04 de Diciembre de 2014

Ingeniería para gerenciar

Eduardo Carriquiry (Ingeniería Industrial).

La visión gerencial de nuestra Carrera de Ingeniería Industrial fue un factor que convenció a Eduardo Carriquiry de estudiar en la Universidad de Lima. Hoy este graduado Ulima es gerente general de Mepsa, una fundición que ofrece soluciones técnicas y de ingeniería de desgaste para los sectores metalúrgico, minero e industrial a nivel mundial, y produce y comercializa bolas de molienda y piezas de gran tonelaje y precisión.

¿Qué tareas desempeñas como gerente general de Mepsa?
Tengo dos grandes funciones. La primera es estratégica y consiste en preparar el negocio y alinear sus procesos en función de su visión hacia el 2020. Esto abarca todo lo que tenemos que hacer para crecer, duplicar nuestra facturación y convertirnos en la fundición más importante de Latinoamérica. Las tareas se llevan a cabo desde el punto de vista de la producción, la venta y el desarrollo de nuestra gente. De otro lado, tengo que manejar el negocio del día a día y cumplir objetivos mensuales y anuales. Es decir, ejerzo dos tipos de gerencia: una con visión de largo plazo y otra a corto plazo. En ambos casos, se ejecuta una gerencia enfocada en el negocio y en la gente.

¿Qué valores agregados procuras generar en los procesos de Mepsa?
En mi experiencia profesional en el rubro retail, aprendí que hay que trabajar para que el cliente regrese. Es importante tomar en cuenta que detrás de una primera venta existe una serie de costos y gastos escondidos, por lo que si no repites las ventas con el mismo cliente, esa primera venta no puede considerarse rentable. Si se garantiza una relación de largo plazo con nuestros clientes, entre los que destacan las mineras, se forja una base sostenida de negocio que nos permite capturar más clientes. A las mineras les interesa que las ayudes a procesar más minerales por hora. Al respecto, cuento con un equipo de ingenieros que, ante el fin de la vida útil de una pieza, están prestos para ir a la zona de operaciones y revisar los molinos o las chancadoras. En este proceso, ellos consideran factores como las características del mineral o el nivel de desgaste de las piezas, y sobre la base de sus análisis recomiendan, por ejemplo, un cambio de perfil de las piezas para garantizar que la vida útil de estas sea más larga. Si eso funciona, el cliente te cree y te sigue comprando.

¿Qué conocimientos adquiridos en la Ulima te han ayudado a desenvolverte exitosamente en el mercado profesional?
No me equivoqué cuando elegí estudiar Ingeniería Industrial, una carrera que brinda tanto conocimientos técnicos aplicables en cualquier industria como conocimientos de gerencia, que son los que uso hoy. Esta formación me permitió trabajar en áreas comerciales o de marketing en consumo masivo.

Has laborado en AJE, Ripley, PepsiCo y Procter and Gamble. ¿Cuáles son los aprendizajes que resaltas de tu trayectoria?
Un buen gerente se fija en el negocio y en el desarrollo de la gente. Hay que preocuparse por los colaboradores y motivarlos para que te sean leales y se queden contigo. Del mismo modo, es relevante una relación de transparencia con los clientes y trabajar para que ellos regresen. También he podido confirmar que el ingeniero industrial, gracias a sus conocimientos de base, está capacitado para adaptarse a distintas circunstancias, industrias y mercados. Eso le da un perfil de alta empleabilidad.

¿Por qué escogiste la Ulima para completar tu formación?
Cuando evaluaba las opciones de universidades, la Ulima se estaba consolidando como una alternativa muy enfocada en el aspecto gerencial. Eso fue determinante.

¿Qué es lo que más valoras de tu paso por la Ulima?
Además de la excelente formación académica, resalto la calidad de la gente que conocí. Esos amigos son como mis hermanos. Muchos de ellos son destacados profesionales y forman parte de mi red de contactos.