venta de empresas. Trabajé en el Estudio Muñiz durante tres años y medio, aproximadamente. Fue una etapa enriquecedora donde adquirí formación práctica en fusiones y adquisiciones, y me interesé en finanzas como parte de estas transacciones.
¿Cómo pasaste de trabajar en el Estudio Muñiz a formar parte de una empresa?
Uno de nuestros clientes más importantes en el mercado de cuidado y protección de cultivos era el Grupo Silvestre, líder en el Perú. En 2020, me invitaron a formar parte de su equipo luego de haber trabajado como responsable legal. Posteriormente, tuve la oportunidad de liderar su gerencia legal. Trabajar con el Grupo Silvestre fue muy gratificante, y luego con el Holding JAS e Inversiones, su accionista mayoritario. Posteriormente, aproximadamente en 2021, asumí la gerencia legal de Holding JAS e Inversiones, que incluye al Grupo Silvestre. Luego de ello, abrimos nuevas operaciones en más de cinco países, por lo que logramos un crecimiento significativo. Esta experiencia fue de gran aprendizaje y desafíos.
¿Qué te marcó de esta experiencia?
Aprendí la importancia de tener una visión a largo plazo. No se trata solo de pensar en las ventas o el crecimiento de este año o el próximo, sino en lo que sucederá en los próximos cinco o diez años. Esto incluye invertir en el futuro y aprender a visualizarlo. Holding JAS es un líder regional en inversiones en investigación, desarrollo de productos ecológicos y un portafolio amigable con el medioambiente para el cuidado y protección de cultivos, entre otros. Un detalle que me impactó ahí fue la cantidad de productos categorizados como “rojos” o altamente dañinos para la salud que se utilizan en el sector agrícola; el Holding JAS y Grupo Silvestre fueron los primeros en liderar un cambio efectivo en este sentido, a través de sus accionistas y directorios.
¿Qué logros podrías mencionar de esa época?
Entre 2020 y 2023, formé parte del equipo que lideró la puesta en marcha de la internacionalización del Holding JAS, que incluye al Grupo Silvestre. Durante este periodo, abrimos operaciones en más de cinco países, entre fusiones, adquisiciones y crecimiento tanto orgánico como inorgánico. Por ejemplo, efectuamos adquisiciones en Colombia y nos expandimos dentro de la región andina, el Caribe y Europa, entre otros. Fue una etapa altamente dinámica que implicó establecer operaciones en cada una de estas plazas. A partir de finales de 2023, ya como vicepresidente regional de asuntos legales y corporativos de la empresa, tuve la oportunidad de liderar equipos regionales y gestionar operaciones en múltiples países.
¿Cómo describirías tu trayectoria profesional?
Ha sido una experiencia transformadora de más de doce años, en la que he combinado habilidades legales, financieras y de gestión estratégica en diferentes industrias y roles, siempre en busca de crecer y enfrentar nuevos retos. Me gusta mucho combinar la parte legal con la financiera corporativa. Como parte de ello, actualmente lidero el diseño de programas orientados a que empresas de construcción aceleren su crecimiento, para ello abordo aspectos legales, de gestión empresarial y financiero, entre otros.
¿Qué te llevó a decidir hacer un MBA?
En 2023, con el funcionamiento de mis equipos de manera dinámica y sostenible en la región, decidí que era el momento de fortalecer mi incursión en el ámbito financiero de fusiones y adquisiciones. Elegí hacer un MBA en Boston, en Hult International Business School. Durante ese tiempo, conecté con el Massachusetts Clean Energy Center, que me presentó a la organización en la que trabajo actualmente. A mediados de este año, me ofrecieron asumir el puesto de director de Programas, una posición que buscaba porque se alinea con mi trayectoria y objetivos. Después de haber sido analista, jefe, gerente y vicepresidente regional, el siguiente paso natural era ser director. Estoy muy contento con este avance en mi carrera.
No es muy común que un abogado curse un MBA. ¿Cuál fue tu motivación?
Ciertamente, la mayoría de los abogados optan por una maestría en Derecho. En mi caso, decidí hacer algo diferente, y durante el programa muchas veces me preguntaron por qué había elegido esa opción. Pero desde la perspectiva de marca personal y del valor que se aporta a una organización, es algo que realmente marca la diferencia. Por ejemplo, como abogados, especialmente los egresados de la Universidad de Lima, nos enseñan a buscar soluciones para las empresas, acompañar su crecimiento e incluso involucrarnos en temas financieros. Esa formación me llevó a ampliar mi horizonte hacia la administración y las finanzas, lo que terminó como parte de mi enfoque en el Perú. Yo me desempeñaba como vicepresidente regional de asuntos legales y corporativos, pero mis responsabilidades iban más allá de lo legal. Acompañaba a los directorios de la empresa en el día a día, el ingreso a nuevos mercados, con consultoría corporativa, la secretaría del directorio y una visión más estratégica de los negocios. Esa combinación fue algo que identifiqué como esencial. Incluso me inspiré en el director de empresas familiares, Luis Scerpella, quien además fue mi jefe, y posee una combinación excepcional de habilidades legales y financieras. Él se convirtió en un referente para mí al tomar esta decisión. Ahora puedo observar cómo el mercado valora cada vez más este tipo de perfiles.
En tu trabajo actual, ¿qué es lo que más te atrae?
Este es un sector muy interesante, moderno y alineado con las tendencias actuales. Combina perfectamente la estrategia, las finanzas y el derecho, lo que me permite aplicar todo lo aprendido en mi trayectoria profesional y académica. Es un espacio en constante evolución, y eso lo hace aún más emocionante. Mi trabajo consiste en diseñar programas para que las empresas crezcan, con base en la experiencia que he adquirido en la gestión de mercados, la expansión a otros países y el liderazgo en empresas. Toda esa experiencia la pongo en práctica en mi rol actual. Otro aspecto importante es el enfoque en empresas sostenibles. Sé que en el Perú se da pasos en esta dirección. Por ejemplo, en el Holding JAS y en Grupo Silvestre fuimos líderes en realizar inversiones y llevar a cabo transiciones efectivas hacia productos más amigables con el medioambiente.
La sostenibilidad marca la pauta en varias industrias. ¿Cómo ves el impacto de esta tendencia en la construcción?
Es clave. La construcción puede contribuir significativamente al hacer sus procesos y proyectos más verdes. Es una de las industrias que más contamina, pero también tiene el potencial de liderar el cambio. En SRGE adoptamos un enfoque holístico, porque no se trata solo de utilizar materiales sostenibles, sino también de incorporar energías renovables, tecnología limpia e infraestructura sostenible, todo ello con un alcance equitativo y un enfoque en el impacto social. Para eso se necesitan empresas constructoras especializadas y conscientes, capaces de levantar desde un proyecto inmobiliario, una ciudad entera o hasta un oleoducto, y que se adapten a las exigencias del futuro. En este contexto, las certificaciones, la experiencia y ciertos requisitos técnicos son fundamentales. Nosotros aportamos todo eso a las empresas con las que trabajamos.
¿Qué les recomendarías a los estudiantes de la Universidad de Lima que aspiran a trabajar en el extranjero o en corporaciones internacionales?
Lo primero es que sepan que sí existen canales para lograrlo. Con disciplina, perseverancia y una visión clara, pueden alcanzar sus objetivos. Es importante que busquen oportunidades, aprovechen las experiencias que se les presenten y no teman al cambio ni a los desafíos. En mi caso, busqué diferenciarme con el enfoque en áreas como administración y finanzas, con lo cual construí un perfil más atractivo. Es importante pensar “fuera de la caja”, mirar más allá de nuestras carreras o profesiones. Si ampliamos nuestra perspectiva, podemos descubrir un abanico de oportunidades que el mercado busca o valora. Las grandes empresas, startups y mercados valoran a las personas con ideas innovadoras y visión a largo plazo. Hace cinco años, jamás me habría imaginado en un trabajo en energías limpias, pero aquí estoy, con un enfoque completamente diferente.
Para finalizar, ¿qué puedes decirnos acerca de tu paso por la Universidad de Lima?
Espectacular. Creo que esa palabra lo resume todo. La Universidad me dio una base sólida para todo lo que hago ahora. Me permitió despegar y construir mi camino profesional. La Ulima ofrece una formación de talla mundial y nos prepara como profesionales capaces de enfrentar los retos empresariales de hoy con un alto nivel de rendimiento. Somos tan competitivos como cualquier profesional de Estados Unidos, Europa o Asia, y eso lo veo en mi día a día. Yo pertenecí al décimo superior y estoy convencido de que todos tienen la oportunidad de alcanzar ese nivel. En mi trabajo, coordino y colaboro diariamente con egresados de Harvard, MIT, Caltech, entre otras instituciones. Estoy convencido de que, al aprovechar las herramientas que la Universidad de Lima nos brinda, demostramos un nivel competitivo destacado. Creo firmemente que la Ulima ofrece una base sólida para enfrentar retos internacionales.