04 of April of 2024

Hay que estar atentos a las nuevas oportunidades

Eduardo Solís siempre está en la búsqueda de oportunidades y se proyecta hacia el futuro para planificar la estrategia empresarial. Trabaja como director de Desarrollo de Negocio en Increnta, agencia de marketing, y destaca su capacidad para reinventarse y explorar continuamente.

Él estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Lima y participará como ponente en el evento empresarial Executive Summit, organizado por nuestra Casa de Estudios, el sábado 20 de abril.

Los temas que se abordarán en las conferencias son operaciones, gestión y negocios; mercado de capitales; marketing y ventas; derecho; ingeniería; transformación digital e innovación; finanzas y contabilidad; gestión pública; comunicación; dirección de personas y habilidades blandas, y tecnología.

¿Cuáles son tus responsabilidades como director de Desarrollo de Negocio en Increnta?
Esta es una pregunta recurrente: ¿Un desarrollador de negocio o business developer es de comercial o de marketing? A mí me gusta decir que ni uno ni lo otro, pero que tiene de ambos. Un desarrollador de negocio necesita una vena innovadora para ver un poco más adelante y definir el futuro de la organización, identificar las oportunidades que se presentan y preparar a la empresa para atender dichas oportunidades. El equipo comercial se ocupa más del presente, un desarrollador de negocios está pendiente de ese futuro que no todos ven. 

Por eso, debe reinventarse y explorar continuamente para encontrar nuevas oportunidades de negocio. Además, necesita establecer relaciones sólidas con los clientes y prospectos, efectuar alianzas y encontrar los partners que las faciliten. Tiene que estar preparado para vivir en este mundo cambiante y de incertidumbre. Sin embargo, un desarrollador de negocios no se aburre nunca, y quiero dejarle un consejo a la comunidad de estudiantes Ulima: busquen siempre un mentor. A mí, Increnta me dio uno increíble, que, aunque vive en Málaga, España, es como si fuera una persona cercana: siempre está preocupado por mi desarrollo y por hacerme mejorar.

¿Qué retos enfrentas en el día a día?
Creo que el principal reto es tener resiliencia. Mientras las empresas transitan en un entorno de incertidumbre, este es el ambiente natural para el business developer. Nuestros retos son leer las necesidades de los clientes y pensar cómo podemos ayudarlos a alcanzar sus objetivos empresariales. Digo “leer las necesidades” y no “preguntar qué necesitan”, porque si crees que vas a preguntar y obtener la respuesta, partes de un error. Muchas veces ni tus interlocutores tienen muy claro qué quieren o necesitan, y hay que construir junto con ellos. Ese es otro de los retos principales.

¿Cómo haces para percibir los problemas y las oportunidades de las empresas?
A mí me costó mucho aprenderlo y me cuesta todavía. He llevado cursos de coaching y de liderazgo e innovación para desarrollar mi capacidad de empatía y de escucha. Creo que es algo que debemos hacer todos, así como trabajar en estas competencias con mucha humildad. Una de las cosas que agradezco a la consultoría es ayudarme a desarrollar esas habilidades, escuchar a clientes y colegas de distintas industrias, y aprender de ellos. Creo que me enseñan mucho.

¿Cómo aprecias el mercado actual de las agencias de marketing, sobre todo a partir del hecho de que las empresas sienten cada vez más la necesidad de aplicarlo en sus negocios?
En un reto tremendo, porque a pesar de que hace veinte años eran novedosas e innovadoras, cada vez lo son menos y tienen que reinventarse. A todos nos llama la necesidad de reinventarnos e innovar. Un gran amigo, Daniel Falcón, me enseñó el poder de la frase que Mark Zuckerberg mencionaba a sus colaboradores de Facebook (ahora Meta): “Si no inventamos aquello que vaya a destruir a Facebook, alguien más lo hará”. Soy un ferviente creyente de esta frase.

Miro el Increnta de hoy, regreso al 2022 —cuando entré a la compañía— y veo que nuestra propuesta de valor, nuestras soluciones en el mercado y nuestra configuración son otras. Es una compañía distinta, hemos evolucionado, y es lo que debe pasar porque el mercado se mueve rápidamente. Nosotros también debemos hacerlo.

¿Qué otros trabajos has tenido antes? ¿Podrías resumir qué hacías?
Mis dos últimos trabajos, en los siete años que han pasado, han transcurrido en el mundo de la consultoría. Ahora, como director de Desarrollo de Negocio en Increnta; antes, como director Comercial en Neo Consulting. Tengo veinte años de experiencia laboral en el mundo corporativo. 

He estado en el Grupo La República, en el que tuve la responsabilidad de ser el primer director digital; en Yell Perú, empresa inglesa de directorio de negocios, fui el primer gerente de esta misma área; en Belcorp, también fui uno de los primeros directores de este ámbito; y, en Telefónica, en Perú y España, estuve en negocios digitales.

De manera paralela, tengo más de veinte años de carrera docente: en pregrado los primeros diez años, y en maestrías y programas de posgrado desde hace trece años. Soy docente en Educación Ejecutiva de la Universidad de Lima. Es un orgullo ver a los alumnos crecer, evolucionar, desarrollarse y aportar a la empresa y a la sociedad. Muchos de ellos son hoy grandes amigos, colegas y clientes.

¿De qué manera has aportado en los lugares donde te has desempeñado profesionalmente?
Siempre he tenido la responsabilidad de comenzar proyectos. Creo que me gusta y lo disfruto. Un profesor muy querido y respetado, Pere Rosales, de Inusual, en Barcelona, me mostró el test de Basadur, que identifica nuestras habilidades y tendencias para la resolución de problemas, y para aportar y trabajar mejor en una organización. En mi caso, según Basadur, soy generador. A los generadores, nos encanta encontrar nuevos problemas y oportunidades en los que trabajar, disfrutamos participar, nos resulta sencillo imaginar diferentes posibilidades y percibimos con facilidad los problemas y las oportunidades. Recomiendo hacer el test, que se puede encontrar en https://basadurprofile.com.

Creo que he ayudado a varias organizaciones a salir de su status quo y ver más allá de lo evidente, desarrollar negocios y explorar oportunidades. Me he equivocado mucho, he fallado infinidad de veces, pero me he adaptado a los cambios y también he logrado grandes cosas.

Los modelos de negocio se explotan, se aprovechan, pero se acaban, se saturan, y es necesario innovar. Hay que moverse, porque el mercado y los clientes cambian. Creo que ese ha sido uno de mis aportes: ayudar a buscar nuevas oportunidades. El más importante, sin embargo, ha sido armar grandes equipos, rodearme de personas que han crecido mucho más que yo, han aportado más y han sacado adelante los proyectos en los que he trabajado. Mi agradecimiento a ellos, siempre los tengo presentes y me hace mucha ilusión cuando me buscan para conversar y pedirme un consejo o invitarme un café para conversar.

¿Podrías adelantar el tema de tu ponencia en el Executive Summit y algunos de los conceptos que vas a abordar?
Creo que nos vamos a divertir mucho con el profesor Antonio Rojas, un líder creativo y disruptivo. Que sea moderador en mi ponencia me llena de una energía positiva. Como dice Philip Kotler: “El ‘marketing’ se mueve”, y vamos a hablar de por qué es importante tener una perspectiva más amplia y aplicada de esta materia en la actualidad y cómo la tecnología apoya los procesos comerciales y de marketing. Prometo montar una sorpresa para los asistentes. No se la pierdan, se llevarán varias ideas.

¿Qué te pareció estudiar tu carrera en la Universidad de Lima y, en general, cómo viviste la etapa universitaria?
Siempre les digo a mis hijos que la etapa más bonita de la vida es la universitaria. Es el momento de descubrimiento, de crecimiento como persona y de formación como el profesional que serás. A mí, la Universidad de Lima me dio no solo profesores y experiencias fundamentales, sino amigos y colegas con quienes siempre me encuentro en distintos entornos. He tenido la oportunidad de visitar la Universidad varias veces y, cada vez que voy, me dan ganas de volver a estudiar ahí. Qué linda está, y tan llena de facilidades y servicios para los estudiantes.