22 de Septiembre de 2017

Pasión por la fotografía

Verónica Cerna descubrió, desde muy joven, que su futuro estaba en la fotografía. Decidió estudiar Comunicación en la Universidad de Lima para dar una orientación integral a todo lo que implica la producción fotográfica. Y le fue muy bien. Ahora combina su pasión por la fotografía con sus conocimientos de medios audiovisuales, para realizar diversos proyectos. Recientemente montó la exposición Intrínseco Femenino en el ICPNA de Pucallpa, y ahora se prepara para otra muestra en Lima.

¿Desde cuándo te gusta la fotografía?
Desde chica. A los 15 años conecté con la fotografía y estuve segura de que eso me llenaría y haría feliz. También me gusta pintar y dibujar, pero en fotografía me he profesionalizado. Después de terminar mi carrera, viajé a Buenos Aires para llevar cursos de fotografía contemporánea. Luego estudié un posgrado en Nueva York, en el Centro Internacional de la Fotografía. Fue increíble; me quedé un año más para trabajar. Luego decidí regresar, quería realizar un aporte significativo en mi país, el lugar al que pertenezco. Quiero establecerme en Lima por un tiempo. Más allá de traer las cosas que estudié afuera, siento que quiero aportar.

¿Qué temáticas abordas en tus fotografías?
Hago foto comercial, de retrato y de moda, pero me interesa dedicarme a proyectos conceptuales. Por ejemplo, hice un proyecto sobre identidad de género, que expuse hace poco en una muestra individual. Mi interés va más por lo documental y artístico, con fin social y político.

¿Actualmente estás trabajando en algún proyecto de este corte?
Ahora estoy trabajando para un proyecto de sex shop que se abrirá en Conquistadores, que no solo será una tienda de juguetes sexuales, sino que tendrá también un espacio de galería con objetos de arte. Estoy trabajando unas fotos para la primera muestra. Tengo que prepararla, porque mi fotografía no es erótica; sin embargo, siempre he abordado la sexualidad con una mirada natural, por eso me convocaron.

¿Qué te gustaría lograr en fotografía?
Quisiera conseguir financiamiento para realizar documentales sobre mujeres en comunidades. No quiero usar un lenguaje frío e insensible, deseo hacer proyectos que sean una mezcla entre la fotografía conceptual artística y el tema documental y de investigación. Mi sueño es que todo sea financiado, para dedicarme a tiempo completo.

¿También te gusta la parte comercial?
La moda me gusta, siempre y cuando el proyecto ofrezca algún concepto más allá de lucir ropa. Por ejemplo, hay marcas que plantean que la moda es un concepto y en eso sí puedo trabajar, porque me resulta más motivador. Si la idea no es vender un producto, sino un ideal o una experiencia, eso sí va conmigo.

¿Has realizado este tipo de trabajos alguna vez?
En Nueva York estuve trabajando con el fotógrafo Kenneth Willardt, un profesional de la moda muy importante. Cuando me llamaron de su estudio, me dijeron que sabían que la moda no era lo que más me interesaba, pero que mi trabajo artístico les había gustado. Así que me pareció una buena idea trabajar ahí, pero al hacerlo me di cuenta de que era lo opuesto a lo que yo quería.

¿Qué fue lo que no te gustó?
Simplemente, trabajaba el estereotipo de modelos en diversas situaciones, con todo el presupuesto del mundo. Estuve en sesiones de fotografías de revistas como Vanity Fair, Vogue y otras importantes, pero sentí que debía sacrificar mucho por estar ahí, como convertirme en otra persona. Fue una gran experiencia, pero no era lo mío.

¿Hay algún fotógrafo que sea tu referente actualmente?
Un tiempo estuve obsesionada con la fotógrafa Anamaría McCarthy. Cuando estaba en el colegio hice una monografía sobre ella y la contacté para entrevistarla: fue muy simpática, me enseñó su laboratorio y sus obras. Su trabajo me parecía estética y conceptualmente sensible e importante, y hasta ahora me lo parece. Y años más tarde me di cuenta de que en la primera parte de mi producción fotográfica traté de imitarla.

¿Cómo lo notaste?
Es que hace poco la contacté de nuevo, le recordé que nos conocíamos y le pasé mi web. Resulta que ahora estoy haciendo su web, porque me lo pidió, y al ver sus obras y sus trabajos otra vez, me di cuenta de que la estuve imitando en una etapa de mi vida, pero ahora nuestros trabajos ya no se parecen. 

¿Haces páginas web?
Sí, porque aprendí muchas cosas en la Universidad de Lima: a hacer páginas web, diseñar, editar videos, etcétera. Comunicación es una carrera muy amplia; aprendí un poco de varias cosas y me ha servido mucho. Todas mis obras tienen una estética muy cinematográfica y mis videos también, son contemplativos.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu etapa universitaria?
Recuerdo a Verónica Barclay, mi profesora de Fotografía. Era muy exigente. Yo tuve una relación muy buena con ella. Participaba bastante y me enseñó mucho. Mis recuerdos más bonitos de la Universidad son de las clases de fotografía y también de las clases con Julio Hevia, de quien aprendí mucho.