17 de Septiembre de 2015

Comunicadora al frente de una escuela de innovación

Para Claudia Alfaro (Comunicación), despertar la creatividad es clave en todas las carreras.

Claudia Alfaro, graduada de la Carrera de Comunicación, no solo se desempeña actualmente como jefa de Canal MiClaro en Claro Perú, sino que también ha puesto en marcha el proyecto Playground Innovation School, que consiste en una escuela de innovación que guarda un estrecho vínculo con la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de Lima. La primera promoción de esta escuela acaba de finalizar su primer curso y ahora pondrán en práctica una nueva forma de ver el mundo y la capacidad de resolver problemas desde una perspectiva diferente.

¿Podrías darnos un breve recorrido por lo que hasta ahora ha sido tu trayectoria profesional?
Creo que todos estos años trabajando me han enseñado que lo único constante es el cambio. Yo ingresé a la Universidad de Lima queriendo hacer carrera en relaciones públicas, pero luego conocí el marketing y me encantó. Mis primeras prácticas fueron en Alicorp, lo que recuerdo como una bonita y muy enriquecedora experiencia, ya que tenías que ver todos los ángulos que involucran a tu producto, las bien llamadas 5 P.

Luego entré a una agencia de publicidad digital, A1.Perú. En el 2008 recién estaba comenzando toda esta onda digital y yo quería ser parte de ello. Este fue el primer hito que marcó mi carrera profesional, porque me encantó el hecho de una industria tan dinámica. Todos los días había algo nuevo, una manera diferente de comunicar las cosas, de vender un producto y todo era medible. Lo difícil, como todo lo nuevo, era evangelizar a los clientes y que ellos te crean que, por ejemplo, Facebook es una gran herramienta para llegar a sus usuarios. Recuerda que era el 2008, las marcas aún estaban aterradas sobre lo que la gente pudiera decir de ellas en internet; ahora no les queda de otra. Fue una etapa de aprendizaje y a la vez frustrante, porque aprendes que no todos cambian a tu ritmo.

Por ello mi siguiente trabajo tendría que ser en una marca, donde yo tomara las decisiones. Empecé a trabajar en Interbank en el 2010, en el área de Marketing Digital. Interbank es una súper empresa que siempre ha querido estar en todo lo nuevo y se ha destacado por ser innovadora. Aprendí mucho, aprendí aspectos más técnicos, desarrollé estrategias de redes sociales, medios digitales, portales, etcétera. Y me involucré más en el medio digital. Sin embargo, necesitaba nuevos retos, sentí que me había perdido en la rutina. Dicen que los millennials son job hoppers porque necesitan nuevos retos siempre.

¿Y cuál fue el nuevo reto que decidiste afrontar?
Después, en el 2012, empecé a trabajar en el BBVA Continental, en el área de Publicidad. Ahí aprendí muchísimo de trabajo en equipo, pues interactué con personas increíbles y, aunque cada uno tenía una responsabilidad propia, cuando alguien necesitaba ayuda todos nos ofrecíamos a colaborar sin ningún problema, porque sabíamos que éramos una unidad. Por ejemplo, yo estaba encargada de los medios digitales; sin embargo, también realicé marketing directo y eventos, algo que no hacía hace mucho tiempo y que también es bueno porque desarrolla otro tipo de habilidades.

Ese mismo año mi jefe me sugirió una maestría en digital, algo que yo había estado buscando hace mucho, pero nunca me convenció ninguna. Encontré a Hyper Island, una escuela sueca de mentalidad digital que ofrecía un MA en Digital Media Management. En febrero del 2013 comenzó mi aventura en el extranjero. Hyper Island realmente cambió mi manera de pensar, es una maestría sobre innovación pero creo que su mayor ventaja es que te enseña a redescubrirte, a revisar tus fortalezas y habilidades, a entender a las personas que te rodean, a aceptar el feedback como un regalo y descubrir cómo trabajar en equipo; a aceptar que el error es parte del aprendizaje. Te enseña mucho sobre la mentalidad de colaboración, despierta tu creatividad y te enseña a ver soluciones desde diferentes ángulos.

Si le pudiera recomendar algo a alguien, es que se vayan a estudiar al extranjero, no solo porque te hace crecer como persona, sino también porque te da otro tipo de perspectiva y para mí los viajes son la mejor inversión que uno puede tener. Viví seis meses en Manchester, Inglaterra, y viajé por algunos países de Europa. Luego me fui a hacer mis prácticas a una startup de Malasia. Nunca habría pensado vivir en un país tan alejado, pero fue una experiencia inolvidable. Te das cuenta de que en las economías emergentes muchas cosas se parecen, y la creatividad brota en las personas que tienen más necesidades. Mi experiencia en Malasia fue súper interesante, participamos en diferentes concursos de startups y me di cuenta de que en realidad desarrollar un emprendimiento no es tan difícil, que lo más importante es simplemente empezar. Ya luego tu idea va a ir tomando forma en el camino con el feedback que recibas por cada equivocación. Todo eso ayuda a lograr una idea genial.

¿Cuándo decides volver al Perú y con qué objetivos?
En el 2014 decidí volver a la realidad, de vuelta a Lima. Estaba segura de que quería trabajar en algo que implicara un beneficio para las personas, algo que les facilite la vida. A la vez, quería también enseñar, sentía que contaba con tanto conocimiento nuevo que debía compartirlo. Actualmente trabajo como jefa de Canal de Autoatención de Claro, con el objetivo de desarrollar nuevos canales que le faciliten la vida al cliente y no necesiten de asesores para realizar consultas y operaciones. Además, fundé con unos amigos Playground Innovation School, una escuela de innovación en conjunto con la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de Lima.

¿Cómo nace la idea de crear Playground Innovation School y cómo se dio el proceso?
Cuando volví a Lima estaba segura de que de alguna forma tenía que cambiar el chip de la gente, ayudarlos a pensar de otra manera, a soltar la creatividad y generar soluciones que ayuden a la sociedad, pero que a la vez sean sostenibles económicamente. Me junté con Mario Gil, un amigo que está muy metido en startups, y con Carlos Samamé, que justo estaba terminando su maestría en creatividad en la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos; ambos también son ex alumnos de la Universidad de Lima, de la Carrera de Administración. Creíamos que el problema principal de muchos profesionales es que a veces la educación bloquea su creatividad y dejan de pensar como niños, son más estructurados y piensan que la solución más segura siempre es la mejor.

Teníamos como objetivo encontrar la manera de cambiar eso. Luego, Mario me comentó que había una oportunidad de hacer un curso con la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de Lima. Realmente me sorprendió y fue grato saber que la Universidad nos podría ofrecer algo así, y además que crean en nosotros y que nos den carta abierta para poder hacerlo. Desde enero del 2015 me junté con Mario Gil, Carlos Samamé y Miguel Burriel para empezar a planear cómo sería nuestro curso. Al comienzo fue difícil resumir todo lo que queríamos enseñar en un curso de ocho semanas, pero creo que lo más difícil fue decidir la fecha de inicio de clases, puesto que Playground se convertiría en algo real.

¿Cuál es el concepto de Playground Innovation School, a qué público está dirigido y qué beneficios brinda?
Playground Innovation School tiene como objetivo desbloquear la creatividad de las personas, ayudarlas a encontrar su pasión y re-conocer sus habilidades para aplicarlas en su carrera. Además, aplicamos metodologías de innovación como creative problem solving y design thinking, y reconocemos la importancia del desarrollo personal abarcando temas de liderazgo estratégico y manejo de equipos. La meta es que los participantes se lleven una nueva forma de ver el mundo y resolver problemas desde una perspectiva diferente. Como Carlos Samamé lo explicó alguna vez, está dirigido a personas entre los 18 y 120 años, pues cualquier persona que piense que está estancada en su trabajo, ya le perdió la emoción a su carrera o quiera desempeñar nuevos retos puede entrar. Lo más importante es que quiera aprender y se deje llevar.

Esta iniciativa está muy orientada a despertar y desarrollar el pensamiento creativo, ¿cuál es la importancia de lograr esto y qué aportes brinda a las personas que se desempeñan en distintos ámbitos?
¡Las industrias creativas en realidad son todas! Todas las personas necesitan al menos una pizca de creatividad en lo que hacen, sobre todo cuando hablamos de resolver problemas. Además, las economías emergentes normalmente son las más creativas, dado que tienen mayores necesidades. Entonces en Perú vemos cosas como el mototaxi flotante o la bicisilla de ruedas, que son solo prototipos de lo que podría ser un buen producto. Estas personas ven una necesidad y descubren cómo resolverla a su manera. Ya lo dice Ken Robinson en su charla de TED: “Las escuelas matan la creatividad”, y es que el hecho de que algunas personas no sean buenas en matemáticas o lenguaje no significa que no posean ninguna habilidad o tipo de inteligencia. Lo fundamental es ver en qué eres bueno y sacarle provecho a ello, ese debería ser el rol de la escuela. Un equipo no puede estar conformado por personas que tienen habilidades similares, lo enriquecedor es juntar a personas diferentes, que tengan distintas perspectivas y maneras de pensar; así tendrás mejores soluciones.

Explícanos con mayor detalle cuál es la metodología de Playground Innovation School y cuéntanos qué dinámicas llevan a cabo y qué caracteriza a cada una.
Esta escuela no tiene profesores, nosotros somos facilitadores porque promovemos más el aprendizaje que la educación. Creemos que la educación es algo que está hecho para ti; sin embargo, el aprendizaje es algo que depende de ti, tú vas sacando tus propias conclusiones y vas aprendiendo de ello. Las clases están estructuradas para llevar a cabo poca teoría y muchos talleres. La idea es que apliques lo que estás aprendiendo en ese momento y desarrolles algún trabajo al respecto. ¡El error es bienvenido! Luego de hacer los trabajos, tenemos un espacio de reflexión, en el que los participantes hablan sobre qué aprendieron, qué hubieran hecho mejor y cómo la harían en una siguiente oportunidad.

Invitamos a líderes de la industria para que sean conferencistas y, además, la idea es que les dejen un reto, un trabajo. Es importante involucrar a gente fuera de la escuela, porque les enseña que el mundo real es duro y debemos estar preparados para él si lo queremos cambiar. Invitamos a la colaboración y hacemos muchas dinámicas para que los participantes se den cuenta de que podrían ganar más si colaboran en lugar de competir. Generamos una cultura interna, cada grupo decide cómo va a trabajar y qué es lo que quiere lograr como equipo al final del curso.

¿Qué objetivos ha conseguido hasta ahora Playground Innovation School y qué nuevos desafíos se ha planteado con respecto al corto y largo plazo?
La CREW 1, nuestra primera promoción, acaba de terminar su primer curso, y fue muy reconfortante saber que se van felices e impresionados con lo que aprendieron. Es increíble el sentimiento que tienes cuando sabes que has originado algún tipo de cambio en alguien más. El desafío a corto plazo es mejorar y ampliar los módulos para la nueva promoción del programa de Innovación Estratégica.

En un mediano plazo estamos preparando consultorías para ofrecer en empresas. Sabemos que el cambio debe ser originado por las personas, pero si algunas organizaciones también tuvieran este tipo de mentalidad el cambio sería más rápido. Así que los invito a inscribirse en la CREW 2 del programa de Innovación Estratégica que empezará en septiembre. Encontrarán más información en nuestro sitio web o en nuestra página de Facebook