11 de Noviembre de 2013

Por un cine independiente de calidad

Cathy de Haan, Robinson Díaz y Gabriela Yepes.

En el conversatorio “¿Por qué esperar? Filmmaking y microbudget”, que tuvo lugar en la Sala Ventana Indiscreta - Cine Arte Ulima y fue organizado por nuestra Carrera de Comunicación con el apoyo del Instituto Goethe, los expositores coincidieron en que los tiempos han cambiado y en que ahora es posible concretar una película sin recurrir a grandes presupuestos.

Al respecto, Cathy de Haan, doctora alemana que dicta las cátedras de escritura creativa y estrategia de comunicación cultural en Leipzig y Potsdam, precisó que la revolución digital y tecnológica ha abaratado increíblemente los costos de grabación y posproducción, y subrayó la relevancia de una historia poco pretenciosa, honesta y factible de ser grabada. Asimismo, comentó que el director, en caso de que no disponga de un presupuesto holgado, debe ser realista, apelar a una suerte de “cine de guerrilla”, sacrificarse, ejecutar las cosas por su cuenta e ir confeccionando redes de contactos que le puedan dar una mano en cuestiones de logística, rodaje, viajes, distribución, etcétera.

Por su lado, Gabriela Yepes, directora y egresada de nuestra Carrera de Comunicación, señaló que la carrera de un realizador es un aprendizaje constante que implica aspectos como asegurar los derechos de la música utilizada, saber a qué festivales postular según el contenido y el perfil de la obra, comprender que hay distintos tipos de mercado en los fondos y festivales, no tener miedo a pedir ayuda a terceros o elaborar un listado de contactos útiles según los objetivos planteados.

Finalmente, el cineasta peruano Robinson Díaz mencionó el ejemplo del cortometraje La calma —de Fernando Vílchez Rodríguez, que captura las sensaciones y reflexiones de un sobreviviente del terremoto que azotó Pisco en el 2007—, donde él ejerció como asistente de dirección. Díaz detalló que este trabajo costó aproximadamente 700 nuevos soles y fue seleccionado para la competencia oficial de cortometrajes del Festival de Berlín 2011, uno de los más importantes del mundo en su rubro, lo que demuestra que sí es posible facturar un cine independiente de calidad y a bajo costo.