10 of December of 2021

“Me enamoré del psicoanálisis”

Antes de terminar sus estudios de Psicología en la Universidad de Lima, Talía Chlimper se sintió atraída por el psicoanálisis. Por eso, decidió capacitarse en esta práctica terapéutica, que describe como “un método que busca entender el presente de las personas, haciendo una revisión sobre todo lo que ha constituido sus vidas”. Talía es docente universitaria, forma psicoterapeutas en un instituto especializado en psicoanálisis, tiene un consultorio particular y, en el futuro, quisiera escribir un libro con un formato de ficción autobiográfica.

¿Qué te animó a especializarte en psicoanálisis?
En mi último año de Psicología en la Universidad de Lima hice mi internado en un instituto de psicoterapia psicoanalítica. Ahí conocí a Liliana Blaustein, quien se volvió mi profesora, mentora y amiga. Me enamoré del psicoanálisis a través de ella. Luego realicé una Maestría en Estudios Teóricos en Psicoanálisis, otra en Estudios Culturales y, finalmente, me formé como psicoterapeuta psicoanalítica en el Instituto Inter-Cambio, donde ahora también trabajo. Del psicoanálisis, me pareció y me parece fascinante la forma en que la teoría se construye, la complejidad con la que aborda cualquier problemática, sus alcances explicativos para hacer crítica cultural y lo terapéutico que puede resultar un vínculo generado desde esta manera de pensar, sentir y trabajar. Lo he experimentado como paciente, como terapeuta y como investigadora, y nunca dejan de sorprenderme la amplitud y la potencia de sus alcances.

¿Cómo funciona el psicoanálisis?
La psicoterapia psicoanalítica, es a la vez, una praxis y un cuerpo teórico. En líneas generales, podríamos decir que propone un modelo de mente en el que buena parte de lo que somos tiene una cualidad inconsciente. También que esa mente surge desde la experiencia somática de lo sexual que está presente desde el inicio y desde la forma singular en la que se desarrollan nuestros primeros vínculos. Es un método particular que busca entender el presente de las personas, haciendo una revisión sobre todo lo que ha constituido sus vidas. Es un espacio para hablar sobre las relaciones que uno tiene y ha tenido, para analizarlas y, principalmente, para desarrollar una nueva relación terapeuta-paciente, a partir de la cual el pasado puede ser comprendido, resignificado y reparado.

¿En qué casos es más recomendable trabajar con psicoanálisis y con qué edades?
Pienso que el psicoanálisis es un método de tratamiento que funciona para todas las edades. Acá creo que importa responder para qué uno inicia un proceso de psicoterapia psicoanalítica, pues no es algo que esté simplemente enfocado en la remisión de la sintomatología. Es un camino de autoconocimiento que abre la subjetividad, que permite una vida más auténtica en la que, si bien se busca la prevalencia de lo bueno, se hace por un necesario acercamiento a lo que usualmente se considera malo.

Se dice que con esta técnica se tarda más en obtener resultados. ¿Es así?
Si bien existe la psicoterapia psicoanalítica focalizada, que dura menos, pues se concentra en algún tema específico, esta es una técnica que suele prolongarse y tener un final abierto. Suele tomar años, porque esto no es un formato de autoayuda, que es la tendencia contemporánea. Pienso que el psicoanálisis logra un cambio estructural en las personas.

¿Cuáles son sus ventajas?
Creo que la psicoterapia psicoanalítica permite el despliegue de todas las complejidades que ocurren cuando dos personas se encuentran. Es un espacio en el que se generan significados, en el que cada par analítico abre la posibilidad de vivir nuevas experiencias emocionales. Es un vínculo que no solo desarrolla la capacidad para pensar, entender y ordenar, también genera que el paciente pueda imaginar y crear novedad en lugar de repetir. Uno sale de esa experiencia sabiendo mucho más de sí mismo y, a partir de eso, pudiendo elegir de modo más sano y auténtico.

¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando en tu propio consultorio?
Bueno, al principio fue difícil. Compartía un espacio con uno de mis mejores amigos que había estudiado la carrera conmigo y casi no teníamos pacientes. Pero poco a poco empecé a recibir derivaciones y el consultorio se fue consolidando.

Además de tu consultorio, ¿tienes otros trabajos?
Dicto clases en distintas universidades. Lo he hecho casi desde que acabé la carrera y ahora lo hago también en el Instituto Inter-Cambio, dedicado a la formación de psicoterapeutas.

Por otro lado, las duras restricciones de la primera etapa de la pandemia afectaron a muchas personas. ¿Qué opinión te merece este tema como psicóloga?
La pandemia ha acentuado significativamente los padecimientos de las personas. Lamentablemente, ha supuesto una suma de cosas que han elevado drásticamente los índices de ansiedad y depresión: estar rodeados de una situación con tanta tragedia, perder a seres queridos sin poder despedirse siquiera, ver la realidad de nuestro sistema de salud y la corrupción de los gobiernos a cargo. Así también, las personas perdían sus trabajos o se veían obligadas a realizar cambios significativos en sus vidas, dinámicas familiares cargadas debido al encierro prolongado… Ha sido y sigue siendo, para algunos mucho más que para otros, bastante duro.

¿Cuáles serán las consecuencias por estos problemas y por los trastornos psicológicos que se han generado?
Me preocupa mucho el encierro en el que siguen los niños, que hasta el día de hoy no han tenido un retorno a los colegios. Creo que las peores consecuencias van a estar ahí. Por lo demás, creo que hay mucho trabajo por hacer en salud mental, empezando por visibilizar su importancia.

¿Qué consejos podrías dar al respecto?
Que busquen ayuda. Existen muchísimas personas, institutos, colectivos, etcétera, que trabajan en salud mental y que ahora, a través de la virtualidad, están a la mano. Y si puedo dar un consejo a las autoridades responsables, sería que pongan como prioridad el retorno de los niños a clases. Es absurdo que todo lo demás se haya reactivado y que los niños sigan “aprendiendo” desde un aparato, encerrados en sus casas.

Profesionalmente, ¿qué te gustaría realizar?
Tengo un proyecto con una amiga que reúne nuestro gusto por investigar y escribir desde un formato de ficción autobiográfica. Me gustaría ver este proyecto concretándose en un libro.

¿Qué haces en tus tiempos libres?
Tengo un hijo de tres años con quien paso mucho de mi tiempo. De hecho, todo está organizado alrededor de él. Yo disfruto mucho de ser su mamá. Además de estar con Samuel, me gusta practicar deporte: hago equitación desde niña y este último año he descubierto la bicicleta de montaña, el morro y nadar en el mar.

¿Qué te pareció tu formación como psicóloga en la Universidad de Lima?
Me gustó, fue bastante ecléctica y aprendí mucho. Tengo recuerdos lindos de muchos de mis profesores y de tantos cursos que me gustaron de modo especial. Además, como conté al principio, la Universidad me permitió hacer el internado del último año de Psicología en un instituto que, finalmente, marcó todo el resto de mi carrera, así que me siento contenta por mi elección.