20 de Abril de 2018

“Solo se pueden tomar buenas decisiones con base en la investigación”

Desde su primer trabajo, Rodolfo Monteza siempre sobresalió por su creatividad, su habilidad para enfrentar nuevos retos y proponer soluciones creativas. Él estudió la carrera y la maestría de Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, y asegura que ahí aprendió las bases para investigar con el fin de resolver un problema con una propuesta ingeniosa. Ahora es gerente general de Real Estate Capital, una sociedad gestora de inversiones inmobiliarias que asesora, estructura y gestiona activos. Desde este puesto, no deja de innovar ni de prepararse para lo que se viene en el futuro.

¿Cuál fue tu primera experiencia laboral?
Cuando salí de la Universidad de Lima, empecé a trabajar en Backus, desde 1993 hasta 1998, más o menos. Estuve en el área logística, donde aprendí mucho. Recuerdo que estábamos implementando el ISO 9000, éramos los pioneros en ese entonces. Después entré a EsSalud, también al área de logística, como gerente de Almacenamiento y Distribución. Llevé ahí toda la experiencia que había adquirido en Backus. En EsSalud estaban por implementar el SAP, me capacitaron para hacerlo y me fue muy bien.

Habría bastante presión…
Sí, por la burocracia en los procedimientos. Pero no te voy a mentir, el primer día casi lloro.

¿Por qué?
Yo venía de una empresa muy estructurada y de pronto tuve que estar en una donde no había orden. El primer día me recibieron con una montaña de papeles que yo debía firmar, pero se trataba de cosas que ya habían sido repartidas… tenía que firmar a ciegas. Me quedaba a trabajar como hasta las diez de la noche todos los días. Sin embargo, cuando se implementó el SAP, automaticé todo. Hice innovaciones en los inventarios, en despacho de mercaderías. Después de nueve meses, terminaba mi trabajo a las cuatro de la tarde. Cuando mi gerente me pedía un reporte, yo se lo entregaba en cinco minutos. Mi gerente estaba tan asombrado que un día me preguntó cómo lo lograba [risas].

¿Qué hacías con el tiempo que te sobraba?
Me puse a desarrollar sistemas de logística para hacer la planeación de la distribución de medicinas, procesos en el almacén, compras, etcétera. Tuve que desarrollar interfaces para tener toda la información del stock de las medicinas y todo lo que se necesita saber para una adecuada distribución.

¿Por qué dejaste de trabajar ahí?
Tras la caída de Alberto Fujimori, los cargos de confianza se retiraron, nadie tomaba decisiones, no se aprobaba nada, así que renuncié. Vi una oportunidad en una consultora mexicana, London Consulting, e ingresé. Ahí aprendí muchísimo. Me volví un experto en recuperar y en implementar mejoras a los procesos. Asesoré mineras, bancos, seguros, empresas metalmecánicas, siderúrgicas, plantas de plástico, de lácteos, supermercados, etcétera. Atendí muchas áreas, ya no solo trabajaba en logística, sino también en distribución, mantenimiento, marketing, en el área comercial, recursos humanos, contabilidad, etcétera.

Sería muy interesante tu trabajo.
Claro que sí. Además, aprendí muchísimo y viajé a diferentes países, a Ecuador, Colombia, Panamá y Venezuela. Del 2001 al 2008 estuve trabajando fuera. Me tocó llevar a cabo proyectos muy desafiantes. Ahí, básicamente, te medían por el retorno que le ofrecías a la empresa. Yo aseguraba proyectos con retornos de tres a uno y hasta cinco a uno. Es decir, si se invertía un millón, el retorno era de dos millones y medio o tres millones. Fue una experiencia muy buena, porque ese trabajo me permitió estar en diferentes áreas de distintas empresas, de varios rubros. Adquirí una visión integral de los negocios y mucha experiencia, además me gustaba mucho lo que hacía. Pero llegó un momento en que ya no podía seguir viajando tanto con mi familia, así que regresé al Perú, a fines del 2008, y entré a Colliers, justamente a reestructurar Colliers. Luego de eso me pidieron que me hiciera cargo del área comercial para recuperar algunos contratos, cosa que hice, y después entré al área de consultoría, que me gustaba. Reestructuré toda el área y me hice conocido en el mercado inmobiliario.

¿Cuándo pasaste a Terranum Capital?
Primero estuve en InVita Seguros, como gerente de Inversiones Inmobiliarias. Estructuré toda el área e hice varios proyectos. Con mi experiencia en Colliers, tenía clarísimo todo el proceso de inversión y negociación, hice inversiones en supermercados, oficinas, viviendas, etcétera. Pero después Sura compró InVita y detuvo el proyecto que estaba trabajando en ese momento. Yo le dije a mi jefe: “Van a reestructurar”. Ojo de consultor no se equivoca: reestructuraron y hubo varios despidos. Yo me fui antes, a Terranum Capital. Lo que me agradó fue que era una empresa que venía con el chip americano y aprendí bastante.

¿Qué aprendiste?
Utilizaban bastantes herramientas financieras, analizaban los riesgos al detalle, trabajaban con muchos datos de inversión. Mientras que para cualquier empresa un contrato tenía 40 páginas, uno de Terranum tenía más de 140. Aprendí a aplicar muchas herramientas que nunca había usado en inversiones inmobiliarias. Lamentablemente, el mercado se redujo y Terranum puso en stand by al Perú. Esto coincidió con que, de pronto, me vinieron a visitar personas interesadas en invertir en negocios inmobiliarios, con un capital de un millón de dólares, pero en Terranum los proyectos eran mucho más elevados. Entonces vi que había un mercado que no estaba siendo atendido y le planteé a mi jefe actual la posibilidad de hacer fondos donde pudiéramos desarrollar el mercado de inversiones de retail. Así, renuncié a mi trabajo y fui a estructurar este negocio, desde cero, con Real Estate Capital.

¿Qué servicios ofrecen?
He estructurado varios proyectos. Tengo uno de remates en línea, que aún falta implementar. Con este mecanismo todo el proceso se vuelve más transparente y no se corren riesgos. Además, también tengo un proyecto de crowdfunding en desarrollo, que consiste en poner un proyecto inmobiliario en internet y, a partir de ahí, cualquier persona, con su tarjeta de crédito, puede colocar ladrillos. De esa manera, levanto el capital necesario para comenzar el proyecto y luego devuelvo los ladrillos más una utilidad. La ley todavía no está preparada para esto, pero ya tengo el proyecto estructurado.

¿Qué otro proyecto has armado?
Tenemos otros proyectos de desarrollo, que consisten en invertir en proyectos inmobiliarios con la seguridad de que no perderás tu dinero. Por ejemplo, antes, si le prestabas dinero a un amigo para construir un edificio, tú podías perder tu dinero si a tu amigo no le iba bien en su proyecto. En cambio, con este mecanismo, sí recuperas tu dinero, gracias a un fideicomiso que respalda tu inversión. Además de eso, tenemos varias modalidades que están en revisión, sobre financiamientos, inversiones, fondos, etcétera.

Es un trabajo muy minucioso.
Sí, son varias cosas por ver. Hay proyectos que ya van a salir, otros están en marcha y otros van a tomarse un tiempo. Tenemos que analizar todo al detalle, los aspectos financieros, los técnicos y los legales.

¿Cuál es el futuro de la inversión inmobiliaria?
En el futuro, yo veo el bitcoin u otra moneda de ese tipo con gran importancia en el mundo inmobiliario y en otros negocios. En Inglaterra ya se han realizado operaciones inmobiliarias de este tipo. Lo interesante es que cuando uno adquiere un departamento o una oficina por medio del bitcoin, no hay un porcentaje del dinero que se vaya para el Estado ni para los abogados ni los bancos ni los Registros Públicos.

¿Podría funcionar aquí? ¿Cuál es el respaldo del bitcoin?
Nos puede costar la idea, pero va a funcionar. El respaldo son las transacciones de compraventa en la red.

¿Qué te distingue como profesional?
Me gustan los retos, hacer proyectos innovadores, nuevos, complicados. Cuando alguien dice que algo no se puede, yo me comprometo a lograrlo. Pero si me pones en una oficina a hacer lo mismo todos los días, me aburro.

¿Siempre has sido así?
Siempre me gustó innovar. Mientras trabajaba en logística, me dediqué a perfeccionar algo que ya sabía hacer. Pero cuando entré a London Consulting cambió mi manera de ver las cosas. Los viajes y el contacto con muchas empresas me hicieron ver las cosas de otra manera y a trabajar de una manera diferente.

¿Crees que tu carrera te ha preparado para eso?
La ventaja del ingeniero industrial es que, al llevar cursos tan variados, uno puede saber un poco de cada parte del negocio. No será un experto en cada cosa, pero tiene conocimientos, una base, métodos para investigar, analizar, proyectar. Luego depende del profesional investigar y perfeccionar temas específicos. Eso es lo que yo hice. Tuve buenos profesores en la Universidad de Lima, ahí adquirí una base sobre logística y también sobre el mundo de la consultoría. Luego hice la Maestría en Ingeniería Industrial, en la Ulima también, y la aproveché bastante. Aprendí en la Universidad, y eso lo agradezco, que solo se pueden tomar buenas decisiones con base en la investigación y en el acceso a la información, eso les digo siempre a los muchachos.