04 de Agosto de 2023

Un libro que desarrolla una visión del cine mundial del siglo XXI

No hay duda de que el cine es un espectáculo popular y que, de alguna manera, mantiene y prolonga esa sensación en sus seguidores desde que apareció en 1895. Al respecto, Del blockbuster al autorretrato. Apuntes sobre el cine de hoy, de Ricardo Bedoya, docente, investigador y crítico de cine, es un análisis que ofrece una visión panorámica de ciertos motivos, tendencias estilísticas y tratamientos rastreables en el cine internacional desde el inicio del siglo XXI. El volumen recoge apuntes sobre centenares de filmes, sopesados desde la perspectiva de un cinéfilo que no reconoce placeres culposos ni jerarquías entre las películas consideradas de arte y ensayo y las que no siguen estas pretensiones. El libro, publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima, será presentado el 5 de agosto a las 15.00 horas en el auditorio Laura Riesco de la 27.ª Feria Internacional del Libro de Lima. Conversamos al respecto con el autor.

El libro se llama Del blockbuster al autorretrato. Apuntes sobre el cine de hoy. ¿Qué sintetiza el título?
Es una mirada sobre las diferentes formas en las que el cine se presenta ante el público masivo, que, en el caso de los blockbusters, como se conoce a estas películas de gran presupuesto, están planteadas para destrozar las taquillas y llegar a un público multitudinario. Hablamos, por ejemplo, de las películas de superhéroes de Marvel o DC, o hasta de películas de la franquicia Misión imposible o Indiana Jones. Sin embargo, también es un cine que puede trabajar intimidades. En este caso, ya no presenta grandes espectáculos, sino a sujetos que exponen sus intimidades o que indagan a través del cine su propio entorno, su propio contexto, o que descubren secretos familiares. Es decir, el libro transita desde lo más asombroso y gigantesco de los espectáculos de Hollywood hasta aquello que resulta más confidencial, pequeño e íntimo, que supone que la cámara que filma es parte de la extensión de la mano, del brazo. Y va contigo, y te permite de alguna manera comprender el mundo al mismo tiempo que se registra a través del recurso cinematográfico. Esa es un poco la idea. 

¿Qué lo motivó a concretar esta publicación?
Todo inicia a partir de una idea, que creo es central: no se hacen diferencias que se suelen hacer entre lo que es un cine popular y un cine de arte. Para mí, esas categorías me parecen caducas y un poco antiguas o ya superadas. Lo que importa en verdad cuando uno habla de cine es el valor intrínseco que tiene cada película de modo individual. Es decir, puede haber notables películas que están dirigidas a un público masivo y gigantesco, como otro tipo de películas que están dirigidas a otro tipo de espectadores y que tienen otro sistema de exhibición, que incluso no llegan a las salas de cine. Y puede haber desastres expresivos en esas dos categorías, en esas dos formas de relacionarse con el público o de concebir las películas. Entonces, de eso se trata. En el libro se puede hablar de Batman de Christopher Nolan o de películas de terror como la saga de Insidious o La noche del demonio, pero también se habla de otros autores que hacen un cine distinto, que tiene otra manera de concebirse. En ningún caso se disminuye uno para privilegiar otro. En el libro se habla de ambas formas de relacionarse con el cine.

¿Alguna otra razón en especial?
Sí, este es un libro que no parte de ideas genéricas o abstractas o teóricas sobre el cine de hoy, sino que trata de encarnarlas en películas concretas. Entonces, de lo que se habla es de películas que están representando algún estilo, algún modo de tratar el espacio o algún modo de tratar el tiempo cinematográfico. Las películas son el fondo del asunto. Se habla de más de mil películas en el libro y de títulos muy diversos. Cada una de las entradas a las películas puede ser ensayística o de tipo más breve. Pero en todos los casos, las películas son el centro de la discusión que hay en el libro. Eso es lo importante. 

¿Este libro tiene alguna relación con los libros que ya ha publicado anteriormente?
Sí. De alguna manera, es una prolongación de los dos libros anteriores que he publicado. El primero fue El cine peruano en tiempos digitales, centrado en el cine nacional, y el segundo, El cine latinoamericano del siglo XXI, que estuvo enfocado en la producción latinoamericana. Este nuevo libro trata sobre el cine internacional o el cine en el mundo. Aquí se habla de películas de los Estados Unidos, Asia y África. Entonces, con los tres libros lo que se da a conocer y se desarrolla es una visión del cine mundial en el siglo XXI.

¿Cuánto tiempo le tomó investigar y redactar el libro?
Este libro lo he escrito en muchos años. Diría que en los 23 años de lo que va el siglo XXI.

¿Por qué tanto tiempo?
Porque fui escribiendo sobre las películas que veía desde el comienzo del siglo. En algunos casos, publiqué los textos en algunos medios, como el diario El Comercio o el suplemento El Dominical, y en capítulos de libros; en otros casos, no. Ese material me ha servido muchísimo para escribir este libro y, claro, también hay otros textos nuevos que sí tardé en elaborarlos dos años, porque hay películas que no había visto. 

“Al atardecer” es la primera sección del libro. En ella, se aproxima a películas de cineastas como João César Monteiro, Manoel de Oliveira, Chantal Akerman o Clint Eastwood. ¿Por qué decidió que el libro empiece con esta sección?
Empieza con ese capítulo porque quise hablar de directores y de películas que se refieren al final de una época y el final de una obra, a través del reencuentro de algunos directores que fueron muy importantes durante el siglo XX que ya murieron o que están vivos, como Clint Eastwood, por ejemplo, un hombre mayor que realiza sus últimas películas. Entonces, lo que quise hacer es empezar el libro con la idea de un entronque. Si bien las épocas cambian, siempre hay una especie de diálogo, el cine dialoga siempre con su pasado y su tradición. Esa es un poco la idea, empezar con cineastas que son maestros o bien de actores que fueron muy significativos en los años sesenta en adelante o bien que aparecen en algunas películas y despiertan la reflexión sobre sus mitologías o presencia en el cine. Por eso comienzo el libro así, menciono que el cine de hoy no es un cine que parte de cero o de la nada, sino que nace de su vínculo con lo que se hizo en el siglo XX. El siglo XX es el siglo del cine. 

Isaac León Frías ha señalado que, en estos tiempos de múltiples pantallas, “vivimos una segunda era en la historia del cine”. Al respecto, ¿de qué manera Del blockbuster al autorretrato. Apuntes sobre el cine de hoy se acerca a este presente?
Sí, es una época en la que se amplía esa concepción que nosotros teníamos del cine como el lugar, el espacio cerrado, en el que veíamos las películas a oscuras con multitud de gente. Nos sentábamos al lado de gente que no conocíamos y nos reíamos juntos o llorábamos juntos. ¿Qué ha ocurrido ahora? Lo que ha ocurrido es que la propuesta nueva, la propuesta del siglo XXI, es que nosotros volvamos a disfrutar en grupo, en una sala de cine, pero con otro tipo de estímulos que ya llegaron o ya van a llegar en el futuro.

¿A cuáles se refiere?
A los estímulos sensoriales, como pantallas más grandes o los efectos que ocurren en la sala misma. Por ejemplo, que te echen agua, que sientas aire o te muevan el asiento. Todo ese tipo de cosas que se vinculan con un sentido espectacular, inmersivo, de la relación que tú puedes tener con una pantalla. Pero también están las pantallas alternativas, porque estamos viviendo en un mundo de pantallas. Tenemos pantallas en el celular, en la televisión, en la tablet o en la computadora. Es decir, lo que ha ocurrido es una multiplicación de pantallas donde podemos ver a Tom Crouise en Top Gun o en Misión imposible. Entonces, eso mismo que vemos en el cine también lo podemos ver en otro tipo de pantalla, pero a su vez, vemos también otro tipo de películas alternativas que encontramos en plataformas. Lo que ha sucedido y es la gran revolución de estos años es la diversidad del cine. Esa gigantesca diversidad que es mucho mayor de lo que existía en el siglo pasado y que es a su vez una virtud y un problema.

¿Por qué es una virtud y por qué es un problema?
Es una virtud porque al haber mayor diversidad hay mayores posibilidades de estilos, de formas de acercarse a una película, de miradas distintas y de modos de representación del cine. Y es un problema porque la cantidad de oferta es tanta que tienes que buscar más. La persona aficionada al cine y que quiere enterarse de lo que se produce, ya no solo tiene que fijarse en lo que se pasa en las salas, sino que tiene que rastrear las películas en plataformas muy diversas, no solo Netflix o HBO Max, sino en otras que ya son especializadas.

Después de terminar el libro, ¿cuáles diría que son las principales conclusiones? 
No diría conclusiones, pero sí observaciones o constataciones que han pasado durante este siglo. Una es que se ha recompuesto el mapa del cine mundial. Hay países o zonas del mundo que en el siglo XX no tenían una presencia muy fuerte en el imaginario cinematográfico y en el mundo en el que se mueven las películas; sin embargo, ahora sí la tienen. Por ejemplo, Rumania o ciertos países de Asia como Corea o países que no tenían una tradición cinematográfica, que de pronto empiezan a tenerla y ganan presencia en festivales o circuitos alternativos (como es el caso del cine de Filipinas o de Tailandia). Y en el libro se habla de cineastas de dichos países. Otra observación es que el cine es un espectáculo popular y, de alguna manera, mantiene y prolonga eso. En esa vertiente del cine, en su comunicación masiva con los espectadores, sigue una fascinación por el despliegue de toda esa especie de parafernalia de efectos especiales e ilusión construida.

¿Cuáles son sus próximos proyectos? ¿Qué tendencias cinematográficas serán abordadas en sus próximas investigaciones?
Hay mucho por investigar y toma tiempo, pero sí me gustaría seguir estudiando sobre el cine en América Latina porque cada vez hay cosas más nuevas, aunque también quisiera indagar en el pasado. Cada vez me interesa más hacer un trabajo sobre la censura en el Perú. Es un tema que podría parecer un poco caduco, pero que de pronto se reactiva de nuevas formas. Otra vez se habla sobre censura a determinados productos culturales y creo que es un tema que adquiere fuerza. Sería interesante ver las razones y qué películas se prohibieron, sobre todo en una época en la que se supone estamos libres de censura.