12 de Agosto de 2015

Presentación de ‘El cine peruano en tiempos digitales’ en la FIL Lima 2015

El 19 de julio, en la Sala Ciro Alegría de la XX Feria Internacional del Libro de Lima, el crítico de cine y docente de la Universidad de Lima Ricardo Bedoya presentó su libro El cine peruano en tiempos digitales, acompañado por Emilio Bustamante, especialista en cine y profesor de la Carrera de Comunicación, y Nicolás Carrasco, crítico de cine y realizador audiovisual. En esta publicación del Fondo Editorial de la Universidad de Lima, el autor abarca el cine peruano a partir de los cambios profundos que ha experimentado en los últimos años, pues la era digital ha transformado las formas tradicionales de producir, concebir, realizar y consumir las películas.

Variedad en cualquier pantalla

Al respecto de la obra de Bedoya, Emilio Bustamante afirmó que se trata de

“un libro que da cuenta claramente de un estado de cosas que muchos aficionados e incluso profesionales, así como personas ligadas al cine en Lima, ignoran hasta hoy. El cine peruano mayoritario no es el que se exhibe en los multicines, el cine peruano actual es mucho más rico y variado, comprende el llamado cine regional de ficción, que se produce y se exhibe fuera de Lima, en locales municipales, colegios, salas comunales o incluso al aire libre; especialmente en Ayacucho, Juliaca, Puno, Huancayo y Cajamarca. Comprende al llamado cine independiente limeño, realizado con bajo presupuesto y que se exhibe en salas culturales o puede hallarse en algunos casos en YouTube, Vimeo o páginas web. Comprende al documental que se realiza en Lima y fuera de Lima, en especial en Chiclayo y Arequipa, y que puede apreciarse también en salas culturales, universidades y en la red. Comprende al cine experimental, impulsado por jóvenes en Arequipa, Cusco y Lima, que se exhibe en salas culturales y festivales, o a través de internet. Como dice acertadamente Ricardo en su libro, desde 1996 hasta la fecha se han producido más películas peruanas de mediana y larga duración que en los 90 años anteriores de la historia del cine peruano, y la producción ya no se concentra en Lima. Pocos se han percatado de que estamos ante un cine que puede empezar a llamarse nacional, en cuanto representa la variedad del Perú”.

Además, reflexionó sobre el hecho de que este nuevo cine demanda también nuevas herramientas teóricas para su abordaje, menos rígidas que antaño, alejadas del estructuralismo. “La antropología visual, los discursos sobre la memoria y la posmemoria, la antropología de la performance son invocadas por Ricardo para entender y explicar estas nuevas manifestaciones fílmicas”, explicó acerca de la forma como el autor se acercó al tema en las páginas de su libro.

Panorama actual del cine nacional

Nicolás Carrasco manifestó que lo primero que lo impresionó del texto fue la exhaustividad de la investigación. Dijo:

“Da la impresión de ser un libro de nunca acabar, siempre había más películas que incluirse. Recuerdo que cuando nos veíamos le preguntaba a Ricardo sobre el libro y me contestaba que siempre quería agregar más. Esta rigurosidad es comprensible, ya que la producción año a año aumenta, e incluso el libro podría haberse continuado con películas vistas en el festival Lima Independiente este año”.

Más adelante, el realizador audiovisual aseguró que “este libro busca hallar lazos, tender puentes de comunicación y relaciones entre las películas que a simple vista podrían no descubrirse, intenta hallar líneas temáticas o estilísticas compartidas entre películas, relacionarlas unas con otras”. Asimismo, especificó que si bien este libro traza un panorama exhaustivo, no pretende establecer el retrato completo del cine que se hace en el Perú, y sostuvo:

“Hacia finales de la década de los noventa resultaba menos complejo definir la naturaleza y modos de consumo del cine hecho en el Perú, hasta entonces las películas se realizaban con el propósito de ser mostradas en salas comerciales; hasta entonces, además, la mención del cine peruano se refería sobre todo a un corpus fílmico producido y consumido mayoritariamente en Lima. Sin embargo, desde 1996 hasta hoy se han producido más películas en el Perú que en los 90 años anteriores a 1996”.

El crítico de cine quiso cerrar su participación recordando unas palabras del cineasta Armando Robles Godoy, quien dijo en una entrevista, hace unos diez años, que si el cine peruano desaparecía no pasaba nada. “Creo que este libro es prueba de que esta frase merece ser revisada”, sentenció Carrasco.

Colocar el cine en vitrina

Ricardo Bedoya recordó que el libro es el fruto de una investigación que se hizo en el Instituto de Investigación Científica (IDIC) de la Universidad de Lima. Dijo que fue

“una investigación que se prolongó por dos años, dos años que me permitieron acopiar y redactar el texto que ustedes pueden ver ahora. Por supuesto que yo había publicado otras cosas sobre el cine peruano, y entonces tuve una continuidad en el trabajo y el acercamiento al cine peruano; pero, como lo digo en la introducción del libro, hasta 1996 era más o menos claro y hasta simple hacer la historiografía del cine peruano. Las películas peruanas estaban ahí, todo el mundo las conocía, estaban en las salas públicas, se veían. A partir del año 1996 todo eso cambia de modo radical, porque empieza una producción casi inabarcable; empieza a hacerse muchísimo cine. En los últimos años se están haciendo más de 30, casi 40 películas al año, de largometraje; de las cuales el año pasado apenas vimos 17. Así que tenemos un material ahí gigantesco. La idea era acercarse a ese cine, a ese cine que tiene diferentes modalidades de producción”.

Sin embargo, Bedoya lamentó que en el Perú no exista una industria: Expresó:

“Ahora se habla mucho de esta especie de ilusión industrial a partir del éxito de 'Asu Mare', pero creo que eso es una pompa de jabón; en realidad no existe una industria en el Perú, nunca existió. Una industria supone permanencia, continuidad, supone formas estables de producir”.

Finalmente, reveló el objetivo primordial que persiguió al trabajar en esta publicación:

“Algo que me motivó a hacer el libro es dar visibilidad a estas películas, es hablar de ellas. Creo que fue Godard el que dijo alguna vez que las películas nacían libres e iguales, y eso creo que es importantísimo tenerlo siempre en cuenta, que no existen películas de alto prestigio y de bajo prestigio, que no existen las películas cultas y las populares. Los críticos de cine siempre decimos que hay buenas y malas películas, no hay más categorías. Y una película de grandes pretensiones artísticas puede llegar a ser pésima, mientras que una película popular puede ser una maravilla. Creo que hay que acercarse así a las películas, y darles visibilidad es eso; es hablar de cine y prestarle atención a una película como 'El último guerrero chanka', pero también como 'Asu Mare'. Creo que se puede hablar con argumentos y se puede tener determinado tipo de discusión o debate sobre películas que aparentemente son muy distintas”.