01 de Julio de 2022

La sostenibilidad en las empresas y los beneficios a largo plazo

Alejandro Fiocco, egresado de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima, lleva cuatro años trabajando en Carnstone Partners, una consultora inglesa especializada en sostenibilidad, con oficinas en Londres y Shanghái. Él ha sido invitado por la Red de Graduados al evento Ulima Talks: Egresados con Propósito 2022, donde contará cómo las empresas vienen incorporando el tema de sostenibilidad en sus operaciones, qué riesgos y oportunidades se presentan y cuáles son las tendencias actuales.  

¿Desde cuándo estás en Inglaterra?
Vivo aquí desde hace cinco años y trabajo desde unos cuatro años. Actualmente soy consultor de empresas en Carnstone Partners. Me dedico al tema de sostenibilidad y todo lo que tiene que ver con la responsabilidad corporativa en materias ambiental y social.

¿Qué consultorías han llamado más tu atención?
Bastantes, sobre todo por la variedad de temas que tratamos. Una de ellas es la huella de carbono. Vemos cómo las empresas pueden reducirla, tanto a nivel corporativo como en la operación. Por ejemplo, si se trata de una cadena de restaurantes, vemos en qué parte del proceso podrían minimizar su consumo de energía, generando ahorros económicos, pero también beneficios ambientales. Asimismo, he trabajado con la industria farmacéutica un tema que viene creciendo con fuerza, sobre todo después de lo vivido con la COVID-19, y que es cada vez más relevante, la resistencia a los antimicrobianos.  

¿Podrías explicar cómo se produce la resistencia a los antimicrobianos?
Es cuando, por el exceso y mal uso de los antibióticos, estos terminan generando una resistencia en las bacterias. Esto es perjudicial, porque luego esas bacterias entran en contacto con los humanos y ya no pueden ser combatidas con los medicamentos tradicionales. Es un tema muy interesante y preocupante, y será uno de los más importantes en el futuro, por los posibles riesgos en el sector salud. Es algo que tenemos que controlar. El problema es que mucha gente piensa que, si las farmacéuticas producen el producto, ellas deben ser responsables. Sin embargo, la mayor cantidad de mal uso o abuso de esos medicamentos se genera en otros sectores. 

¿Cuán grave puede ser esto para el futuro?
Muy grave, porque después las farmacéuticas tienen que desarrollar antibióticos mucho más potentes. Lo que vimos durante toda la pandemia fue que, en diversos países, sobre todo latinoamericanos, y principalmente en el Perú, se estuvo recomendando el uso de ciertos medicamentos que se decía podían tener algún efecto de prevención sobre el coronavirus. Esto no tenía ninguna base científica y aumentó el riesgo de la automedicación y el sobreúso de medicamentos que no están diseñados para cierto tipo de consumo. Hay un estudio desarrollado por un científico peruano que encontró concentraciones muy altas de un antiparasitario en un río, lo que tiene grandes repercusiones en el ecosistema. Este es un tema interesante, que va a volverse muy importante en los próximos años.

¿Qué otros problemas has podido notar con la pandemia que han afectado el medio ambiente?
Creo que es difícil decir si, a largo plazo, la pandemia ha tenido un efecto positivo o negativo. Hay mucha gente que dice: “El trabajo remoto se ha vuelto mucho más común, lo que significa que la gente va a tener que transportarse menos”. Hay ciertos beneficios en esto, pero, por otro lado, en países del hemisferio norte dicen: “Eso significa que se va a usar mucha más calefacción que la que se utiliza en una oficina, lo cual es menos eficiente”. Hay industrias que se han visto muy afectadas, como la aviación comercial, donde la cantidad de vuelos disponibles no ha regresado a la normalidad, pero su huella de carbono es bastante baja comparada con otros sectores, como el de energía o de construcción. Por eso es difícil evaluar el impacto. La pandemia ha tenido efectos ambientales y sociales positivos y negativos. 

¿Cuál es el impacto en el trabajo cotidiano?
El trabajo tal y como lo conocíamos no es necesariamente el mismo. Permite, por un lado, el acceso al trabajo a gente que está más alejada de las ciudades. No se necesita vivir en el centro cuando se trabaja en línea. Pero al mismo tiempo se abre una pregunta: ¿Esa gente que no está expuesta a un ambiente laboral presencial tiene las mismas oportunidades que alguien que sí lo está? Yo creo que aún no hemos visto los impactos a largo plazo, ni ambientalmente ni socialmente. Aún es muy pronto para dar conclusiones. 

Y en el terreno personal, ¿cómo te ha ido en el trabajo durante la pandemia?
Yo he tenido suerte. He podido trabajar todo este tiempo de forma remota. Es más, diría que mi carga laboral se ha incrementado por el interés que ha surgido en ciertos temas que, a raíz de la COVID-19, se han vuelto más relevantes, como el de la huella de carbono. Las empresas están cada vez más interesadas en que su negocio sea sostenible a largo plazo, por eso están tomando mucho más en serio la necesidad de abastecerse de energías renovables y no depender necesariamente de fuentes de combustible fósiles. Es un cambio de paradigma. Necesitamos ver qué tan sostenible es la empresa de acá a cinco o diez años y no solamente centrarnos en el impacto económico a corto plazo. Yo pienso que, en cierta forma, la pandemia ha impulsado esto y eso ha hecho no solamente que mi trabajo haya aumentado, sino también los requerimientos que recibimos de las empresas. Desde ese punto de vista, me siento bastante afortunado. Sé que ha sido una época muy difícil para muchas personas, pero en mi caso he tenido bastante actividad durante todo este periodo.

¿Actualmente trabajas de manera remota?
Antes de la pandemia, nosotros ya teníamos un trabajo bastante flexible. Eso se ha acentuado hasta quedar como una política de la empresa. Ahora es totalmente normal que uno de nosotros vaya a la oficina solo unas veces. Ya se ha normalizado también que podamos trabajar desde cualquier país del mundo unas seis semanas al año. Eso me permite estar un período prolongado en el Perú, trabajando y, al mismo tiempo, visitando a mi familia y a mis amigos. Desde ese punto de vista, ha sido positivo.

¿Consideras que ya te has adaptado al país?
Sí, totalmente. Se extraña el Perú, pero diría que me he adaptado bien a la vida de aquí y que eso se debe, en parte, a mi formación como ingeniero industrial, que permite al profesional desarrollarse en bastantes sectores.

¿Cuáles son los trabajos que realizabas antes de Carnstone?
Yo hice prácticas en el sector agrícola, también trabajé en GBG Ingenieros y estuve como analista en Glencore.

Próximamente vas a participar en Ulima Talks. ¿Qué temas vas a tocar?
Estaré en la conferencia de julio y también en el evento de octubre. Básicamente, planeo hablar sobre la sostenibilidad, pero no como un tema genérico, sino como un asunto relevante para las empresas y cómo estas pueden aplicarlo, porque si no se pasa de la teoría a la práctica, todo se diluye en palabras. Es un tema no muy fácil de comprender. Por eso quiero contar cómo, en los proyectos en los que he participado, las empresas han podido integrar temas de sostenibilidad con el funcionamiento de sus operaciones y qué beneficios les han traído. Quiero hablar, por ejemplo, sobre los riesgos y las oportunidades ambientales y cuáles son las tendencias actualmente. Ya hay varios países que están empezando a regular el tema y a exigir a las empresas que reporten su situación con respecto al cambio climático que estamos viviendo y cómo les va a impactar. También deseo dar unos cuantos ejemplos sobre otros aspectos en los que las empresas se enfocan, como la biodiversidad. Mi idea es hacer mi participación un poco más práctica y tangible, para que alguien que se encuentre en un puesto comercial o más operativo pueda ver cómo esto se relaciona con su trabajo y cómo lo puede aplicar en la práctica sin ser necesariamente un profesional en sostenibilidad.   

Finalmente, ¿cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima?
Es interesante ver todas las oportunidades que te da la Carrera de Ingeniería Industrial. Te brinda todo un abanico de conocimientos y, justamente, eso es lo que me ha ayudado más en mi vida profesional. Por eso considero que mi paso por las aulas de la Universidad de Lima ha sido muy provechoso para mí, y lo que más rescato es la diversidad de cursos que tuve.