Las empresas se desenvuelven en un entorno de permanente cambio. Así lo ha evidenciado la crisis sanitaria. Por ello, las gerencias requieren de modelos de gestión estratégica que les permitan garantizar la competitividad y maximizar la generación de valor para el cliente.
La metodología balanced scorecard (BSC) nos ofrece un enfoque integral de gestión a partir de la identificación de la ruta estratégica en cascada, objetivos e indicadores clave, que permitan medir el desempeño de la empresa y adoptar decisiones de mejora continua.