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‘El Ala Oeste’ o la política de un país

Como suele ocurrir con otros temas, las elecciones nos pillan incapaces de dar con una referencia. Nuestra narrativa política es pródiga en anécdotas fútiles y eventos discutibles; sabe de épicas flacas, de enmiendas, de vergüenzas, pero es precaria en hazañas que convoquen y construyan. Nos falta una gesta de conjunto, un relato ejemplar a partir del cual organizarnos. Nos está faltando un ala oeste.

Pantalla chica, señal grande

La emergencia sanitaria que atraviesa el país ha devuelto la televisión abierta al primer plano. La necesidad de información y el ocio de una ciudadanía en cuarentena están produciendo picos de audiencia que, paradójicamente, no abonan nada para superar la crisis que padece desde hace algunos años. Si, por un lado, el buen rating no puede ser aprovechado porque la pauta publicitaria es exigua, la ausencia de esta presión tirana tampoco ha obrado efectos positivos en su propuesta de contenidos.