08 de Septiembre de 2023

Entre las finanzas, el deporte y el mundo comercial

Si algo distingue a Brunella Sacio es su carácter competitivo y su pasión por el mundo comercial. Desde chica, participaba y ganaba en torneos de atletismo. Ahora, también gana en la categoría máster, en pruebas de natación. En el campo laboral, ha trabajado como ejecutiva de Grandes Clientes en Entel Perú y ha ganado premios en ventas. En Scotiabank, llegó a ser gerente de Relación Sénior, y —como ella misma dice— “arrasaba con los premios en ventas”. En su trabajo actual, en Panamá, como directora ejecutiva de Negocios en Andbank, entidad especializada en la gestión integral de grandes patrimonios, aplicó todo su expertise y esa vena comercial que tantos éxitos le ha dado.

Ella descubrió ese talento desde chica, cuando a los 15 años se dedicó a vender cafarenas. Por eso, decidió estudiar la carrera de Administración en la Universidad de Lima, porque quería aprender sobre el mundo de los negocios y brillar en el terreno comercial. Y como deportista dedicada, ahora que se encuentra en la capital, participará en el Torneo Alumni de la Ulima, que se lleva a cabo en el Complejo Deportivo de Mayorazgo hasta el 23 de septiembre. Su prueba de natación es 50 metros en estilo libre. 

¿Por qué te fuiste a trabajar a Panamá?
Yo trabajaba en Lima en un banco donde hice una cartera grande de clientes. Cuando me contactaron de Andbank, un grupo internacional con sede en Panamá, me interesó la propuesta que me hicieron y me fui para allá en el 2022. Desde entonces, vengo cada cierto tiempo a Lima porque tengo clientes aquí. Muchos me siguieron a mi nuevo trabajo, porque confían en el servicio que les doy. Manejo clientes de alto patrimonio, que tienen desde USD 500 000 en cash para invertir. Tenemos diversos productos de inversión, como bonos, acciones o lo que el cliente solicite. Me gusta este trabajo, aprendo muchas cosas. En el Perú, las personas se centran mucho en fondos mutuos, pero hay un abanico de opciones de inversión, y hay que informar a los clientes sobre estas posibilidades.

Por ejemplo, ¿qué posibilidades les ofreces? 
Tengo muchos clientes interesados en bonos, por ejemplo. Estos son productos de renta fija que te pueden durar uno, dos o tres años, y te pagan una renta fija y cupones cada seis meses. También tengo acciones, toda la bolsa abierta. Pero en este momento las acciones están caras, no es recomendable comprar, por eso lo que hacemos es adquirir bonos y dejar un poquito en cash para cuando sea la oportunidad de comprar acciones. La idea es adquirirlas cuando el precio esté bajo, esperar que suba, vender y luego ver qué comprar. Hay un porcentaje de personas que está fuera del Perú y tiene capital invertido en bancos que no saben ni cómo se llaman y menos saben quién los atiende. Ahora mismo apunto ese target. Además, hay personas que están trayendo de vuelta al Perú el dinero que llevaron fuera del país en el 2021, ya que las cosas están un poco más estables, así que ahí también hay una oportunidad.

¿Cómo es tu proceso de búsqueda de nuevos clientes?
Hay que estar muy alerta y aprovechar las oportunidades. Por ejemplo, hace un fin de semana conversaba en la playa, en el ferry, y de pronto dije la palabra “buenazo”, entonces volteó un señor y me dijo: “Somos compatriotas”. Nos pusimos a conversar y resulta que vivía en mi edificio, una coincidencia. Y resultó también que era un gran prospecto. Me habló de un amigo suyo a quien yo había prospectado para Scotiabank. Así que lo traje a la oficina para conversar junto con mi jefe. Además, puedo jalar clientes de otros países, pero, por lo general, busco referidos. Una vez que me refieren a alguien, lo investigo en internet, veo qué trabajos ha tenido, y luego lo llamo y lo visito. Ahí me doy cuenta de si realmente es un cliente potencial o no. También los busco por LinkedIn y Facebook. Si veo que tenemos un amigo en común, le escribo a nuestro amigo y, a través de él, llego al prospecto. Pero las personas no suelen estar de acuerdo en invertir desde la primera vez. A algunas les hago seguimiento por dos años hasta que, finalmente, las capto. Este es un trabajo de largo aliento y en el que se debe ganar la confianza del otro. 

¿Cómo fue la invitación que te hicieron para trabajar en Andbank?
Fue a través de una headhunter que me escribió y me comentó que tenía un cliente interesado en mi perfil. Tuvimos una entrevista virtual un lunes, y el viernes ya estaba en Panamá para otra entrevista. Me presentaron a todo el equipo, me reuní con los socios y hasta me enseñaron departamentos. Yo no tenía pensado vivir en otro país. Ya había hecho un intercambio, por medio de la Uima, en la Universidad de Salamanca, en España, por siete meses. Al terminar mi carrera, me fui a Estados Unidos y trabajé en un family office y en Macy's. De ahí, regresé al Perú, en el 2016, y entré a Entel y después a Scotiabank. Quería vivir en el Perú, pero se presentó esta oportunidad y me animé a cambiar de planes, a pesar de que dos meses antes me había comprado un departamento en Miraflores.

Antes de tu trabajo actual en Panamá, ¿cómo fueron tus experiencias laborales en el Perú?
En Entel gané el Top Entel en ventas dos veces consecutivas, por eso una amiga me pidió mi CV para ver cómo estructuraba ahí los premios. Se lo di y, por recomendación suya, me llamaron del Scotiabank para invitarme a trabajar con ellos: me dijeron que me iba a encantar. Necesitaban a alguien para el área de prospección. Banca privada se estaba reinventando y crearon un área de prospección, y me dijeron que yo calzaba perfectamente ahí. Yo pensaba que eso no era lo mío, pero me insistieron durante cuatro meses, ofreciéndome el trabajo y, finalmente, acepté y me quedé ahí por cinco años. Empecé como prospectora y, a los ocho meses, me ascendieron a gerente de Relación, y los prospectores me pasaban los clientes a mí. Salí del banco en mayo del año pasado, con un AUM (assets under management) de cien millones. Los AUM son el valor de mercado total de los valores que una institución financiera administra por sus clientes. Y tenía 120 clientes, aproximadamente.

¿Qué habilidades desarrollaste en Scotiabank?
Ahí desarrollé mi expertise comercial. Yo contactaba a clientes en frío, es decir, que no tenían ninguna relación con el banco. Además, cuando había gerentes de Relación que no podían contactar a un cliente, me lo pasaban a mí y yo conseguía sentarlo en la mesa. No sé si desarrollé estas habilidades comerciales en Scotiabank, pero ahí las desplegué.

¿De dónde surge esta habilidad comercial en ti?
No lo sé, sinceramente, no sé cómo lo hago. No soy la gurú de las inversiones, pero puedo traer a cualquiera a sentarse en la mesa para escuchar una propuesta. Soy una persona espontánea y natural, me presento ante todos tal como soy. Me gusta conversar con la gente y, al final, proponer una reunión con una persona del banco. Yo inventé mi propia forma de abordar a los clientes, y me ha resultado. Me han dicho que tengo ángel, que tengo una buena aura y que soy energética. El hecho es que soy buena en buscar nuevos clientes.

Y te gusta.
Me gusta, sí. Uno tiene que hacer lo que le gusta, porque entonces lo hace con pasión, le sale bien y lo disfruta. Si yo pudiera trabajar en esto toda mi vida, sería feliz. A los 15 años, vendía cafarenas, y ya sabía que el mundo de las ventas era lo mío. Pero una cosa es vender cafarenas, otra cosa es vender celulares y otra es vender productos de inversión.

¿En Entel empezaste con el tema comercial?
Sí, en Entel era ejecutiva de Grandes Negocios, vendía sesenta líneas, cien líneas, y ganaba todos los premios. Cuando recién entré, me dieron la zona norte, así que me iba a Ventanilla, donde hay un buen mercado, y vendía muchísimo. Después empecé a vender en San Isidro y extrañé a mis amigos del norte. Antes, trabajé en Estados Unidos. Yo tengo nacionalidad estadounidense y, cuando recién llegué, entré a Macy’s. Primero vendía relojes, después carteras, y me ganaba todos los premios de ventas. Me nombraron representante de unas marcas y después me contrataron en un family office, que es una estructura financiera privada encargada de gestionar y administrar las finanzas y los asuntos patrimoniales de una familia. Ahí no trabajé en un tema comercial, yo preparaba los estados de cuenta, los consolidaba y se los daba al gerente de Relación. Cuando regresé a Lima empecé con todo lo comercial.

¿Esas han sido todas tus experiencias laborales?
Antes practiqué en 3M. Conseguí esas prácticas por Ulima Laboral, y fue una gran experiencia. Aprendí mucho e hice muchos amigos que hasta ahora frecuento. Era practicante de Marketing y Ventas. Después me fui a España.

¿Cómo te va en Panamá, en tu vida diaria?
Me ha gustado mucho Panamá, es muy bonito y me encanta vivir a una cuadra de mi trabajo. Voy a mi casa a almorzar todos los días y regreso al trabajo, donde me quedo hasta las cuatro de la tarde. Es una maravilla. Además, he conocido a muchos peruanos que trabajan allá en diferentes empresas. Estoy empezando a jugar pádel, que es parecido al tenis, pero más sencillo, cualquiera lo puede jugar. Hay peruanos allá que practican este deporte que está de moda. He sido bien acogida en Panamá, y el clima es caluroso, pero me gusta, porque siempre sale el sol. Los fines de semana voy a la playa. En mi oficina hay gente de diferentes países. Todo me gusta.

En cuanto a los premios que has ganado, ¿son todos en ventas?
Sí, pero yo empecé a ganar premios desde que estaba en el colegio. Para empezar, tenía media beca por buen desempeño en los deportes. Luego, en Macy's, ganaba los premios de ventas de las marcas, el primer puesto en ventas de carteras, de relojes, etcétera. En Entel, había un premio trimestral de ventas y todos me los llevé yo, y eran muy buenos premios, como un vale de quinientos soles en Astrid y Gastón. De ahí, llegué a Scotiabank y otra vez me llevé todos los premios. Cada seis meses, el banco hacía un challenge, que consistía en ver quién traía más fondos nuevos, y los premios de este concurso los ganaba yo. Recuerdo que uno fue un viaje a Paracas.

¿Qué deporte practicabas en el colegio? 
Natación, atletismo y básquet. Esos tres eran los principales y en los que competía en representación de mi colegio, y siempre ganaba. También hacía carreras con vallas. Desde chica me ha encantado el ambiente de la competencia. En julio concursé en el Oceanman, en Panamá, una competencia de natación en aguas abiertas, y quedé tercera en mi categoría. Hace dos semanas, competí, también en Panamá, en piscina, y quedé segunda en pecho y tercera en libre. Siempre trato de participar en las competencias, me encanta. Y siempre que veo una competencia, me inscribo. El deporte que practico permanentemente es el surf. Todos los días surfeo, y cuando veo que hay una competencia de natación, me pongo a nadar en la piscina de mi edificio unos días antes. Cuando nadé en el mar dos kilómetros, no entrené específicamente para eso, solo me metí a nadar.

¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima? 
Yo empecé desde la Pre Lima, y me encantó, hice muchos amigos. Cuando entré a la Universidad, fue una época de descubrimiento, una etapa nueva en mi vida. Yo tenía ganas de estudiar en la Ulima, me llamaba mucho la atención. Después elegí mi carrera. Me encantaba lo comercial, pero no hay una carrera específica de comercial, por eso estudié Administración, porque incluye el tema y es amplia, y a mí me interesaba ser una profesional completa. Me encantó mi carrera, aprendí mucho y hoy aplico mis conocimientos universitarios en mi vida laboral. Los profesores de la Ulima son de primera, y me encanta el ambiente, lo que es muy importante para la vida universitaria de un joven. Además, hice un intercambio en la Universidad de Salamanca, una experiencia que marcó mi vida. Si tuviera un hijo, le diría que estudie en la Ulima. 

¿Qué significó el intercambio en la Universidad de Salamanca en tu carrera?
Esa experiencia fue trascendental en mi vida, me marcó mucho. Fue la primera vez que salía de mi casa y fue increíble relacionarme con tanta gente de otras culturas. Además, vivía sola y viajé a un gran número de lugares. Maduré mucho en ese tiempo y valoré muchísimo todo lo que tenía aquí, sobre todo mis domingos familiares. Esa experiencia marcó un antes y un después en mi vida, porque al regresar me enfoqué en mis estudios. Sabía que finanzas era muy importante en mi carrera y, aunque no me gustaba, me puse a estudiar el tema.