18 of January of 2021

El presente de las mypes en Latinoamérica

Para Rosana Builes, jefa de logística de la región de Antioquia (Colombia) en Comercial Nutresa, el trabajo colaborativo y crear sinergias son acciones que impulsarían el desarrollo de las microempresas y pequeñas empresas (mypes) en esta parte del mundo. Ella estuvo entre los expositores del webinar “Logística del futuro. Más puentes y menos silos. Cómo desarrollar cadenas de suministro con impacto social”, organizado por la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos de la Universidad de Lima, y durante la cita expuso, entre otras cosas, los problemas que limitan el crecimiento de las mypes y cómo estas pueden salir adelante, sobre todo en tiempos de pandemia.

En América Latina, ¿cuáles son los problemas que limitan el crecimiento de las mypes?
Lo dividiría en dos partes. La primera es acerca de los resultados de las microempresas y pequeñas empresas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestra que América Latina tiene baja productividad. Si comparas ese índice de las microempresas y pequeñas empresas con el de las empresas grandes nos damos cuenta de que existe una brecha enorme. También encontramos una baja inversión en conocimiento, rezago tecnológico y baja inyección de capital. Asimismo, la calidad y equidad en la educación tienen una influencia grande en la toma de decisiones, la cual, muchas veces, se basa en la experiencia debido a una limitación del nivel educativo. Esto lleva a la falta de innovación. Se necesita que las empresas grandes generen una integración desarrollando a esas microempresas y pequeñas empresas, tanto para atrás como para adelante: tanto proveedores como clientes.

La segunda parte es el tema de contexto. En la economía latinoamericana tenemos costos logísticos elevados debido a nuestra infraestructura. A una mype esto no le permite ser competitiva en el mercado, ya que tiene altos costos de transporte, bajo poder de negociación, no puede hacer economía de escala y le faltan sinergias. Luego, está el tema de las elevadas cargas tributarias. Esto afecta en aquello que te queda para invertir; es decir, lo que podrías ahorrar para salir adelante. Mucha parte de ese dinero se queda en el gobierno. Finalmente, estamos en época de pandemia y el desempleo se vuelve un tema muy relevante. Una mype tiene menores posibilidades de salir adelante en estas situaciones. A dichos empresarios les hacen falta mayores formalizaciones en sus operaciones para entrar a nuevos mercados. La ausencia de todo esto les hace quedarse en donde están, generando falta de trabajo. Esto deriva en que el gobierno va a tener que gastar más dinero y, finalmente, no se va a mover la economía, formándose así un círculo vicioso que afecta en los resultados.

¿Cuáles son las buenas prácticas que generarían mayor eficiencia a una cadena de suministro que involucre a una mype?
Aquí me gustaría poner de ejemplo a una empresa, en la que también participo en su comité de logística, llamada Promotora de Comercio Social. Esta es una compañía sin ánimo de lucro que une a varios microempresarios y los apoya en su logística y su llegada a las grandes superficies. Seguramente, si un microempresario tocara la puerta de un retail, este le responderá que no tiene espacio administrativo para atenderle. Entonces, se trata de una compañía que consolida a estos microempresarios para lograr que sus productos estén en las grandes vitrinas de venta. Desde mi punto de vista, pienso que debemos unir esfuerzos y hacer sinergias.

Por ejemplo, parte de los proveedores y clientes de las grandes empresas son, justamente, micro- y pequeños empresarios. Por ejemplo, para Comercial Nutresa, el cincuenta por ciento de las ventas pertenece al canal tradicional. Si no se desarrollase a esos proveedores o a esas tiendas que son sus clientes, entonces tampoco le va a ir bien, pues esas tiendas son las que distribuyen y ponen disponible sus productos en el mercado.

Otro ejemplo: si un microempresario tiene pocos productos y en consecuencia su ocupación vehicular es de un veinte por ciento, es muy probable que si trabajara colaborativamente con otras empresas podría optimizar en ese costo. Es más, incluso se aportaría al medio ambiente, ya que tendríamos menos vehículos en la calle. Debemos salir del paradigma de la competencia y pensar que el progreso tiene que ser de todos. Al final, si a uno le va bien, a los demás les irá bien.

Recordemos que la productividad en las grandes empresas es mayor porque tienen buenas prácticas. En este sentido, el trabajo colaborativo permite ayudar a las micro- y pequeñas empresas a salir adelante, desde las exigencias de calidad, por ejemplo. Es decir, si una empresa grande desarrolla un proveedor en temas de calidad, seguramente ese proveedor va a tener un mayor alcance en otras compañías.

¿De qué manera se aborda la sostenibilidad en una cadena de abastecimiento durante estas épocas de COVID-19?
La clave está en el trabajo colaborativo y las sinergias que se puedan realizar. Hay que ser más competitivos en el mercado y esto nos ha llamado a ser más innovadores, a tener elementos diferenciadores y ser más flexibles. Esta pandemia nos ha cambiado los paradigmas. Nosotros, por ejemplo, tenemos una promesa de atención a 48 horas, pero esta pandemia nos ha abierto otros panoramas, y hoy estamos haciendo entregas en menos de 2 horas, pues es lo que necesita el mercado. Desde la diferenciación y la innovación se forman elementos atractivos. De esa manera, me eligen porque ofrezco algo que aporta de manera diferente y genera un valor agregado para el consumidor.

¿Han surgido nuevas oportunidades para los profesionales del área de operaciones?
Lo que antes no era importante hoy está cobrando relevancia. Por ejemplo, seguramente antes era relevante para una familia ir al supermercado, mientras que hoy lo es el pedir todo desde una plataforma digital y que llegue a casa sin problemas. En este momento la logística es un elemento diferenciador, no solamente desde la forma sino desde el costo. Hoy es más atractivo el que sea flexible en su entrega, el que pueda estar más cerca del consumidor y tenga menor tiempo de delivery, pero, por otro lado, está el que puede ser más eficiente ofreciendo ese valor. Entonces, en este contexto, se abren muchas más oportunidades para los profesionales del área de operaciones. Nos convertimos en un elemento diferenciador para la sostenibilidad en el tiempo.

¿De qué habilidades y conocimientos dependerá que el profesional actual pueda aprovechar estas oportunidades?
Me gustaría empezar por la resiliencia; es decir, la facilidad para adaptarse al cambio. Esta habilidad se encuentra enmarcada en la flexibilidad, pues tenemos que ser abiertos y flexibles para innovar y generar nuevas alternativas en el mercado: formas de llegar, costos, hacer sinergias o trabajo colaborativo. Indudablemente, en esta época la agilidad es un tema importante. Hay que tener en cuenta que “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Cuando nos empecinamos en crear algo perfecto tardamos mucho en llegar al mercado y generar nuevas experiencias. En ese instante, otro nos puede sacar ventaja. Es así como la agilidad, a través de ensayo y error, se convierte en algo fundamental en estos tiempos y en una habilidad por desarrollar en todos los profesionales del área de operaciones.

¿Qué mensaje dejaría a los alumnos de la Maestría en Dirección de Operaciones y Proyectos?
Tenemos un nuevo mundo de oportunidades para crear, diferenciarnos, trabajar colaborativamente, generar sinergias y ser más rápidos en ofrecer alternativas que se acomoden a las necesidades del mercado. Pero, yendo por otro lado, hay que ver el aporte que nosotros, como profesionales, podemos dar a las microempresas y pequeñas empresas en nuestros países. En el caso de Colombia, estas aportan alrededor de un cuarenta por ciento al PBI y más del ochenta por ciento del empleo, cifras que deben ser muy semejantes en toda América Latina. Uno, como profesional que trabaja en una empresa grande, tiene mucho mayor conocimiento y oportunidades de desarrollo, pero nunca debería dejar de lado el aporte que pueden darle a la economía del país los micro- y pequeños empresarios, quienes seguramente no poseen la oportunidad que tienen todos ustedes como profesionales en tener conocimientos que les permitan desarrollar mejores criterios para tomar decisiones. Hago la invitación para que, si nos encontramos en una gran compañía, no perdamos de vista ese horizonte. Desde lo que hagamos, tratemos de contribuir a esas micro- y pequeñas empresas. De esa manera, todos podemos obtener un desarrollo y crecimiento sostenible en la región.