Sumilla:
Nuestro país tiene una estructura productiva inadecuada y poco competitiva, realidad que se refleja en su pérdida sistemática de posiciones en el ranking mundial de competitividad. En el período 2001-2005, por ejemplo, el Perú ha descendido veintiocho lugares, lo cual demuestra no solamente la pérdida de competitividad sino la existencia de nuevos competidores organizados en asociaciones dentro del escenario mundial. El proceso de crecimiento macroeconómico que viene registrando el país exige, de cara a su impacto positivo en los indicadores familiares, asumir acciones para lograr una mayor participación en el mercado global y una estrategia de desarrollo basada en la competitividad. Ello demandará que la actividad industrial peruana, especialmente la exportadora, esté dotada de una investigación de mercado que permita generar información rigurosa y oportuna para diseñar las estrategias competitivas más adecuadas. En la convicción de que las cadenas productivas constituyen una solución real a esta problemática nacional en el largo plazo, los responsables del proyecto, que el año pasado llevaron a cabo una investigación titulada “Prospectiva de las Cadenas Productivas: un Modelo Circular de Gestión”, proponen un modelo de gestión tendiente a incrementar la competitividad empresarial en el sector de las confecciones textiles, el de mayor demanda de profesionales especializados y el que mayor crecimiento sostenido ha experimentado en sus exportaciones en la última década. Debe tenerse en cuenta que la industria textil es la más grande la país, calculándose que existen catorce mil fábricas y que, entre telas y prendas de vestir, exporta aproximadamente US$ 1,500 millones de dólares a los mercados internacionales.
