04 de Noviembre de 2022

Un nuevo negocio de ‘snacks’ para canes

Tras estudiar la Carrera de Comunicación en la Universidad de Lima, Christian Davis trabajó en periodismo, prensa institucional, producción de eventos y en marketing. De todas esas experiencias aprendió, pero siempre tenía en mente la idea de emprender. Su intención era tener un negocio enfocado en las mascotas. Finalmente, lo llevó a cabo en el 2018. Junto con dos socios, abrió una empresa dedicada a producir snacks para perros, llamada Pet’s Republic.

¿Por qué emprendiste con productos para perros?
Siempre he tenido la idea de emprender con un tema de mascotas. Sin embargo, no tenía tiempo y a veces quizá no tenía la motivación suficiente. El momento preciso se dio cuando dejé de trabajar en Backus. Entonces tenía dos opciones: reinsertarme en el mundo corporativo o emprender algo propio. Opté por lo último y, en el 2018, ya tenía la empresa constituida y lanzamos los tres primeros productos en abril de ese año. Eso significó planificar desde la parte legal hasta crear la marca y los productos a comercializar.

¿Cuáles fueron los primeros productos?
Lanzamos snacks de tres sabores: patas de pavo, una receta propia a la que llamamos Brownie Bites y unos strips de cerdo. Sabíamos que eran productos que resultarían atractivos para los perros, porque llevamos a cabo pruebas. 

Ahora tienen hasta sazonador...
Sí. Lo bueno de ser una empresa pequeña es que tenemos la versatilidad suficiente para desarrollar productos rápidamente y sin burocracia. Tenemos la posibilidad de jugar con el ensayo-error, pero prácticamente todo lo que hemos lanzado ha funcionado. Desde abril del 2018 hasta la fecha, hemos pasado de vender tres productos a más de 26, dentro de los cuales se encuentran los sazonadores. 

¿Cuáles son los productos que tienen más demanda?
Por estrategia, decidimos especializarnos en los premios, trips o snacks, depende de cómo se quiera llamarlos. No hemos incursionado en alimentos por varios factores, sobre todo porque hay marcas muy grandes que se han posicionado muy bien a través de los años en ese segmento. Pero había una oportunidad en los snacks. La característica que ha hecho que funcionen los nuestros es que son deshidratados. Partimos de la premisa de que los perros y los gatos son animales carnívoros y requieren altos niveles de proteína animal. Algo bueno es que la mayoría de nuestros productos son trips de un solo ingrediente. De esa manera, puedes identificar rápidamente qué le cae bien a tu mascota, porque sabes cuál es el ingrediente que está consumiendo: el pavo, el pollo, el cerdo… Y tienes la posibilidad de probar con otro insumo. Esto no suele suceder con los premios más procesados, que contienen una gran cantidad de ingredientes y no puedes identificar a ciencia cierta cuál de ellos le causa el problema a tu mascota. 

¿Cómo está la competencia en snacks para perros?
Este mercado viene creciendo mucho, especialmente desde hace cinco años. Lo que nosotros hemos desarrollado hasta ahora, por lo general, ha tenido muy buena acogida.

¿Tú mismo te encargas de la producción?
Una de las cosas que valoramos mucho al crear la empresa era tener el control prácticamente sobre la totalidad del proceso. Los insumos son comprados, pero buscamos que tengan dos características: que sean de producción nacional (eso nos garantiza, en buena medida, la sostenibilidad en el tiempo) y que provengan de empresas absolutamente formales, destinadas a la producción de alimentos para consumo humano, porque los estándares de calidad que manejan son mucho más altos que el promedio. Lo importante es obtener un producto de calidad, porque las mascotas son parte de la familia.

¿De qué manera vendes tus productos?
Desde un inicio apostamos por el canal tradicional, las pet shops y las veterinarias. Al día de hoy, tenemos varios canales de venta, hemos entrado al canal moderno con Superpet, Ripley, Wong, Cencosud y Supemsa. También tenemos distribuidores para provincias, como un tercer canal, y el canal de venta directa, que es a través de las redes sociales, pero principalmente de nuestra página web.

Han tenido un buen crecimiento…
Es cierto, el crecimiento ha sido muy positivo. Cuando empezó la pandemia tuvimos dudas sobre cómo nos iría, pero todo nos salió bien. Incluso diría que la pandemia terminó siendo un acelerador de consumo. La gente se encontraba en sus casas y un segmento de la sociedad dejó de tener viajes y salidas a comer, entre otras cosas. Lo que sí tenían a su lado era a su mascota, con quien compartían las 24 horas, los siete días de la semana. Y quienes no tenían una mascota, la adquirían. Hubo un boom de adquisición de mascotas durante la pandemia. Eso ayudó muchísimo a tomar conciencia del rol de las mascotas en la familia y, lógicamente, originó otro nivel de gasto sobre ellas. Creo que supimos aprovechar ese momento como una oportunidad. 

¿Quiénes son tus socios?
Somos tres socios: Gabriela Sánchez, Luis Enrique Kanashiro y yo.

¿Dónde has trabajado anteriormente?
Bueno, mientras estudiaba en la Universidad pensaba en especializarme en periodismo. En ese momento tenía cierta experiencia, porque venía trabajando en Associated Press, agencia británica con representación en el Perú. Cuando llegué al final de la carrera, súbitamente se me presentó la ocasión de trabajar en prensa institucional, en la Cooperación Alemana, que diseña programas de apoyo al Gobierno peruano. Yo era formalmente el comunicador del programa Proagua. Aprendí mucho y luego me fui a una productora de eventos. Estando ahí, tuve la oportunidad de conocer a personas de Backus, quienes me comentaron que había una posición en el área de Eventos Especiales. Postulé y, coincidentemente, el mismo día en que me licencié en la carrera, me contrataron. Tuve oportunidad de trabajar en un proyecto en Puno, también estuve en Pucallpa y en Chiclayo. En mi última etapa en Backus formé parte del equipo de Marketing encargado de la marca Cerveza Cristal. Esto, hasta fines del 2017. Luego comencé con el emprendimiento.

No seguiste por la línea del periodismo, tuviste diferentes experiencias…
Así es. Aprendí mucho del mundo del consumo masivo. Por mi formación, yo no tenía muchos conocimientos al respecto. Estaba más orientado a las letras, pero me pude reinventar en varios aspectos. En Backus, los objetivos estaban orientados a las ventas. Fue una época muy bonita y buena, pude reunir un capital para emprender.

Finalmente, ¿qué implicó para ti estudiar en la Universidad de Lima?
Para mí, supuso un cambio fundamental. Fue pasar de la tranquilidad absoluta y del control del colegio a un mundo que me obligaba a ser responsable, a entender el valor de las cosas, a comprometerme con un objetivo, a respetar el trabajo de los demás. Fue un cambio importante en mi vida, sin duda, que me sacó de mi zona de confort. Toda mi experiencia en la Universidad de Lima fue muy buena. Al salir al mercado laboral, me enfrenté a otra realidad y pude ver que el solo hecho de egresar de la Ulima es una ventaja, te pone un paso y medio por delante de la mayoría de las universidades. Lógicamente, lo siguiente depende de ti y de las capacidades que hayas desarrollado, pero la Universidad es clave para que se te abran las puertas. Cuando empiezas a trabajar, comienzas a aplicar muchas cosas que manejabas en teoría, así como a poner en práctica las habilidades blandas que has desarrollado a lo largo de tu formación. Eso lo pude aplicar bastante bien, lo que me permitió lograr una serie de ascensos. Toda la experiencia que viví en la Universidad de Lima fue clave para mi formación como profesional.