03 de Octubre de 2017

Dos graduados Ulima, un emprendimiento: Altoke

Héctor Cabrera y Luis Maraví son amigos desde el colegio. Ambos estudiaron en la Universidad de Lima; el primero, Comunicación, y el segundo, Ingeniería Industrial. Después de egresar, coincidieron en el mismo centro de trabajo y, un día, decidieron ser sus propios jefes y fundar una empresa dedicada a crear aplicaciones móviles. 

Hoy su trabajo rinde frutos con Altoke, una aplicación gratuita que proporciona a sus usuarios información sobre una variedad de productos, para realizar compras inteligentes y comunicarse en tiempo real. En esta entrevista, ambos graduados comparten su historia de éxito.

¿De qué se trata exactamente la aplicación que han creado? 

Luis: Es una herramienta de gestión y comunicación para los negocios. A los clientes les permite realizar compras más inteligentes, porque les brinda información y, a través del chat, pueden plantear consultas. Ya no necesitan salir en busca de un producto, pueden buscarlo o comprarlo virtualmente, sin moverse de su casa. La aplicación es un motor de búsqueda de negocios, brinda información sobre geolocalización y un chat directo con el negocio. Por otro lado, le da al negocio una herramienta para gestionar sus ventas, colocar promociones con imágenes y revisar estadísticas. Al principio nos enfocamos en cinco categorías: bodegas, florerías, panaderías, farmacias y peluquerías. Ahora ya hemos implementado más categorías.

Héctor: La aplicación trata de ser un puente de comunicación entre los negocios y los clientes. Brinda una exposición virtual de los productos. A la fecha, tenemos mil clientes y 600 negocios afiliados, y seguimos creciendo. En septiembre hemos lanzado la versión oficial, y estamos seguros de que logrará hacerse masiva. Gestionamos la información de la aplicación a través de una web, que funciona como un centro de control y nos brinda estadísticas de uso y descarga de la aplicación, información que nos ayuda para ofrecer dicha data a grandes empresas. En cuanto a las ganancias, básicamente se manejan a través de una estructura de publicidad, la cual también controlamos desde el mismo centro de control web.

¿Cómo funciona la aplicación?

Luis: Los clientes pueden comunicarse directamente con los negocios y ubicarlos en un mapa. Por otro lado, ya que muchos de ellos no cuentan con página web, ofrecemos algo que llamamos un “espacio dedicado”, donde el cliente puede hacer una parada y ver la información de cada negocio. A la fecha ya hemos incorporado las promociones y los descuentos. En cuanto al medio de pago, hemos creado un sistema innovador con Visanet. Se trata de hacer pagos virtuales sin salir del chat.

¿Cómo así se les ocurrió crear esta app?

Héctor: La idea ha evolucionado en el tiempo. En uno de sus viajes, Luis escuchó de una aplicación que permite buscar y contactar mecánicos, así que pensamos que se podría adaptar algo así para el Perú. Pero queríamos lograr algo masivo con el mismo concepto, así que pensamos en los grifos. También deseábamos que los clientes pudieran comunicarse con diversos negocios, así se nos ocurrió lo del chat.

¿Qué obstáculos tuvieron que superar para decidirse por este emprendimiento?

Luis: Desde chico yo tenía claro que quería hacer empresa en el país, por eso entré a Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima, porque sabía que me daría una visión de negocios. Pero antes he estado en otros trabajos. Pasado un tiempo, ingresé en una zona de confort, pero decidí salir para desarrollar esto, que es mi pasión y para lo que estudié.

Héctor: A mí también me tomó tiempo lanzarme a la piscina. Nunca me ha gustado depender de otras personas, quería algo mío. Ahora puedo trabajar sábados y domingos, pero por algo que es mío y me apasiona.

¿Han desarrollado la aplicación solos? 

Héctor: El hecho de estudiar en la Universidad de Lima te permite conocer a muchas personas, así que pudimos hacer sinergias con nuestros compañeros y recibimos sus comentarios sobre el proyecto. Al lanzar la aplicación, ellos se activaron como socios estratégicos y trabajamos con ellos actualmente. Por ejemplo, ninguno de nosotros sabía cómo diseñar la aplicación, por eso establecimos una alianza estratégica con una empresa, propiedad de un exalumno de Ingeniería de Sistemas de la Universidad, que se encarga de programar. También trabajamos con una agencia de marketing digital, liderada por un compañero de mi Facultad. Por nuestra parte, nos encargamos de dirigir el barco y asegurarnos de que la aplicación sea lo más intuitiva posible.

¿Cuáles han sido los principales retos que han afrontado en este camino como emprendedores? 

Luis: Uno de los desafíos ha sido lograr que las personas nos apoyen y confíen en nosotros. Otro reto en el Perú es la tecnología, porque hay un déficit tecnológico y de innovación. Llevar esta herramienta a todos los negocios es un desafío. Altoke es para todos y sobre todo para emprendedores, pero tenemos el gran reto de hacer que la aplicación sea masiva y, además, luchar contra la desconfianza de algunas personas. Cuando les ofreces algo gratis, piensan que se trata de una maniobra para aprovecharse de ellos o que se les cobrará de alguna forma. Otros no están muy familiarizados con las aplicaciones, a pesar de tener un smartphone. Ese tema lo atacamos con comunicación y marketing, y es importante saberlo manejar, ya que el mensaje se adapta para cada tipo de negocio y cliente.

Héctor: El proceso de aprendizaje ha sido todo un reto. No sabíamos programar una aplicación. Nos apasiona la tecnología, pero hemos aprendido, en el camino, a crear una empresa como esta. Cada día aparece una tecnología nueva. Otro desafío fue dar la cara a algunas personas que dudan del proyecto, porque somos muy jóvenes y nos falta experiencia. Pero no se trata de convencerlos a ellos, sino de estar seguros, nosotros mismos, de lo que queremos en la vida, porque eso va a terminar por demostrarles el valor de lo que hacemos.

¿Cómo es la dinámica en una empresa conformada por un comunicador y un ingeniero industrial? 

Héctor: Luis tiene una amplia experiencia en el campo financiero. Y en mi caso, más allá de que estudié Comunicación, mi experiencia básicamente es en recursos humanos. Cuando empezamos la empresa, distribuimos responsabilidades para cada uno; sin embargo, llevamos a cabo un trabajo en equipo que nos hace aprender uno del otro, y cada uno aporta un conocimiento o una idea valiosa. Creo que la experiencia, de casi diez años, que cada cual ha tenido en el mundo corporativo, ha ayudado a que nos entendamos. Finalmente, la confianza que nos tenemos es vital: con Luis nos conocemos de toda la vida, desde el colegio, y tener un socio en el que confías y te comprendes al ciento por ciento es muy importante en cualquier emprendimiento.