18 of November of 2019

La moda, en un clic

Era verano, Lucía Arana tenía 14 años y decidió llevar su primer curso de fotografía. Pocos años más tarde, ingresó a la Universidad de Lima en la Carrera de Comunicación para formarse como cineasta, pero la fotografía terminó por atraparla y la llevó al mundo de la publicidad.

Hoy, Lucía es una renombrada fotógrafa de moda. Tiene su propia oficina, Zul Studio, la cual abrió con su amiga de toda la vida y socia, Vanessa Levaggi. Trabaja para importantes firmas y ama su trabajo.

¿Cuándo empezaste con tu estudio fotográfico?
Lo inauguramos en el 2005. Yo trabajaba con mi amiga Vanessa Levaggi en otra empresa. Ella estaba a cargo de la parte de marketing y publicidad; yo, de la fotografía. Un día, la empresa nos propuso preparar un proyecto para hacernos cargo de ese espacio, porque iban a dejar el negocio. Entonces armamos un proyecto específico para ese espacio y fue así como empezamos. Vanessa es mi mejor amiga del colegio. Nos entendemos bien, desarrollamos la propuesta y nos va bien.

¿Trabajas en fotografía desde que terminaste la Universidad?
En realidad, desde que estudiaba. Empecé haciendo retratos y luego pasé a hacer desnudos, que exhibía en galerías. Pero, para entonces, yo quería orientarme a la publicidad. De hecho, me especialicé en Publicidad y Marketing, y ahora me dedico casi en un 90 % a la fotografía de moda. Entre mis clientes, están Ripley, Belcorp, Cyzone, Renzo Costa, etcétera.

¿Qué satisfacciones te ha dado trabajar en la industria de la moda?
Me encanta, es muy divertido. Todos los días estoy con gente diferente, nunca tengo un día igual al otro y me entretengo mucho. Además, he podido ver un trabajo muy profesional en este campo. La parte administrativa del negocio la maneja mi socia, yo estoy dedicada a la parte creativa. Por supuesto, a la hora de captar clientes y de organizar el plan de marketing de la empresa, yo también participo. El hecho de captar clientes no es la parte que más me gusta del negocio, porque vender mi propio trabajo es complicado para mí, pero es algo en lo que apoyo de alguna manera. Precisamente, una de las razones por las que he tenido éxito es porque hay alguien que cree en mi trabajo y sabe venderlo bien.

¿Qué es lo más raro que te ha tocado fotografiar?
No lo tengo claro en este momento, pero recuerdo con mucho cariño el calendario que hacíamos cada año, siempre con una temática diferente. Ahí hacíamos lo que nos gustaba, cualquier locura que se nos ocurriese. Se volvió una tradición hacer el calendario, pero tanto Vanessa como yo tenemos nuestras familias y hemos dejado el calendario desde hace algún tiempo.

¿Dónde haces las fotos?
Depende de la necesidad del cliente. A veces, hago las fotos acá, en el estudio, que tiene 100 metros cuadrados. Otras veces, donde me lo solicitan o donde convengamos. En ocasiones es necesario ir a otro lugar o incluso viajar. Así que depende de las campañas. Donde el cliente quiera que hagamos las fotos, ahí vamos.

¿Has tenido que repetir sesiones de fotos?
Una vez. Resulta que fotografié a una modelo que tenía rizos y le alisaron el cabello para las fotos, pero finalmente el cliente pensó que era mejor dejarla con sus rulos, así que volvió a su peinado original e hicimos las fotos de nuevo.

¿Cómo trabajas con tus clientes?
Trabajamos en equipo y el resultado depende de lo que ellos desean. Algunos vienen con una idea preconcebida, incluso tienen una propuesta específica de su agencia de publicidad y nosotros la plasmamos. Yo puedo proponer iluminación o los ángulos, pero, como digo, este es básicamente un trabajo en equipo. Por supuesto, también hay oportunidades en que el cliente me da carta abierta para encargarme de todo y proponer.

¿Quién te ayuda en tu trabajo?
A veces, solicitamos el apoyo de fotógrafos freelancers. Aparte, dentro de la empresa tenemos áreas de retoque, de producción de foto y de dirección de arte y styling.

¿Cómo empezaste a trabajar en fotografía?
Empecé haciendo fotos de niños y retratos, pero pronto me di cuenta de que eso no era lo mío. No tenía mucha paciencia y no le ponía mucho empeño, así que terminé en lo que me llamaba, la publicidad. También hice producción. Y lo sigo haciendo, según el proyecto.

¿Tomas fotos de tus hijas?
Nunca. Solo con mi celular, de vez en cuando, como todo el mundo; pero no con mi cámara.

¿Hay alguna fotografía que siempre has querido hacer?
Lo que siempre quisimos, mi socia y yo, es viajar y tomar fotos. De hecho, ya lo hacemos. Por otro lado, me gustaría trabajar para algunas revistas extranjeras que me gustan mucho; pero no es una prioridad. Quizás más adelante busque la oportunidad.

¿Cómo es el fotógrafo de publicidad?
Tiene que saber adaptarse a todo, porque los clientes quieren algo que los diferencie de su competencia: un nuevo estilo, una nueva imagen.

¿Cómo defines tu fotografía fuera de la publicidad?
Personalmente, me encanta el color. Me parece que las imágenes opacas no tienen vida. Prefiero la luz.

¿Ingresaste a la Universidad de Lima con la idea de dedicarte a la fotografía?
No, en realidad me quería dedicar al cine; pero, cuando empecé a llevar los cursos de cine, me di cuenta de que no me encantaba y de que me gustaba mucho más la fotografía. Recuerdo que seguí una clase con Jorge Deustua y desde entonces me gustó la fotografía. Al terminar mi carrera, decidí dedicarme profesionalmente a la fotografía. Y ya desde antes de salir comencé a hacer algunos trabajos en foto.

¿Tú llegaste a revelar en un cuarto oscuro?
Sí, claro. Usé muchísimo el laboratorio de la Universidad. Por otro lado, hice un curso de fotografía a los 14 años, en verano. Sin embargo, las clases de fotografía en la Universidad de Lima marcaron mi rumbo profesional. Tal vez no sería lo que soy hoy si no hubiera llevado esas clases. Seguramente, me habría dedicado al cine, que fue para lo que entré a Comunicación. En el cine, para que el producto quede bien, se requiere el esfuerzo de muchas personas. Basta con que uno falle para que el trabajo no se engrane bien. En fotografía, en cambio, casi todo depende del propio fotógrafo, aunque ahora también son muy importantes los estilistas y productores de fotos de moda y de publicidad.

¿Te gustó estudiar Comunicación?
Sí, le debo lo que soy. Además, hice muchos amigos en la Universidad, a quienes quiero mucho.