09 de Febrero de 2024

La preventa: un proceso clave en los productos tecnológicos

Luis Medina es un economista especializado en la industria tecnológica financiera. Vive en Chile y se desempeña como gerente de Preventas para Latinoamérica en Murex, empresa que proporciona soluciones de tecnología financiera a los actores de los mercados de capitales. 

Su rol es altamente especializado en las empresas de tecnología, e implica llevar a cabo demostraciones, identificar las necesidades de las empresas y realizar una propuesta a los clientes para que, posteriormente, el equipo comercial se encargue de concretar la venta. Él considera que su formación profesional en la Universidad de Lima le abrió las puertas a sus logros profesionales.

¿Por qué motivo te fuiste a vivir a Chile?
Salí del país hace bastante tiempo. Ahora, simplemente, he cambiado de empresa. Cuando me gradué, conseguí trabajo a través de la bolsa laboral de la Universidad de Lima en una consultora española llamada Management Solutions. Como parte de los proyectos que comencé a realizar con ellos, tenía la responsabilidad de viajar a diferentes lugares. Uno de ellos fue Bogotá, Colombia. 

Los temas que abordé con esta consultora son los mismos que aún trabajo en la actualidad, por ejemplo, mercados de capitales y tecnología para mercados de capitales, básicamente, todo lo relacionado con software y sistemas para bancos empleados para gestionar inversiones, derivados financieros, entre otros. 

Con esta empresa realicé un proyecto con el Banco Santander de Colombia. Después, regresé a Lima para trabajar en un proyecto con el BCP, siempre con la consultora española. Durante este último proceso, que se centraba en una empresa de tecnología, me uní a la empresa Calypso Technology, que me trasladó a Chile en el 2011, tras haber vivido un año en Bogotá. Originalmente se llamaba Calypso, pero hoy es Nasdaq.

¿Cuánto tiempo viviste en Chile?
Viví en Chile desde el 2013 hasta el 2022, mientras trabajaba en Calypso. Durante ese tiempo, en realidad, no solo estuve en Santiago, también viví en Buenos Aires y viajé con frecuencia a São Paulo y Ciudad de México por motivos laborales. Con esta empresa, estuve casi nueve años dedicado a implementar proyectos desde el punto de vista funcional. 

No desarrollo el software, pero sí lo configuro, ya que el programa necesita configuraciones funcionales para validar los modelos de los derivados y la parte numérica. Finalmente, alrededor del 2021, cambié de rol y dejé de trabajar en la implementación de proyectos. Asumí un cargo comercial, conocido como preventas o ingeniería de ventas. Esta posición es muy específica en empresas de tecnología; en otros tipos de empresas, no existe.

¿Cuál es el papel del prevendedor en la industria tecnológica financiera?
El prevendedor tiene conocimiento tanto de la herramienta como del negocio. Se dirige al cliente, realiza una presentación del software y resuelve todas sus dudas. En mi caso, me enfoco en el sector bancario, realizo demostraciones de software que destacan los aspectos funcionales y las fórmulas para valorizar el producto. Después de esta fase de preventa, entra el equipo comercial que se encarga de vender el sistema. 

Es un rol altamente especializado en las empresas de tecnología. Las fintechs surgieron de organizaciones como la nuestra, que desarrollan un software y lo venden a los bancos. Somos parte de la primera generación de este tipo de organizaciones. Nuestros clientes son empresas, operamos en un modelo de negocio B2B. Ofrecemos un solo software para la gestión de inversiones y derivados financieros, que debe actualizarse periódicamente.

Cuando nuestros clientes realizan proyectos de actualización o adquieren módulos avanzados, trabajamos con ellos. Desarrollamos el producto con el banco, obtenemos su aprobación, lo instalamos en el sistema y, luego, el banco lo ofrece a sus propios clientes y lo opera con nuestro sistema.

Es realmente interesante, porque al trabajar regionalmente, puedes establecer contactos en diferentes países y crear una red de networking muy valiosa. Tengo contactos en los diversos países donde he trabajado.

¿Cómo describirías la relación que estableces con los clientes?
La relación con los clientes es muy interesante y es una de las razones por las que decidí pasar a la parte comercial. En mi rol, interactuamos con diferentes tipos de clientes. Por la mañana, puedo discutir con un banco sobre el modo en el que desea operar en el mercado de derivados financieros y, por la tarde, puedo reunirme con una AFP para analizar qué nuevo portafolio de inversión desea agregar, entre otros temas. Disfruto mucho de la exposición a clientes de diferentes tipos e instituciones, como bancos, AFP y aseguradoras. Es realmente interesante.

¿Cómo así pasaste a Murex?
Después de mi tiempo en Buenos Aires, entre 2016 y 2020, regresé a Santiago para asumir el rol de gerente de Preventas para Latinoamérica en Murex, líder en la industria de software para mercados de capitales. Este cambio ocurrió a finales de 2021 y ya llevo un año en esta posición. Desde que salí de la Universidad, mi carrera siempre ha estado vinculada a la tecnología.

De manera que has pasado de la implementación de proyectos al trato con clientes.
Así es. Me inicié en la implementación de proyectos, principalmente desde el lado operativo, como consultor funcional o de negocios en Nasdaq. Posteriormente, pasé a la parte comercial, específicamente a preventas. 

Ahora, como gerente de Preventas en Murex, continúo enfocado en este aspecto. Tanto Nasdaq como Murex son fintechs, pero no en el sentido moderno; desarrollamos sistemas de software desde hace veinte o treinta años y los vendemos a bancos, empresas de mercado de capitales, seguros, AFP y fondos de inversión.

¿Qué es lo que más valoras en tu trabajo?
Valoro mucho la innovación constante en esta industria. Todo el tiempo exploramos nuevos temas, desde inteligencia artificial y blockchain hasta criptomonedas, monedas digitales, entre otros. Como toda rama tecnológica, es muy entretenida e interesante. Abordamos temas muy actuales y que son tendencia. 

Asimismo, desde el inicio de mi carrera, valoro la oportunidad de viajar que ofrece esta industria de tecnología financiera para el mercado de capitales. Disfruto mucho explorar diferentes lugares mientras desempeño mi trabajo. Me he dado cuenta de que la industria y la cultura bancarias son relativamente similares en la región donde me he movido, que incluye Latinoamérica, específicamente, Colombia, Perú, Argentina, Chile y México. En estos lugares, la cultura bancaria se caracteriza por contar con personas muy preparadas y educadas. 

Además, he observado cómo el ritmo de viajes ha cambiado después de la pandemia. Antes, no solo viajaba a otros países, sino que vivía en ellos por uno o dos años. Tuve la oportunidad de vivir en dos o tres países, lo que fue muy interesante, porque conocí diferentes culturas. Ahora, se trabaja mucho de manera remota, hay muchas reuniones virtuales y la frecuencia de mis viajes ha cambiado, aunque todavía me desplazo constantemente.

¿Cómo te ha beneficiado tu formación como economista en tu desarrollo profesional?
Estoy en una empresa de tecnología enfocada en la parte financiera, específicamente en derivados financieros e inversiones como bonos y acciones. Mi formación en economía, especialmente los cursos de derivados financieros que llevé —en los que nos enseñaban a valorizar en Excel y usábamos el Laboratorio de Mercado de Capitales para participar en juegos de bolsa— me han sido de gran ayuda. Todo ese conocimiento financiero que adquirí en la Universidad es lo que aplico día a día en mi trabajo. Este enfoque lo he tenido desde el inicio de mi carrera, cuando fui contratado por la consultora española y me enviaron al día siguiente a trabajar a Colombia para desarrollar un proyecto. Todo este conocimiento me abrió las puertas de esta industria, en la que hay una gran escasez de talento.

¿Cómo aprecias la escasez de talento?
Las empresas luchan por encontrar los talentos que necesitan, lo que genera una alta demanda en este sector. Además, los sueldos son más competitivos que en los bancos o en otras organizaciones. Para retener a estos profesionales, las empresas de tecnología ofrecen muchos beneficios y oportunidades.

¿Qué provecho has sacado de haber vivido en diferentes países?
Definitivamente, lo que más valoro es la transición entre empresas, además de haber conocido distintas culturas. Después de casi nueve años en mi trabajo anterior, decidí dar el paso hacia otra empresa. Aunque estaba muy satisfecho en mi posición, esta oportunidad se presentó y decidí cambiar, porque ya me encontraba en una zona de confort muy grande y quería probar cosas nuevas. Esta transición coincidió con la finalización de mis estudios de maestría en Chile, donde cursé un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez.

Estoy contento con mi ubicación actual. Soy una persona con una gran capacidad de adaptación y disfruto los retos. Me gustó mucho vivir y trabajar en lugares como Bogotá y Buenos Aires, así como el tiempo que pasé en Lima, ya que soy de Arequipa y me mudé a la capital solo para estudiar la Carrera de Economía en la Universidad de Lima. Siempre veo lo positivo de las experiencias y tengo un cariño especial por los lugares donde he vivido.

¿Cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima y específicamente en tu carrera de Economía?
La Universidad fue una etapa muy importante y bonita para mí. Me abrió las puertas a lo que he logrado profesionalmente. Si hubiera estudiado en otra universidad, seguramente no habría tenido acceso a una bolsa de trabajo tan posicionada como la de la Universidad de Lima. Gracias a la bolsa laboral, me llegó la oportunidad de trabajar en una empresa de tecnología, y me fue bien, en gran medida, por la formación que recibí en la Ulima.

Agradezco mucho a la Universidad por todas las oportunidades que me brindó, tanto en lo personal como en lo profesional, porque, además, hice grandes amigos en mi etapa universitaria.