31 de Julio de 2014

El financiamiento del cine en la era digital

Gastón Vizcarra, Rossana Díaz, Ricardo Bedoya (moderador), Ina Mayushin, Pablo J. Ruiz y Nathalie Hendrickx.

Con la participación de Pablo J. Ruiz, autor del libro No tengo plata para mi película; Nathalie Hendrickx, productora de cine y docente de la Universidad de Lima; Ina Mayushin, productora y comunicadora audiovisual; Rossana Díaz Costa, productora, guionista y directora de cine y Gastón Vizcarra, guionista, director de cine y docente de la Universidad de Lima, se realizó el Intermedio de Comunicación El Financiamiento del Cine en la Era Digital: del Brand Placement al Crowdfunding.

Pablo J. Ruiz recordó que las grabaciones digitales se iniciaron con un material casero sin visión profesional y que ahora permiten realizar nuevas propuestas sin mucha inversión al contrario de producciones filmadas en 35 milímetros que incluso siendo convertidas en digital constituyen un gran costo. “Un ejemplo del nuevo esquema que plantea el sistema digital se puede observar en la película Avatar, producción que fue ideada y realizada completamente en digital y que impulsó que el 20 % de las salas a nivel mundial tuvieran un proyector digital”, comentó.

Refiriéndose a cómo esto afecta las producciones individuales en el Perú, dijo que es importante saber cuánto dinero se va a invertir, preparar un presupuesto y analizar si el proyecto es viable. Por ejemplo, la película Asu mare realizó un tráiler previo al guión y un estudio de mercado que sirvió de sustento para solicitar apoyo de financiamiento de diversas empresas para la película.

Para Nathalie Hendrickx, productora ejecutiva de la película Rocanrol ’68, la tecnología está al alcance de todos y trabajar con equipos digitales es más fácil y más barato. Sin embargo, la cámara de 35 milímetros sigue siendo fundamental para tener una permanencia en el cine. Por tanto, recomendó tener en cuenta qué se quiere lograr con la película, a qué tipo de público se va a dirigir y tener claro el concepto del guión. Sobre el apoyo de las empresas, mencionó que éste depende del plan publicitario que se les ofrezca.

A su turno, Ina Mayushin se refirió al caso de su película Islandia, que se desarrolla en la selva peruana y que cuenta con el apoyo de las regiones de Loreto y Ucayali. Para la productora, la tecnología ha abaratado costos en lo que se refiere a los mecanismos para la grabación y un ejemplo de ello es el uso de drones para las tomas aéreas. A pesar de esto, no se debe dejar de lado el tema del contenido de las historias que aún falta explotar. Con respecto a su película, ella tuvo claro que el lanzamiento será en digital ya que las salas nacionales están pasando un acelerado proceso de conversión, pero la grabación la realizaría en 35 milímetros por la calidad y la textura que este formato le ofrece para contar la historia.

Rossana Díaz, directora de la película Viaje a Tombuctú, coincidió en que si bien la tecnología ha abaratado costos en las grabaciones, el cambio no ha sido tan dramático a nivel presupuestal. Adicionalmente, indicó que hacer cine en el Perú es un proceso complicado y por ello recomendó a los interesados formar su propia productora, aunque asegurándose de definir claramente los roles: una persona para la parte creativa, una para la logística, una para ver los auspicios y apoyos económicos, entre otros. El mundo digital le permitió realizar la película en menos tiempo. En lo referente al crowdfunding, proceso de recolección de fondos por iniciativas, dijo que es un proceso que en el Perú aún no genera confianza. Sin embargo, señaló que el Ministerio de Cultura apoya los proyectos en función de su contenido, y que se deben considerar los requisitos y tiempos que el Ministerio solicita.

Finalmente, Gastón Vizcarra, director de la película Varayok, próxima a estrenarse en el 2015, indicó que es importante saber qué se quiere con la película: ganar o difundir; si la película se quiere con fines comerciales o sólo para el reconocimiento público. En cuanto a su película, dijo que la mayor parte se desarrolló con el dinero que ganó en un concurso organizado por el Ministerio de Cultura, y que el resto del presupuesto se atendió con aportes de empresas. Señaló que es vital que exista una ley que ampare los acuerdos que se establecen con las salas de cine ya que el régimen supletorio, aquel que debería colocar una película en todos los horarios durante su semana de estreno, no se cumple del todo en las producciones peruanas, perjudicándolas en su permanencia en las salas comerciales.