20 de Abril de 2022

Una cadena de comida cargada de proteínas

Hace seis años, Claudia Eslava fundó en el Perú el primer restaurante peruano de comida fitness, Protein Food. Ella y su esposo, Ángel Giraldo, fueron pioneros en preparar postres con macronutrientes, altos en proteínas, sin azúcar refinada, sin harinas. Inicialmente, su nicho de mercado eran los deportistas. Sin embargo, con el tiempo, su restaurante se ha vuelto un espacio para la familia, para personas interesadas en una alimentación saludable y una complementación deportiva. Tiene seis locales en nuestro país, dos en México y planes de ingresar a los retailers. Ella estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima. 

¿Cuáles son tus planes de expansión?
Hoy en día, nuestros productos se venden en restaurantes. En el Perú tenemos seis, en México dos y uno se encuentra en construcción. El plan de expansión en México es mucho más agresivo que en el Perú, porque es un país que tiene 130 millones de habitantes y el índice de consumo es más alto para este tipo de productos. En el Perú hemos frenado un poquito la expansión, pero esperamos que el 2023 sea un buen año y que podamos crecer un poco más. Para ese año nos planteamos ingresar en diferentes centros de retail en México, donde me encuentro actualmente. Estamos desarrollando productos exclusivos para ese tipo de cadenas. Un grupo importante de México se interesó en nosotros para la expansión. 

¿Qué grupo es?
El grupo es 3H Empaque y Cartón. Junto con ellos estamos poniendo tiendas en México; ya llevamos dos y estamos construyendo otras dos. 

¿Con quiénes llevas a cabo este emprendimiento?
Cuando empezamos, los únicos socios éramos mi esposo Ángel Giraldo, que en ese entonces era mi novio, y yo. A los pocos meses, ingresó al negocio mi mejor amigo, Martín Espinoza. Mi esposo es chef, Martín es especialista en relaciones públicas y marketing, y yo soy financista. 

¿Cuáles son los beneficios de los alimentos que se sirven en tus restaurantes?
Los beneficios de nuestros productos son muy sencillos. Nos hemos encargado de transformar todo lo que uno cree que no puede ser saludable en sano. Tenemos helados, pizzas, waffles, ensaladas, entre otros productos. Nuestro fuerte son los postres. Tratamos de dar una opción sana para cuando quieres darte un gustito sin sentir tanta culpa, pero nuestra razón de ser es difundir la vida en balance. Un día uno puede comer sano y otro día no, todo es cuestión del balance. 

¿Cómo ves el mercado en el que compites y qué estrategias de diferenciación aplicas?
Protein Food se fundó hace aproximadamente seis años en el Perú, con la idea de crear la primera alternativa de comida saludable en formato fitness. Nació como un pequeño emprendimiento de mi esposo, en su casa, con muy poco capital inicial, no más de 20 soles. Él hacía barras proteicas y las vendía en gimnasios. Cuando lo conocí, con un pequeño ahorro que tenía, decidimos abrir juntos un pequeño local en Chorrillos. Pensamos que no tendría gran impacto, porque nos dirigíamos a un nicho de mercado básicamente de deportistas. El movimiento saludable recién se estaba iniciando en el Perú, así que el mercado en que competimos todavía es muy reducido. Incluso creo que no tenemos competidores, sino aliados, y, junto con ellos, buscamos que este mercado sea cada vez más grande. Somos el único restaurante que muestra sus macronutrientes, pensamos mucho en los insumos que vamos a utilizar, porque queremos propiciar un balance. Nacimos como un restaurante para deportistas, pero hoy en día nos hemos convertido en un restaurante para toda la familia.

Además de ser gerente financiera, ¿de qué otras cosas te ocupas en este negocio?
También hago un poco de control de gestión, trabajo muy de cerca con la parte logística en reducción de costos y en rentabilización, porque hay que tratar de rentabilizar lo más que se pueda en la operación. En esta época de pandemia, una de mis funciones principales es mantener la liquidez, una buena ratio de endeudamiento. Creo que esas son las principales funciones que he estado haciendo en los últimos meses. Además, mi función principal es realizar la proyección en los nuevos establecimientos, hacer las proyecciones financieras y los periodos de retorno. Eso es muy importante.

¿Qué es lo que más te entusiasma de tu emprendimiento?
Que es un mundo por descubrir, pues es como si hubiésemos creado una nueva línea de negocio. Fuimos los pioneros en hacer postres con macronutrientes, altos en proteínas, sin azúcar refinada, sin harinas. Eso es lo que más valoro, que es un mundo por descubrir, un mundo de retos… es iniciar un nuevo tipo de negocio. Es una satisfacción haber podido encontrar en este mundo de emprendimiento un estilo de vida, un reto diario, una pasión.

¿Cómo te fue desde el inicio de la pandemia?
Antes de la pandemia, los principales retos eran buscar fórmulas de crecimiento, rentabilizar la operación, pero con la pandemia hemos aprendido mucho, aprendimos que nuestros antiguos retos no significaban nada. Tratar de superar los rezagos que nos ha dejado esta desgracia se ha convertido en uno de los principales retos, en este momento, para cualquier empresario o gerente financiero. El sector de restaurantes y servicios está muy golpeado, es un sector fluctuante y las características del consumo han cambiado. La gente compra más por delivery, por ejemplo, y eso te cambia todo el estado financiero, porque las diversas plataformas también tienen sus costos. Es un desafío constante el poder transformar estas diferencias de consumo prepandemia y seguir siendo una operación rentable. 

¿Cuál consideras que es el gran logro de Protein Food?
Creo que el gran logro fue dar el paso internacional. Ahora, este emprendimiento tiene seis años en el mercado peruano y uno en México. Es una muestra de que podemos hacer todo lo que nos propongamos. El camino es difícil, sí. No sabemos qué pasará mañana, pero luchamos todos los días para que siempre nos vaya un poquito mejor. 

¿Podrías compartir cómo ha sido tu experiencia en el mundo corporativo, tanto en Banbif como en Ferreycorp?
Mis anteriores trabajos fueron muy buenos. Hice prácticas preprofesionales en Ferreycorp y luego me fui al Banbif, como trainee. Ahí seleccionaron a cuatro trainees para hacer una pasantía en el banco. Eso fue lo que me hizo decidir por el mundo de las finanzas. Esos dos trabajos fueron en áreas financieras, me formaron muy bien, con base sólida para lo que vino después. 

¿Qué pasatiempo tienes?
Me encanta ir al gimnasio y practico surf con mi esposo. Además, bailo marinera. La he retomado después de unos años, porque estuve muy ocupada con la empresa, pero es una de mis grandes pasiones. Cuando estoy en México, trato de hacerme un espacio para bailar, incluso en parques, y la gente me queda mirando y me pregunta qué baile tan bonito es ese. Asistía al taller de marinera de la Universidad y siempre compartíamos gratas experiencias.

¿Qué otros recuerdos tienes de la Ulima?
Mi época en la Ulima fue muy bonita. Yo empecé en Comunicación y luego me cambié a Ingeniería Industrial. Fue increíble Comunicación, pero una parte de mí amaba los números, los procesos, las ciencias, y por eso me cambié. Tengo las mejores experiencias de mi vida universitaria. Conocí a gente buena y muy inteligente, tuve profesores de alto nivel y, ahora que he podido internacionalizar la empresa, me doy cuenta de la excelente calidad que tiene la Universidad de Lima. Trato con altos ejecutivos y siempre se quedan impresionados con lo que un egresado de la Ulima puede transmitir. No tenemos nada que envidiar a otros profesionales de las más grandes universidades.