25 de Abril de 2018

Nuevos retos en saneamiento

La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) se encarga de regular el agua potable. Esto incluye normar, supervisar y fiscalizar a las empresas de saneamiento. Y si bien antes regulaba la labor de 50 prestadores del ámbito urbano, ahora se ocupa de más de 28.000 en todo el país.

Alberto Barandiarán, abogado por la Universidad de Lima, asumió la gerencia general de la Sunass en enero de este año, y en la siguiente esta entrevista comenta las expectativas que tiene respecto a las 24 oficinas desconcentradas que se han abierto en todo el país, a fin de atender los nuevos retos, acercarse al usuario y continuar desarrollando las funciones de fiscalización.

¿Cuáles han sido tus primeros pasos en este nuevo cargo?
Estamos trabajando por desconcentrar algunas de las funciones. Por eso, en diciembre del año pasado se implementaron 24 oficinas desconcentradas de la Sunass como parte de un proceso de transformación. La idea es acercarnos al usuario y desarrollar algunas funciones de fiscalización. Se ha incorporado también la función del buen gobierno corporativo en la EPS. Pero la función más importante creo que es determinar el ámbito de la prestación dentro de la política integral de prestadores. Queremos generar integración para mejorar la calidad del servicio.

¿A cuántos prestadores regulan?
Sunass ha pasado de ser una entidad que regula a 50 prestadores a nivel nacional a más de 28.000. Antes supervisaba y regulaba a los prestadores del ámbito estrictamente urbano, pero a partir del Decreto Legislativo 1080, también supervisa a los prestadores rurales. Por eso en el 2017, para poder cubrir todas estas competencias, se inició un proceso de desconcentración.

¿Cómo han elegido a las personas que trabajan en las oficinas descentralizadas?
Ha sido un proceso riguroso. Hemos recibido más de 11.000 hojas de vida documentadas, que hemos revisado cuidadosamente para tomar las mejores decisiones. Finalmente, hemos formado un equipo sólido de profesionales competentes y con experiencia, que ahora volcarán todos sus conocimientos y sus capacidades en el trabajo. Y, en general, he encontrado en Sunass personas muy capacitadas. Aquí mi trabajo es facilitarles el trabajo, en el tema de gestión de personas, gestión de recursos, etcétera. Un gerente general es un director de orquesta, el trabajo duro lo hace la gente y eso se está comenzando a sentir.

¿Qué esperas lograr durante tu gestión?
Buscamos consolidar el trabajo de estas 24 oficinas descentralizadas. Para ello, el tema de comunicación interna es fundamental. El principal reto es posicionar a la Sunass en las regiones, tanto para los usuarios como para las personas que prestan el servicio, como municipios y EPS. El usuario debe sentir que la Sunass está ahí donde se le necesita y, por otro lado, queremos que los prestadores nos vean como un aliado que los ayudará a mejorar el servicio. Es un proceso a largo plazo, pero las bases se pueden consolidar este año.

¿Estos objetivos implican viajar mucho al interior del país?
Sí, ya estoy empezando a viajar. Estoy muy contento con la posibilidad de desarrollar el trabajo que tenemos pensado. Es muy retador y será una bonita experiencia.

Antes de la Sunass, trabajabas en temas ambientales. ¿Cuándo empezó tu carrera en esos temas?
A fines de 1998 me invitaron a formar parte de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. A partir de ahí comienza mi carrera en el tema ambiental. Luego he trabajado para instituciones como el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) y el Ministerio del Ambiente (Minam), además de algunas organizaciones que fundé.

¿Cuáles fueron esas organizaciones?
Fundé, junto a un equipo de personas, una ONG llamada Derecho de Ambiente y Recursos Naturales (DAR). Estuve como presidente y responsable del Programa de Industrias Extractivas e Infraestructura. Luego me dediqué a la consultoría y a hacer publicaciones y, más tarde, fundé con un amigo una empresa llamada Proceso 360, también dedicada a la consultoría ambiental. Luego me integré al Minam y más adelante, en el 2016, formé otra empresa de consultoría llamada Innova Gestión Sostenible. Ahora he suspendido esas labores, desde que asumí la gerencia de la Sunass.

¿Dirías que el saneamiento es un campo nuevo para ti?
Es un reto, sin lugar a dudas. Pero siempre me he dedicado a los tres temas que implica mi nueva labor: lo legal, la gestión corporativa y el manejo de recursos naturales, en este caso, del agua, enfocado en el saneamiento. De manera que continúo viendo temas ambientales. Por ejemplo, el Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos es regulado por el Ministerio del Ambiente, pero también tiene que ver con nosotros. Hemos aprobado las normas para que los prestadores de servicios puedan desarrollar fondos y con estos fondos se ejecutarán proyectos de conservación de cuencas, de recursos, etcétera. Esto se conoce como pago por servicios ambientales.

Antiguamente la Sunass no se ocupaba de temas de tipo ambiental. Ha habido una evolución en sus funciones.
Antes no se veían estos temas, es cierto. Había más ingenieros y economistas, algunos abogados, pero básicamente vinculados a los contratos de las EPS. Ahora, en cambio, estamos implementando este tema para entender más el mundo rural y tenemos en planilla a biólogos, ingenieros ambientales, sociólogos, muchos comunicadores y otros profesionales. El tema ambiental se ha vuelto transversal a todas las empresas.

¿De qué proyecto realizado a lo largo de tu carrera te sientes orgulloso?
Durante mi experiencia en el Ministerio del Ambiente, organizamos la COP 20 y, como parte del proceso, identificamos cinco ejes relacionados con el cambio climático. Uno de estos fue el de ciudades sostenibles. Yo estuve a cargo de ese tema y pudimos visibilizar una primera fase de estas ciudades en el Perú, a través de experiencias de ciudades sostenibles. A partir de eso, logramos que se generase un proyecto en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo para trabajar el tema de ciudades sostenibles en Lima. Se destinaron más de seis millones de dólares y, aunque significó poco dinero para toda la ciudad, fue suficiente para dibujar un modelo.

¿Qué recuerdos guardas de tu etapa en la Universidad de Lima?
Mi etapa en la Universidad de Lima fue la mejor. Hasta ahora mantengo contacto con mis compañeros, todos los años nos juntamos los egresados de la promoción. También mantengo contacto con algunos compañeros de otras promociones. Recuerdo a grandes profesores y cursos como el de Procesal Civil, con una dinámica genial, muy práctico y puntual.