05 de Julio de 2017

Una mirada al mundo diplomático

Alfredo Fortes es diplomático de carrera. La última misión extranjera que cumplió fue nada menos que en La Haya, Holanda. Él integró la comisión que trabajó en el caso del diferendo marítimo entre Perú y Chile, que tuvo un fallo favorable para nuestro país. Actualmente, se desempeña como director adjunto de la Academia Diplomática del Perú Javier Pérez de Cuéllar (ADP), mientras espera ser designado para otra misión en el extranjero. 

El lunes 10 de julio ofrecerá una charla en el Aula Magna B, a las 18.00 horas, sobre el proceso de admisión 2018 a la ADP. La charla está dirigida a todos los alumnos y graduados de la Universidad de Lima. Aquí, un adelanto de su experiencia como diplomático. 

¿Qué podrías decir del caso de La Haya en que se abordó el tema limítrofe marítimo entre Perú y Chile?
El resultado obtenido con la sentencia fue exitoso. Se ganaron más de 50.000 kilómetros cuadrados, casi el 75 % de lo que se solicitó a la Corte. Hace poco se ha producido el primer desembarco de más de 1.000 toneladas de atún extraídas de estos nuevos espacios marinos. Eso quiere decir que el impacto económico para el Perú es importante.

¿En qué consistió la preparación que siguieron quienes intervinieron en este caso?
Se armó un equipo liderado por el embajador Allan Wagner y conformado por diplomáticos, marinos, abogados y otros. El proceso empezó en el 2008 y terminó en el 2014. Fue necesario contratar abogados nacionales y extranjeros. Una vez que tuvimos una base, presentamos la demanda y la memoria; Chile, la contramemoria. Luego vino nuestra réplica y, por parte de Chile, la dúplica. Todo esto duró dos años o más y estuvo a cargo de la oficina encargada de los derechos del mar: Marisol Agüero era la asesora y yo el coordinador. En La Haya tuvimos tres o cuatro semanas de audiencias orales, las cuales se transmitieron en vivo y en directo por televisión; el caso se siguió como un partido de fútbol.

¿Cuál fue tu tarea principal en este tema?
Mi tarea principal fue coordinar el equipo de edición: revisábamos todos los alegatos y los preparábamos, corregíamos citas, etcétera. Fue muy intenso, trabajábamos de madrugada, porque Chile presentaba sus alegatos un día y nosotros teníamos que contestar a los dos días.

¿Confiaban en que tendrían un resultado positivo?
Siempre. Todo el tiempo fuimos conscientes de la fortaleza y solidez de los argumentos peruanos.

Además de este caso, ¿qué otras funciones llevaste a cabo en La Haya, donde estuviste cinco años?
Estaba a cargo del área multilateral, porque La Haya tiene muchos organismos multilaterales. Por ejemplo, el Organismo para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), donde uno de los temas que se trataban era el de las armas químicas de Siria. Había que establecer plazos para la destrucción de sus arsenales químicos. Estas discusiones eran muy políticas; las potencias estaban involucradas, con posiciones no necesariamente coincidentes.

Era un tema muy delicado...
Muy candente, y había muchos temas que se mantenían en reserva. En La Haya se abordan cuestiones que conciernen a todo el planeta. Cabe señalar que La Haya fue mi último puesto en el exterior. Antes de eso, estuve como asesor en Asuntos Oceánicos y de Derecho al Mar, acá en Lima, la misma oficina que revisó el caso de La Haya. Estuve desde el inicio en este proceso, tanto en Lima como en La Haya.

¿Qué labor desempeñaste cuando estuviste destacado en Canadá?
En Canadá hay muchos peruanos, y parte del trabajo de la cancillería es consular. Tenemos muchos consulados alrededor del mundo y en Canadá tenemos tres: en Montreal, Vancouver y Toronto. A la vez, yo estaba a cargo de la sección consular en Ottawa, me ocupaba de los trámites consulares de nuestros connacionales en esa zona.

¿Qué implica para las familias de los diplomáticos vivir en el extranjero y mudarse cada cierto tiempo?
Considero que las familias de los diplomáticos deben estar preparadas para viajar y establecerse temporalmente en diferentes lugares, a veces muy diferentes al propio país. Tenemos embajadas en África, Europa, Asia y Norteamérica. En Canadá, por ejemplo, podemos tener un día de -20 °C y una temporada de calor muy fuerte. Las familias deben saber adecuarse a ese tipo de situaciones. En La Haya, en cambio, el clima era más moderado, no bajaba de 10 °C y no llegaba a más de 28 °C. En ambos casos, mi familia y yo tuvimos lindas experiencias, no solo porque las ciudades donde vivimos son muy bonitas, sino por toda la experiencia en general, la educación para los hijos y el hecho de conocer y aprender de otra cultura.

¿Sabes adónde será tu próxima salida?
Todavía no. Me toca salir en un par de años; posiblemente vaya a un país en desarrollo en Latinoamérica. Cada año se abre una plaza, pero no todos los años están disponibles todas las embajadas. Uno mismo expresa tres opciones de preferencia, y la Cancillería hace lo posible para que accedamos a una de esas opciones.

¿Qué estudios seguiste para dedicarte a la diplomacia?
Estudié la Carrera de Derecho en la Universidad de Lima y luego me preparé para ingresar a la Academia Diplomática del Perú, donde estudié la Maestría en Relaciones Internacionales, única vía de ingreso al servicio en la Cancillería.

¿Cuáles son los requisitos para estudiar en la Academia?
Ser peruano de nacimiento, no mayor de 30 años, y contar con bachillerato. Pueden postular profesionales de cualquier carrera, pero los exámenes son muy rigurosos. El primero es escrito, de opción múltiple, se puede rendir en Lima o en cualquiera de nuestras oficinas en provincias. Quienes aprueban este examen pasan a otra prueba escrita, que es de conceptos. Después, ya en Lima, viene el examen psicológico, el psicotécnico y el médico. Culmina el proceso con un examen oral ante un jurado presidido por el ministro de Relaciones Exteriores. La competencia es fuerte: el año pasado postularon 260 personas para 20 vacantes. Además, hay una evaluación de inglés, porque es necesario llegar con un nivel intermedio.

Una vez que ingresan, ¿qué cargo ocupan?
Luego de aprobar, se ingresa directamente en calidad de tercer secretario. Son siete categorías: tercero, segundo y primer secretario, consejero, ministro de consejero, ministro y, finalmente, embajador. Yo, por ejemplo, soy ministro. Básicamente dividimos todo en tres áreas de enseñanza: derecho internacional, economía y ciencias políticas, y relaciones internacionales.

¿De qué carreras proviene la mayoría de postulantes?
La mayoría viene de carreras como Derecho, Relaciones Internacionales, Economía o Ciencias de la Administración.

¿Cuáles son las opciones laborales al egresar de la Academia?
Se trabaja en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que tiene diferentes áreas en Lima y provincias. También en nuestras embajadas en el exterior, el consulado. Por lo general, uno permanece tres años en el Perú y luego es destacado al exterior por cinco años; al regresar se queda nuevamente por tres años y continúa con esa dinámica.

¿Todavía te ves con tus amigos de la Universidad de Lima?
Los amigos que uno hace en la Universidad son amigos para siempre. Hay un grupo de 20 egresados de la carrera que nos vemos casi semanalmente. Somos abogados todos y la amistad es muy grande. Tenemos gratos recuerdos de la Ulima. También los profesores son muy buenos. El curso de Derecho Internacional que seguí fue muy importante para mí, me dio una idea de cuáles serían los temas que más adelante trabajaría.