02 de Julio de 2021

Diseño y accesibilidad para todos

El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento llevó a cabo el seminario internacional “Accesibilidad universal para el desarrollo”, a fin de visibilizar las prácticas que favorecen la inclusión social y el acceso para todos, del 21 al 30 de junio. Participaron más de 50 especialistas de 11 países de América, Europa y Asia, quienes compartieron sus experiencias de inclusión. Entre ellos estuvo la arquitecta Vanessa Zadel, docente de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima.

La arquitecta Zadel comenzó expresando que la Organización de Naciones Unidas ha establecido 17 objetivos de desarrollo sostenible que deben cumplirse hasta el año 2030: 

“La idea de estos objetivos es tener un mundo más habitable, sostenible y próspero para todos. Esta es una tarea en la que todos podemos apoyar, ya que no solo es responsabilidad de los gobiernos. En estos puntos pienso al realizar mi labor docente, para formar arquitectos que busquen la reducción de desigualdades, con énfasis en el punto 10.2, que habla sobre potenciar y promover la inclusión social, independientemente de la edad, el sexo, la discapacidad, la raza, la religión, etcétera”.

En ese sentido, manifestó que en Lima vemos veredas angostas, vías en mal estado y mucha demora en solucionar este tipo de problemas. Hay pequeñas gradas que son bloqueos y dificultan la movilidad por la ciudad. Muchas veces las gradas son altas y es difícil no solo para una persona en silla de ruedas pasar a otro nivel, sino que se complica la movilidad de adultos mayores, niños, mujeres embarazadas, entre otras personas.

Mencionó también que muchas puertas de garaje se abren hacia afuera y crean situaciones que pueden originar accidentes. A veces también se estaciona un auto de tal manera que bloquea una parte de la vereda y deja un espacio mínimo para que un peatón pueda pasar, pero no una persona en silla de ruedas ni otra que va con un coche de bebé.

Así también, se colocan elementos que bloquean el tránsito y empiezan a invadir la zona de movilidad pública. “Muchas veces estos elementos se colocan sin considerar la diversidad de los usuarios, solo se piensa en la gente que camina sin dificultad. Esta situación se repite a diario en diferentes lugares”, refirió Zadel.  

Todos estos problemas se discuten con los estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Lima y se buscan soluciones en conjunto, bajo el entendimiento de que la accesibilidad no solo tiene que ver con un tema físico, sino que debe aplicarse a todo. En el curso que tiene a su cargo la arquitecta Zadel, los estudiantes investigan y reúnen normas técnicas peruanas y extranjeras para empaparse sobre temas de accesibilidad al diseño universal y sobre la importancia de aplicar normas acerca del uso de lactarios, cambiadores para adultos, etc.

La segunda parte del curso se dedica a la experimentación. Los estudiantes se ponen en el lugar del otro. Realizan visitas a museos de Lima como usuarios de sillas de ruedas y se dan cuenta de los problemas de no contar con rampas en todas partes y de cuán diferente es la experiencia de visita en un vehículo así. “Los inconvenientes que tienen las personas en silla de ruedas hacen que su lectura de la muestra quede completamente tergiversada”, enfatizó Zadel.

Además, los estudiantes aprenden técnicas de rastreo para guiarse a través de superficies, como hacen las personas con incapacidad visual. Así entienden la importancia de conectarse mediante el sentido del tacto y la temperatura, de confiar en los sonidos para poder guiarse en los espacios, y toman conciencia del otro usuario. “La idea es que comprendan las dificultades que tienen algunos, ya que se están formando para ofrecer sus servicios a una diversidad de personas”, señaló la arquitecta Ulima. 

Culminada esta parte, se lleva a cabo una aproximación real de los estudiantes con niños que tienen distintas discapacidades, a fin de que aprendan la importancia de la accesibilidad como experiencia espacial. Luego desarrollan sus proyectos de arquitectura, reciben el feedback de sus profesores de diferentes áreas y también de usuarios reales, pues se les invita a las aulas. Esto porque el objetivo no es solo pensar que el proyecto debe ser accesible a todas las personas y que todos pueden usar esa arquitectura, sino que los estudiantes deben aprender a comunicar un proyecto.

Los alumnos llevan a cabo sus presentaciones en PowerPoint y planos con texturas y relieves para que puedan entenderse de manera táctil. Trabajan las leyendas en braille, lo mismo que las memorias descriptivas. Aprenden a usar la fabricación digital como una herramienta de comunicación inclusiva. Trabajan las maquetas impresas en 3D para que la exploración táctil sea mucho más fácil.

Como cierre, la arquitecta narró:

“Regresamos después de la entrega de notas al colegio de los niños para que cada estudiante explique el proyecto diseñado a los profesores y a los padres. Ahora, con la pandemia y el desarrollo virtual de las clases, nos hemos aproximado de otras maneras. Los hemos invitado a que compartan con nosotros en clases, hemos compartido talleres de sensibilización, hemos recibido a profesionales de distintos países y hace poco hemos culminado un intercambio académico virtual entre cuatro universidades de Sudamérica, en el que abordamos el tema de la accesibilidad. Este intercambio entre estudiantes de diferentes países ha servido para trabajar propuestas pensando en el diseño universal, en la accesibilidad universal”.

Y finalmente, agregó:

“Los estudiantes de Arquitectura producen una revista relacionada con la accesibilidad universal y el diseño para todos. Es una revista en la que no solamente participan profesionales con artículos, sino que también los estudiantes investigan, escriben sobre sus proyectos y registran sus buenas prácticas. Consideramos que no solo es importante tener espacios de reflexión y difusión de las buenas prácticas, sino que también lo es registrarlas y compartirlas con todos”.