13 de Octubre de 2017

Un proyecto para intercambiar libros

Daniel Mendoza tuvo la idea de crear un sistema de intercambio de libros, vía web, para que las personas puedan leer diversas obras de manera gratuita. Su esfuerzo le valió para quedar entre los finalistas del concurso de emprendimiento Primer Paso, que organiza la Universidad de Lima. El proyecto, llamado Greenbooks, plantea que leer no sea un lujo y que los textos se puedan reutilizar. Además, con Greenbooks, Daniel es finalista en el concurso de emprendedores IEBS 2017 de España en la categoría Digital Business. Para apoyarlo, puedes votar por él, hasta el 16 de octubre, aquí.

A continuación, Daniel nos cuenta con mayor detalle de qué trata esta iniciativa.

¿Cómo funciona Greenbooks?
La idea es que, a través de una página web, las personas puedan intercambiar libros. De esta manera queremos resolver dos problemas: en primer lugar, el hecho de que los libros son muy costosos y eso impide que mucha gente pueda leer, y, en segundo lugar, evitaríamos que la gente mantenga sus libros guardados en su biblioteca, más bien podría intercambiarlos. Me entusiasma la idea de fomentar un mercado de colaboración a través de la web y que cada persona suba su catálogo de libros a la web para que eso sea posible.

¿De qué manera se llevaría a cabo el intercambio?
Le asignamos un puntaje a cada libro, de acuerdo a un algoritmo y a criterios como el número de páginas, la calidad de la tapa, el título, etcétera. Con solo ingresar el código ISBN de 14 números, nuestra base de datos almacenaría la información. El puntaje que se asigna a cada libro va a depender de los comentarios de otras personas. Hay una aplicación que sincroniza la base de datos con nuestra página. Apenas se suban los libros, la gente los visualizará y podrá solicitar uno, verá quién entrega el libro y podrá pedirlo. A quien suba y entregue un libro se le dará un puntaje para que lo canjee en el sistema. Por ejemplo, un libro puede valer 80 puntos; si tengo 80 puntos, puedo solicitar otro libro que tenga ese puntaje.

¿Conoces otro sistema de intercambio de libros?
En Facebook existe un sistema similar. Además, hay una aplicación de buscadores de libros en el Perú. Funciona con smartphones y lo que se ve en la pantalla es un mapa: tú indicas dónde vas a dejar el libro, para que otra persona lo recoja. Pero la verdad es que cualquiera se lo puede llevar; no es muy confiable ese sistema, al menos no en nuestro país.

¿Por qué elegiste el nombre Greenbooks?
Se llama Greenbooks porque le damos una segunda vida a los libros que están guardados en las bibliotecas.

¿Se te ocurrió esta idea mientras estudiabas en la Universidad o cuando egresaste?
Desarrollé este proyecto cuando estaba en la Universidad, y ya me he contactado con desarrolladores de software para explicarles la idea. Hacer una web es un proceso largo y los programadores me apoyan en sus tiempos libres. Primer Paso nos apoya con asesoría y nos brinda espacios de trabajo, donde coordinamos las acciones a realizar o invitamos a personas para que se unan al equipo. Lo ideal es tener gente de todas las áreas, de marketing, de desarrollo web, etcétera.

¿Te dedicas a otra cosa aparte de este emprendimiento?
Tengo otro emprendimiento: produzco snacks saludables, como almendras, maní, pistacho. Hago combinaciones y las vendo desde hace más de un año. Mi marca se llama Ganners. He crecido paso a paso; empecé al salir de la Universidad.

¿Qué expectativas tienes con este negocio?
Estoy bastante entusiasmado, pues el mercado de snacks de frutos secos está en crecimiento. Tengo mis proveedores; la mayor parte de frutos secos son importados. Es diferente del mercado de comida chatarra, que está saturado; apuntar ahí no tiene sentido.

¿Crees que la Universidad de Lima te ha dado herramientas para desarrollarte en este negocio?
Valoro bastante los conocimientos que he adquirido en la Carrera de Ingeniería Industrial y también la base de datos de la Universidad, que me ha dado excelente información para tomar decisiones, para pensar en qué puedo invertir mi tiempo y dinero. Además, en la Ulima aprendí que es necesario tomar una decisión con base en información, no a partir de lo que crees.